Lactancia materna: mitos, realidades y consejos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “La lactancia materna es una de las formas más eficaces de garantizar la salud y la supervivencia de los niños” y que “la leche materna es el alimento ideal para los lactantes”. Por ello, en conjunto con UNICEF, recomienda que los niños inicien la lactancia materna ‘en la primera hora de nacimiento’ y que esta sea su fuente de alimentación exclusiva durante sus primeros 6 meses de vida. A partir del medio año de vida, la OMS señala que los infantes deben comenzar a incorporar alimentos complementarios seguros y adecuados “mientras continúan amamantando hasta por 2 años o más”.
Para entender mejor la lógica detrás de estas recomendaciones, el Dr. Jorge Casaña Mohedo, doctor en enfermería y docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de VIU, explica que la leche materna es un alimento extraordinario, que no puede ser reemplazado completamente por ningún sustituto, ya que “La leche de la madre se adapta a las necesidades del bebé, mientras que la artificial siempre va a ser la misma. Es decir, la leche materna tiene una composición que varía en el transcurso de la toma, siendo al principio más rica en agua e hidratos de carbono mientras que la parte final de la toma es rica en grasa”.
Incluso, señala, sus componentes se modifican a lo largo del día para adaptarse al ritmo circadiano del lactante, incorporando sustancias que favorecen el sueño, como triptófano y melatonina, una vez cae la noche. De hecho, revela el Dr. Casaña Mohedo, “La leche materna es un alimento tan sumamente inteligente que en el caso de que el bebé enferme, este transferirá microorganismos de su boca al seno, estimulando así una respuesta inmune en la madre que, cambiará la composición de su leche, ayudándole a recuperarse antes”.
Por ello, una lactancia materna como la que recomienda la OMS se traduce, a corto plazo, en una mayor protección del lactante frente a enfermedades infecciosas gastrointestinales e infecciones del tracto respiratorio como otitis, gastroenteritis y neumonías, así como un menor riesgo de padecer el síndrome de muerte súbita del lactante. A largo plazo, se asocia con una “menor prevalencia de obesidad, presión arterial, colesterol total, diabetes tipo 2, así como algunos tipos de cáncer como la leucemia”. Para la madre, el amamantar también tiene numerosos beneficios, entre ellos, acelerar la recuperación post parto, por ejemplo.
¿Y cuándo la madre no produce leche?
Existen casos en que la madre no es capaz de producir leche, pero estos son poco frecuentes, y según explica el Dr. Casaña Mohedo, suelen tener solución. Respecto a las causas que pueden causar este problema, señala que “algunas situaciones que detonan la baja producción de leche pueden ser la hipoplasia mamaria, es decir un escaso desarrollo de la glándula mamaria, alimentarios durante la pubertad que producen amenorreas sostenidas, hemorragia grave durante el parto, posparto o en etapas anteriores de la vida (Síndrome de Shehann)”. Pero aún en estos casos, indica que “no hay razón para que sean un signo de alarma tan grande, pues existen tratamientos eficaces que contribuyen a mejorar estos escenarios”.
Respecto a los ‘trucos caseros’ para aumentar la producción de leche, como puede ser el consumo de determinados alimentos como la canela, el anís, o el fenogreco, el hinojo o la levadura de cerveza, el experto señala que no existe una evidencia científica que respalde su efectividad, y que siempre es fundamental consultar con el médico antes de introducir cambios en la dieta. Por otra parte, indica que “La producción de leche materna está determinada por la capacidad del bebé para agarrarse al pecho y extraer leche en cada toma, así como la frecuencia con que se amamanta. Por lo tanto, no hay ningún remedio mágico para conseguir aumentar la producción de leche materna”. También señala que, más allá de temores o inseguridades, “Casi todas las madres son capaces de producir la cantidad adecuada de leche para sus bebés, y esta capacidad de ninguna manera está asociada con el tamaño de los pechos”.
Finalmente, el Dr. Jorge Casaña Mohedo insiste en la necesidad de educar sobre la lactancia, enfatizando que “se debe hacer un acompañamiento y alfabetización en torno al tema, para entrar a esta etapa con el mayor conocimiento posible, de paso para identificar verdades y mitos del amamantamiento”.