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Dra. María Antonia Parra-Rizo: Soledad no deseada en adultos mayores, un problema de recursos

 

Según un estudio de Fundación ‘la Caixa’, que entrevistó a más de 14.000 personas mayores, el 64% de éstas experimentaban en alguna medida sentimientos de soledad no deseada. Otros estudios señalan que entre el 20% y el 34% de las personas mayores en China, Europa, América Latina y los Estados Unidos experimentan soledad.

Está más que demostrado que la soledad no deseada tiene un impacto negativo en la salud física y mental de la población, afectando especialmente al grupo de personas mayores. Por ello, nos pusimos en contacto con la docente y experta de VIU, Dra. María Antonia Parra-Rizo, y le pedimos que nos explicara las causas, el alcance y las consecuencias de este problema; y que nos planteara posibles estrategias para abordarlo y darle solución.

La Dra. Parra-Rizo es doctora en Psicología de la Salud y docente e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Facultad de Ciencias de la Educación de VIU. Dirige el grupo de investigación de la Universidad Promoción, Evaluación e Intervención en Salud y Calidad de Vida (SACAVI) y forma parte del grupo Gerontología y psicología del envejecimiento (GEROPSIE). Es experta en el estudio de la mejora de la calidad de vida de la población mayor; desde la perspectiva psicofísica.

¿Cuál es el alcance de la soledad?

La soledad en las personas mayores es un problema significativo y ampliamente prevalente que merece una atención especial debido a sus impactos negativos en la salud y el bienestar de esta población vulnerable. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades el aislamiento social se asoció a un aumento de casi el 50 % del riesgo de demencia y otras afecciones graves.

La soledad en personas mayores es relevante por varias razones. En primer lugar, la incidencia de la soledad tiende a aumentar con la edad debido a factores como la pérdida de amigos y seres queridos, la jubilación, los cambios en la salud y la movilidad reducida. Esto significa que una gran cantidad de personas mayores pueden enfrentarse a la soledad en algún momento de sus vidas. Además, la soledad crónica puede llevar a una serie de problemas de salud física y mental, lo que hace que sea un tema de preocupación pública y de salud.

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Soledad no deseada en adultos mayores

 

¿Cuál es la prevalencia de la soledad?

La prevalencia de la soledad en personas mayores es alarmante. Estudios han demostrado que un porcentaje significativo de personas mayores experimenta algún grado de soledad. Por ejemplo, en algunos países, hasta un tercio de las personas mayores informan sentirse solas con frecuencia o la mayor parte del tiempo. Esta cifra es aún más preocupante si consideramos el envejecimiento de la población en muchos países, lo que sugiere que el problema de la soledad en las personas mayores probablemente aumentará en los próximos años si no se toman medidas adecuadas.

La soledad en personas mayores se define como la percepción subjetiva de no tener suficiente contacto social, o de que la calidad de las interacciones sociales es insatisfactoria en comparación con las necesidades personales. Esto puede implicar sentimientos de aislamiento emocional y social, incluso cuando se está rodeado de otras personas. Es importante destacar que la soledad no es lo mismo que el estar solo físicamente; es más bien una cuestión de la calidad y satisfacción de las conexiones sociales.

¿Cómo afecta la soledad a la salud?

La soledad en personas mayores puede tener efectos perjudiciales tanto en la salud física como en la mental. En términos de salud física, la soledad crónica se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, debilitamiento del sistema inmunológico e incluso una mayor mortalidad. Desde el punto de vista mental, la soledad puede contribuir al desarrollo de depresión, ansiedad, estrés crónico, trastornos del sueño y deterioro cognitivo. Además, las personas mayores que experimentan soledad pueden ser menos propensas a cuidar adecuadamente de sí mismas, lo que puede afectar negativamente su bienestar general.

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Actividades grupales personas adultas mayores

Las actividades grupales, como las prácticas deportivas adaptadas, son una medida muy efectiva para disminuir la soledad no deseada y mejorar la calidad de vida de las personas mayores

¿Cuáles son los factores que contribuyen a la soledad?

Pérdida de seres queridos: A medida que las personas envejecen, es común experimentar la pérdida de familiares y amigos cercanos. La muerte de un cónyuge, compañeros de vida o amigos puede dejar a una persona mayor sintiéndose más sola y aislada.

Cambios en las relaciones familiares: Las dinámicas familiares pueden cambiar con el tiempo debido a mudanzas, distancias geográficas o conflictos familiares. Esto puede resultar en una disminución en las interacciones sociales y en la sensación de conexión emocional.

Jubilación y cambios en el estilo de vida: La jubilación puede significar una transición importante en la vida de una persona mayor. Dejar el trabajo puede llevar a una pérdida de estructura diaria, contacto social regular con colegas y un sentido de propósito. Esto puede conducir a sentimientos de aislamiento y soledad.

Problemas de salud y movilidad reducida: Las limitaciones físicas o de salud pueden hacer que las personas mayores tengan dificultades para salir de casa, participar en actividades sociales o mantener conexiones sociales activas. La movilidad reducida puede resultar en un aislamiento involuntario.

Redes sociales limitadas: Algunas personas mayores pueden carecer de una red social sólida debido a mudanzas, pérdida de amigos o falta de oportunidades para establecer nuevas conexiones. La falta de interacciones sociales significativas puede contribuir a sentimientos de soledad.

Cambios en la comunidad y entorno social: La pérdida de vecinos cercanos, cambios en la comunidad o entorno social, como el cierre de centros comunitarios o lugares de interacción, pueden reducir las oportunidades de contacto social y aumentar la sensación de aislamiento.

Estigma y falta de apoyo: Algunas personas mayores pueden enfrentar estigma o discriminación basada en la edad, lo que puede dificultar la participación en actividades sociales o la búsqueda de apoyo emocional.

Tecnología y barreras de comunicación: La brecha digital puede ser una barrera significativa para las personas mayores en la sociedad actual. La falta de habilidades tecnológicas puede limitar el acceso a formas modernas de comunicación y conectividad, lo que a su vez puede contribuir a la soledad.

¿Qué podemos hacer para prevenir y apoyar a las personas mayores que se sienten solas a nivel sociosanitario?

Existen diversas estrategias efectivas que pueden ayudar a prevenir y brindar apoyo a las personas mayores que experimentan sentimientos de soledad.

  • Primero, es fundamental fomentar la participación en programas comunitarios diseñados específicamente para personas mayores, como centros de día, grupos de interés especial, clases de arte o ejercicio, y actividades recreativas. Estos programas ofrecen valiosas oportunidades para conocer nuevas personas y establecer conexiones significativas.
  • Además, organizar visitas regulares de familiares, amigos o voluntarios a personas mayores que viven solas puede proporcionar un importante contacto humano frecuente, ofreciendo compañía y apoyo emocional.
  • El uso de tecnología adaptada, como teléfonos inteligentes o tabletas con aplicaciones simples y accesibles, puede facilitar la comunicación en línea, ayudando a mantener conexiones con familiares y amigos, así como participar en comunidades en línea.
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Actividades familiares e intergeneracionales- adultos mayores

El uso de tecnologías de comunicación adaptadas y el pasar tiempo con familiares son dos medidas muy efectivas para disminuir la soledad no deseada en adultos mayores

  • Promover la participación en actividades grupales, como clubes de lectura, grupos de caminatas, clases de baile, o programas de voluntariado, también ofrece oportunidades valiosas para socializar y compartir intereses con otros.
  • Facilitar la movilidad mediante servicios de transporte adaptado puede permitir que las personas mayores participen en eventos sociales y actividades comunitarias.
  • Ofrecer grupos de apoyo o terapia especializados para personas mayores que enfrentan sentimientos de soledad o aislamiento proporciona un espacio seguro para compartir experiencias y recibir apoyo emocional.
  • Involucrar a familiares y cuidadores en la vida social y emocional de las personas mayores, compartiendo actividades y eventos familiares, puede fortalecer los lazos afectivos y reducir la sensación de aislamiento.
  • Promover programas intergeneracionales que fomenten la interacción entre personas mayores y niños o adolescentes puede ser enriquecedor y ofrecer nuevas perspectivas.

En última instancia, es esencial contar con el apoyo profesional y servicios de salud mental para aquellas personas mayores que experimentan soledad persistente o problemas emocionales relacionados. Estos servicios pueden brindar el apoyo necesario para abordar las necesidades emocionales y promover un bienestar integral.

Emilio Vivallo - Content Manager Departamento de Comunicación de VIU
Emilio Vivallo-Ehijo

Equipo de Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia.