Tomás Cunsolo: Violín, biomecánica y psicomotricidad. Cuando el arte es una extensión de la ciencia
Tomás Cunsolo es violinista, profesor de violín y un consumado investigador en el campo de la música y su relación con la biomecánica y la psicomotricidad. Cunsolo es licenciado del Conservatorio Superior de Buenos, del Conservatorio Municipal de Barcelona y del Conservatorio Superior del Teatre del Liceu. Es director de la Orquesta de la Asociación de Músicos Amateurs, concertino del grupo Sitges `94 de la Fundació Música Contemporània y de la Orquesta Sinfónica Vicente López, Buenos Aires; y primer violín del grupo de cámara Levare.
También es un firme entusiasta de la sinergia entre música y ciencia, impulsando, tanto a través de la investigación como de su labor formativa, la aplicación de técnicas de biomecánica y psicomotricidad al aprendizaje y ejecución del violín. Por ello, cuando llegó el momento de dar un paso más y encontrar un máster que le permitiera seguir creciendo en este propósito, Cunsolo decidió estudiar la Maestría Oficial en Interpretación e Investigación Musical de VIU. Su TFM, titulado ‘Propiocepción y eficiencia psicomotriz en el violín’ es una continuación del trabajo realizado en sus anteriores publicaciones ‘Biomecánica del violín’, ‘Aprendiendo escalas. Un enfoque biomecánico para estudiantes de violín’, ‘Ejercicios para el desarrollo muscular del cuarto dedo’ y ‘Cambios de posición. Un enfoque biomecánico de la primera y tercera posición’.
Para conocer más sobre su trabajo investigador, la historia personal que le llevó a interesarse en el aspecto biomecánico y psicomotriz del violín y su experiencia en VIU, nos pusimos en contacto con él.
¿Nos puedes contar un poco sobre ti?
Mi nombre es Tomás Cunsolo. Soy violinista e investigador, y llevo casi veinte años dedicado a la enseñanza y a la pedagogía del violín. He desarrollado mi carrera combinando la música con el estudio de la biomecánica y la psicomotricidad aplicadas al violín.
¿Cómo nace la idea de tu TFM? ¿Por qué el interés en una temática tan específica?
La idea del TFM surge a partir de una pregunta que me hice durante muchísimos años: ¿por qué no puedo tocar bien el violín? Busque respuestas por todos lados. Les preguntaba a mis compañeros de conservatorio, a mis profesores ¡hasta a mis padres que no eran músicos! Tenía miles de teorías, llegando a creer que tenía una malformación en mi mano, especialmente en el cuarto dedo. Durante las clases en el conservatorio, le mostraba mi terrible dedo a mi profesor y le decía: “mira, ¿no ves que está doblado?” Él me respondía con una mirada como si pensara “¿de qué me está hablando?”. Resulta que lo que yo realmente tenía era trastorno obsesivo compulsivo, o TOC. Una de las características de este trastorno, además de pensarlo todo mil veces, buscando detalles en absolutamente todo lo que me rodea, es que puede hacerte creer que uno tiene una parte del cuerpo desfigurada. Al enterarme que era el TOC y no mi dedo, me di cuenta de que lo que fallaba no era mi cuerpo, sino la forma en que lo usaba. Desde entonces, comencé a estudiar la biomecánica de las manos, es decir, la forma en que movemos el cuerpo; qué articulaciones del cuerpo son necesarias para ejecutar un movimiento específico, qué parte del cuerpo se encarga de realizar el vibrato, el spicatto, la separación del primer y segundo dedo, y, por sobre todo, cómo se movía mi tan poco querido cuarto dedo.
Tomás Cunsolo interpretando el Capricho 1 de Astor Piazzola (fuente: Tomás Cunsolo)
Después de más de doce años de estudio de la biomecánica, publiqué mi primer libro, “Biomecánica del violín” con la editorial Boileau. Este pertenece a una serie de cuatro libros en los que se explican todos los movimientos necesarios para realizar cada técnica en el violín, evitando contratiempos y lesiones. El primero, se centra en los cambios de posición, los siguientes en articulación, técnica del arco y vibrato. De esta forma, se interrelacionan las técnicas tomando en cuenta los músculos necesarios coincidentes. Por más complejo que esto haya sido, tanto en la investigación como en la experimentación, me di cuenta que para poder ir aun más a fondo era necesario ir más allá, ir a lo primogénito del movimiento: el cerebro. De allí nació la idea de focalizar mi TFM en la psicomotricidad, la combinación del cuerpo y la mente, y crear una herramienta informática que analizara lo que hacemos y cómo lo hacemos dándonos resultados y un feedback específico inmediato. Para ello, primero era necesario demostrar que existía una correlación entre nuestras capacidades psicomotrices generales y nuestra forma de tocar el violín, es decir que la forma en que utilizamos las manos en el día a día influyen en la forma de tocar el violín.
Eres un firme defensor de la aplicación de la ciencia y la tecnología a la música y su aprendizaje ¿Nos puedes elaborar un poco sobre este punto de vista y por qué lo consideras importante?
En mi experiencia como docente, una de las cosas que he notado, es la falta o rechazo casi total de herramientas que nos ayuden a mejorar como intérpretes. Yo creo que el mismo arte es una extensión de la ciencia, y que todo se puede atribuir a una condición o situación específica. Ahora bien, con esto no estoy sugiriendo que la emoción más visceral no deba existir, o que no se pueda basar la creación en las emociones; lo que sugiero es que, si podemos analizar de manera metódica nuestro desarrollo, ¿por qué negarse? Todos sabemos que el metrónomo nos ayudará a mantener el tempo y, aunque nos resistamos a usarlo, sabemos que es una herramienta muy útil. Entonces, ¿por qué no utilizar otra que nos ayude, por ejemplo, a afinar? ¿O encontrar una herramienta que nos diga qué movimiento que realizamos es deficiente y así nos explique porqué no nos sale un pasaje musical? Esto no solo nos ahorraría tiempo en el aprendizaje, sino que también nos abriría las puertas para superar todo aquello que nos parecía imposible de tocar. Todo tiene un porqué, y poder alcanzar esa respuesta ayudaría tanto a nuestros estudiantes como a nosotros mismos.
¿Nos puedes contar cuales consideras las conclusiones más relevantes de tu TFM?
La conclusión más importante del TFM es que es posible mejorar la forma en que tocamos el violín estudiando y entrenando la psicomotricidad general. No solo existe una correlación entre la forma en que realizamos movimientos comunes, como atarnos los cordones, sujetar una taza de café, ¡hasta aplaudir!, y la forma en que tocamos el violín, sino que también es posible mejorar nuestra ejecución y solucionar problemas técnicos a través de ejercicios psicomotrices. Esto facilita y mejora el bienestar del violinista, requiriendo muchísimo menor tiempo en el aprendizaje de obras, evitando pasar por el malestar de no saber por qué uno no puede mejorar el sonido en una pieza, o el atascamiento de los dedos al tocar un pasaje rápido y, principalmente, lesiones.
¿Cómo aplicas los descubrimientos y las técnicas que has desarrollado a tu labor formativa en el campo de la música?
La primera forma en la que aplico los descubrimientos y técnicas es a través de una evaluación psicomotriz a mis alumnos. Con los ejercicios diseñados para mi libro y mi TFM, se puede obtener una idea clara de las necesidades técnicas y fisiológicas del alumno. Por ejemplo, es posible identificar en cuestión de segundos si la dificultad de un estudiante de mover el cuarto dedo, o ejecutar el vibrato, se debe a una deficiencia de ejecución de un movimiento lateral o vertical con el dedo, por ejemplo. Esto me permite ir directo al problema y elegir de manera totalmente personalizada las obras y ejercicios a tocar que soluciones este movimiento deficiente específico.
¿Por qué elegiste estudiar la Maestría Oficial en Interpretación e Investigación Musical?
Ya que este es un tema totalmente nuevo, me fue muy difícil encontrar un máster en el que pudiera relacionar la psicomotricidad, la biomecánica y la música en un mismo trabajo. Por eso, vi que aplicar a este máster sería la mejor opción ya que se podrían adaptar todos estos temas desde un punto de vista investigativo que pudiera aplicarse a la pedagogía del instrumento. Al mismo tiempo, me proporcionaría las herramientas necesarias para cumplir mis objetivos.
¿Cómo fue tu experiencia en VIU? ¿Qué es lo que más destacarías de tú título y de la Universidad
Mi experiencia en la universidad fue excelente. Las herramientas proveídas por los profesores me ayudaron a organizar y desarrollar una investigación seria y sólida. Además, las asignaturas resultaron muy interesantes, en gran parte gracias al compromiso y la dedicación de los docentes con el aprendizaje de los estudiantes. Lo más destacable del título ha sido el acceso a las herramientas que nos abren las puertas a dedicarnos a la investigación de manera profesional.