María Fernanda Hurtado: Aprender para aliviar el sufrimiento de otros
La Universidad Internacional de Valencia y Planeta Formación y Universidades, la red internacional de educación superior de Grupo Planeta, a la que VIU pertenece; están profundamente comprometidas con las ganas de crecer y progresar de sus estudiantes. Por ello, desde ambas instituciones se trabaja constantemente por desarrollar iniciativas que permitan ampliar el acceso a una formación universitaria de excelencia y premiar la excelencia académica e ilusión por seguir aprendiendo. Dentro de estas iniciativas se encuentran las Ayudas al Estudio lanzadas por Planeta Formación y Universidades en colaboración con la Embajada de Colombia, para ciudadanos colombianos residentes en España, en las que VIU contribuye con un total de 20 ayudas para máster, y que actualmente tiene abierta la convocatoria de su II edición, hasta el 14 de julio.
Para conocer un poco más sobre el impacto que una ayuda de este tipo puede tener sobre quien la recibe, le hemos pedido a algunos/as de los ganadores/as de la edición anterior que nos compartan su experiencia. María Fernanda Hurtado es psicóloga y una ferviente convencida en la importancia de nunca dejar de aprender. Su extensa trayectoria profesional la ha llevado a especializarse en diversos ámbitos de la psicología, hasta llegar a las Terapias Psicológicas de Tercera Generación, encontrando en la maestría de VIU sobre esta especialidad, el título perfecto para ampliar su conocimiento al respecto. Para conocer más sobre su visión de la práctica profesional, sus intereses y propósitos y su experiencia en VIU, nos pusimos en contacto con ella.
¿Nos puedes contar un poco sobre ti?
Soy María Fernanda Hurtado, psicóloga y eterna aprendiz. Llevo trabajando un poco más de 18 años, inicié siendo terapeuta infantil y de adolescencia en mi consulta particular. Allí me especialicé en clínica infantil, y trabajé por unos 8 años en exclusiva con niños, adolescentes y familias. Este trabajo me nutrió a muchos niveles; me dio una perspectiva muy amplia de las necesidades de las personas y de lo fundamental que es tener como base, la relación terapéutica y la aceptación radical de la experiencia interna, pues cuando tu trabajas con niños, te das cuenta de que la mayoría de ellos, no tienen problemas con lo que sienten ni cómo lo viven; el problema lo tenemos los adultos, que muchas veces, vivimos desde muchos “deberías” y poco a poco, nos desconectamos de nuestra propia experiencia interna. Luego de un proceso muy orgánico, me fui centrando en el trabajo con adultos. Durante este proceso de búsqueda, hice la maestría en Neuropsicología clínica, luego la especialización en terapias contextuales, y ahora, el máster en terapias de tercera generación. Podría decir, sin lugar a dudas, que mi mayor proyecto de vida, es más bien, una vocación muy intensa de aliviar el sufrimiento de otros.
¿Qué es lo que te interesa de las Terapias Psicológicas de Tercera Generación? ¿Cómo nació ese interés?
Creo que fueron dos factores que me hicieron ir por este camino. Por un lado, la sensación constante de insatisfacción con el modelo psicológico con el cual trabajaba en ese momento y, por otro lado, el interés por la filosofía budista. En mi constante búsqueda por aliviar el sufrimiento de otros y acompañarlos en su proceso, me encontré con las terapias de tercera generación. Desde mi perspectiva, necesitamos entender a las emociones como procesos internos esenciales, que deben ser transitados y experimentados con aceptación y compasión y no deben ser vistas como un asunto a “reparar”. Además de esto, he hecho varias formaciones cortas de mindfulness, lo cual reforzó mi interés en esta corriente psicológica.
¿Qué te llamó la atención de la Maestría Oficial en Terapias Psicológicas de Tercera Generación para decidirte por él?
Me gustó mucho que el programa incluía un módulo completo de mindfulness y EMDR. En la especialización que había hecho de terapias contextuales, o terapias de tercera generación, vi otras, así que, para mí, el programa de la VIU era un complemento perfecto para mi formación.
Me gustó además que fuese 100% virtual, ya que el tiempo a veces es muy apretado para mí. La facilidad de hacerlo en mis tiempos, también fue un factor decisivo.
¿Cómo ha sido la experiencia de estudio en VIU?
Ha estado todo genial. He tenido profesores expertos en su materia, lo cual aumenta mi interés en continuar profundizando. La comunicación con la universidad ha sido muy buena en todo momento y el uso de la plataforma es muy intuitiva, lo que facilita el proceso de estudio. Además, los profesores, por lo general son generosos en el conocimiento y todo el tiempo estamos dotados de material bibliográfico suficiente para el estudio de cada asignatura. En términos generales, mi experiencia ha sido muy positiva.
¿Qué es lo que más destacarías de tu título y de la Universidad?
La elección de las asignaturas y la metodología dinámica, hacen que se aprenda realmente. No es solo teoría, al contrario, es experiencial. Me ha gustado la calidad del profesorado, y de la Universidad destaco la amabilidad de las personas que trabajan allí y la rapidez en la comunicación.
¿Sobre qué trata tu trabajo de fin de maestría? ¿Por qué elegiste ese tema?
Elegí hacer un análisis de caso sobre procrastinación. Elegí este tema, pues en consulta veo como la procrastinación no les permite a las personas, vivir la vida que quieren vivir, cayendo en un círculo de ansiedad, depresión y sobre todo estigmatización. La mayoría de mis consultantes tiene conductas procrastinadoras, generándoles desesperanza, sentimientos de incapacidad e insuficiencia y pérdida de sentido de vida. Por todo esto, decidí profundizar en este tema.
¿Cómo crees que podrás aplicar lo aprendido en tu maestría en tu práctica profesional o en tu vida personal?
Ya lo hago, de hecho. He aprendido mucho sobre técnicas y herramientas terapéuticas, pero, sobre todo, he aprendido a relacionarme con mi consultante desde una perspectiva mucho más humana. Cuando tenemos tan presente la importancia de la alianza terapéutica, elementos como la aceptación, la compasión y la atención plena al momento presente, el proceso de acompañamiento psicológico es un proceso muy nutritivo, a nivel laboral y personal.
¿Qué proyectos o planes de futuro una vez que acabes con tu maestría?
Continuar mi consulta clínica, que como he dicho al comienzo, más que mi trabajo es mi vocación, parte de mi propósito de vida. Tengo planes a mediano plazo de hacer encuentros en grupo, y por supuesto, seguiré formándome. Tengo entre ojos la formación oficial de EMDR, pero bueno, por el momento, mi plan a corto plazo será terminar el máster.
¿Qué te llevó a postular a una de las ayudas VIU-Planeta Formación y Universidades? ¿Cómo fue la experiencia?
Ha sido un poco casualidad, yo no lo estaba buscando. Soy colombiana, viviendo en Valencia, desde hace 2 años; cuando las personas viven fuera de su país, se suelen formar grupos de apoyo en redes sociales, Facebook, WhatsApp. En uno de ellos, Linking woman, que es una comunidad de mujeres maravillosas en España, alguna miembro de la comunidad, envió la noticia de que se podía postular a las becas de Planeta; yo, me metí por casualidad a ver que había de interesante y vi el Master de terapias de tercera generación. No me lo podía creer. Con mucha emoción y sin esperar mucho, me postulé. Cual sería mi sorpresa que, al poco tiempo, me llamaron a contarme que me la había ganado. La verdad es que fue una noticia maravillosa y con mucha gratitud la acepte y aquí estoy, muy feliz y muy agradecida.