El Centro HUMA analiza el racismo hacia el pueblo gitano y su normalización

Puedes ver la Mesa Redonda completa aquí

HUMA, el centro de Estudios en Humanidades, Cultura y Comunicación de la Facultad de Artes, Humanidades y Comunicación de VIU ha realizado la última de las actividades programadas en dentro de sus Jornadas ‘Discursos de odio: De Internet a la Realidad’. Se trata de la Mesa Redonda “El racismo normalizado: el caso del pueblo gitano”.

El evento contó con la participación del maestro especialista en educación intercultural Ricardo Borrull, la actriz y activista gitana, Silvia Agüero, y el periodista y escritor, Joaquín López Bustamante. Joan Manuel Oleaque, Decano de la Facultad de Artes, Humanidades y Comunicación de VIU, ejerció de moderador.

Durante el desarrollo de la jornada, los expertos y expertas centraron su análisis en las distintas formas que adopta el racismo hacia el pueblo gitano, haciendo especial hincapié en el rol que las nuevas tecnologías y los medios de comunicación juegan en la amplificación de estos mensajes de odio; y en cómo este discurso discriminatorio se encuentra naturalizado en el imaginario colectivo, llegando a invisibilizarse en numerosas prácticas culturales y discursos colectivos.

Para ilustrar lo extendido y enraizado que esta forma de racismo se encuentra, Joaquín López Bustamante expuso que “El antigitanismo es el delito de odio más documentado de todos los informes, por encima de los delitos de discriminación por orientación sexual, religión etc” y que “este tipo de racismo antigitano es estructural y en muchos casos se banaliza. El racismo antigitano se ha banalizado y se ha normalizado y el panorama es nada halagüeño”.

Imagen

Joaquín López Bustamante

Haciendo un análisis de la situación del pueblo gitano dentro del contextos del estado español, López Bustamante explicó que “En España no viven 800.000 gitanos, en España hay 800.000 españoles que somos gitanos, con lo cual esto nos sitúa en un punto de partida como una minoría cultural, antigua, numerosa y representativa sin base territorial con presencia en todo el estado español y sin un reconocimiento con un estatuto cultural”.

Detallando estas prácticas discriminatorias y sus consecuencias, Silvia Agüero expuso que “El antigitanismo afecta a la salud mental. Los discursos del odio y lo que hacen los racistas online es lo que hacían antes, pero ahora pueden hacerlo más porque no hay una consecuencia”. También indicó cómo intersecciona el factor del género en estas dinámicas racistas, señalando que “creo que las mujeres gitanas en redes sociales somos más agredidas y no son microrracismos, sino racismos de igual categoría que los hombres gitanos. Las mujeres gitanas somos el mercado al que ellos nunca pueden llegar, nunca pueden llegar a explotarnos”.

Imagen

Silvia Agüero

Por su parte, Ricardo Borrull abordó la problemática desde su campo de especialidad, explicando que “La promoción del pueblo gitano pasa por el tema educativo y formativo y es una cuestión estructural. Las familias gitanas en la época de los 60 y 70 no quieren llevar sus hijos al colegio, aunque en la escuela tampoco se le espera. Además de eso, sabíamos que había un currículum oculto sobre los gitanos” Sin embargo, también expuso que en la actualidad la situación ha cambiado y que “En la medida en que la escuela va abriéndose, va siendo más tolerante, más participativa y más permeable a la diversidad las familias gitanas comienzan a acudir al colegio de una manera más sistemática, aunque se diga que hay mucho absentismo, en primaria no lo hay tanto. La escuela ha cambiado, el profesorado ha cambiado”, sin embargo, quiso también ilustrar que aún así muchos prejuicios se siguen manteniendo “Lo malo de la sociedad mayoritaria es que cree que todos los gitanos somos iguales, que no hay heterogeneidad dentro del mundo gitano”.

Centrando la mirada en los medios y productos culturales, y como estos contribuyen a perpetuar los estereotipos negativos sobre el pueblo gitano, Joaquín López Bustamante indicó que “Son cinco siglos, de Cervantes a Carmen Mola, de una mirada prejuiciosa hacia el pueblo gitano. Desde fuera hay una versión tan estereotipada que se hace necesario poner en valor la creación artística de gitanos y gitanas en el ámbito literario, pero también en la literatura infantil en el teatro” y que por ello “Para la imagen social gitana también la ficción tiene cada vez más importancia. Eso normaliza una realidad diversa o plural o incide en el perjuicio”.

Imagen

Ricardo Borrull

En consecuencia, enfatizó, es de capital importancia la “Necesidad de la autorrepresentación y narrativas propias” porque “el hecho de que demos voz a la autorrepresentación y también en el ámbito académico, nos va a dar la posibilidad de poder escuchar de primera mano y voz, las reflexiones de los gitanos”.

Sumando a su reflexión, Ricardo Borrull puso la mirada en las desigualdades sociales, exponiendo que “la cuestión es más estructural, hay unos focos de pobreza que se va retroalimentando, lo que tiene que desaparecer es la pobreza y lo que se tiene que cambiar son las estructuras sociales de esas familias. Ese cambio estructural es el que mejorará este sistema. En mi época éramos cinco universitarios en toda España, en la actualidad hay miles de gitanos y gitanas universitarios”.

Con la celebración de esta mesa redonda concluyen las Jornadas HUMA ‘Discursos de odio: De Internet a la Realidad’, que a lo largo de sus cuatro entregas han tratado temas como la construcción y proliferación de los discursos de odio, usos y abusos de redes sociales e internet y la discriminación hacia el colectivo LGTBIQ+.