Depresión endógena: síntomas y causas
La depresión es una enfermedad que se manifiesta de forma muy distinta en cada persona, con matices muy diferentes, por lo que es muy difícil su clasificación, pero un primer acercamiento a este tema nos permite diferenciar entre depresión endógena y exógena.
La depresión endógena es la que se crea dentro de nuestro cerebro, sin necesidad de que exista un factor externo y que suele depender, en la mayor parte de los casos, de cambios fisiológicos en el cerebro. Sin embargo, la depresión exógena se produce como consecuencia de acontecimientos externos, como puede ser la muerte de un ser querido, una ruptura de pareja o la pérdida de nuestro trabajo.
Causas de la depresión endógena
La depresión endógena suele tener un componente genético, por lo que, si existe una tendencia familiar hacia la depresión, puede influir, pero no es un factor determinante, ya que entra en juego también el entorno en el que vivimos cada uno de nosotros. Este tipo de depresión, se asocia a cambios biológicos en el cerebro, tal y como decíamos, puesto que afecta a los neurotransmisores y a la serotonina (la hormona de la felicidad). La serotonina, siempre se asocia a la depresión, pero en el caso de la depresión exógena bajan sus niveles como consecuencia de la depresión, y en la endógena los bajos niveles de serotonina son los que provocan la depresión.
Síntomas
Los síntomas de la depresión endógena son muy similares a los de cualquier tipo de depresión, y, en general, se pueden destacar los siguientes:
- Cambios en los patrones de sueño. La persona que padece este tipo de depresión, duerme poco, mal o, en ocasiones, duerme demasiado, por lo que sus patrones de sueño están totalmente alterados.
- Tristeza y ansiedad. La depresión endógena se manifiesta a través de la pérdida de la ilusión por las cosas que nos gustan lo que hace que nos envuelva la tristeza. Además, cualquier cosa supone un motivo de estrés y de ansiedad.
- Fatiga y falta de energía. Se produce una pérdida de energía e invade el cansancio, la persona no tiene ganas de hacer nada.
- Supresión de la capacidad de reacción emocional. Una persona con una depresión endógena no es capaz de interesarse o reaccionar con nada, por lo que no manifiesta sus emociones, todo le da igual.
- Dolores y malestar. Suelen ser persistentes y no se alivian con ninguna medicación, puesto que son somáticos.
Tratamiento
La depresión endógena se suele tratar con psicoterapia y medicación, para regular a los neurotransmisores que bloquean la segregación de serotonina. Sin embargo, muchos pacientes suelen abandonar la medicación, por lo que es importante estudiar cada caso y tratarlo de forma individual. Algunos estudios científicos han destacado que una buena red social, de amigos y familiares, puede tener efectos muy positivos en pacientes con una depresión endógena, puesto que suponen un beneficio mayor para nuestro organismo y nuestras neuronas, que cualquier medicamento.
Las personas que nos rodean pueden apoyarnos y ayudarnos a desarrollar la inteligencia emocional y a regular nuestras emociones y entender las de los demás.