Expertos VIU | Inteligencia Artificial, Educación y Comunicación: Desafíos y oportunidades

La Inteligencia Artificial lleva años afectando y transformando nuestras vidas. Aunque en la mayoría de los casos no seamos conscientes de ello, la IA influye en los contenidos que consumimos y en cómo lo hacemos, en la manera en que nos comunicamos, y hasta en nuestras finanzas personales, entre otros aspectos. Sin embargo, ha tenido que popularizarse una aplicación como Chat GPT para que se comenzara a hablar de la ‘Revolución de la Inteligencia Artificial’ y explotara el debate de como esta tecnología va a modificar nuestra realidad. No parece casualidad que Chat GPT y sus análogos, precisamente sean capaces de reproducir, en apariencia al menos, comportamientos que presuponemos tan intrínsecamente humanos como la creatividad y el pensamiento abstracto.  

En este contexto, y en consonancia con su misión de poner la innovación tecnológica al servicio del progreso de las personas y las sociedades en que estas se desarrollan, la Universidad Internacional de Valencia ha puesto en marcha diversas iniciativas para explorar las posibilidades de la IA en diversos campos, con especial foco en la Educación. En este contexto, ha celebrado la jornada online ‘Desafíos y oportunidades de la Inteligencia Artificial en Comunicación y Educación’.

La jornada contó con la conducción de Alicia Martí, delegada de la Razón y fue presentada por el Dr. Jesús E. Albertos, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de VIU. Temáticamente, se desarrolló en dos grandes bloques, el primero, dedicado a la Educación y el segundo a la Comunicación. El bloque inicial contó con la participación de David Vidal, responsable del área de Fundaciones y RSC en EIM Consultores; Estefanía Hita, profesora de Educación Primaria y docente en la Maestría Oficial en Tecnologías de la Información y la Comunicación Aplicadas a Educación en VIU; y Alicia Cañellas, referente de Innovación Pedagógica y Metodológica en la Escola de Salut del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Puedes ver la jornada al completo, aquí

En sus análisis iniciales, todos los expertos coincidieron en señalar que la Inteligencia Artificial lleva ya tiempo presente en diversas dinámicas educativas, a través de diversas aplicaciones como chatbots programadas previamente y asistentes como Merlin, por ejemplo, que funcionan en una ‘capa invisible’, pero que la aparición de Chat GPT ha significado una disrupción que ha visibilizado la disponibilidad y potencial de esta tecnología.

En este sentido, David Vidal, comparó la irrupción de la IA a la aparición de Internet en su día, señalando que “supone un salto cualitativo importante en la transformación de la enseñanza. De hecho, aunque considero que su impacto estamos descubriéndolo aún, no considero que suponga un perjuicio en la educación del alumnado, más allá de las dificultades relacionadas con la inequidad o los problemas de accesibilidad”.

Alicia Cañellas, incidió en el tema de la inequidad, explicando que “por ejemplo, ChatGPT ha sacado ya una versión de pago a la que, obviamente, no todos pueden acceder por igual”.

A pesar de esto, la experta señaló que la influencia de la IA no se limitará solo al aula, sino que también permitirá ayudar en la gestión de los centros educativos, ya que “mediante cadenas de bloques podemos gestionar toda la trayectoria de cada alumno, agilizando las credenciales acreditativas y mejorando procesos de autentificación para evitar también la falsificación de documentos”. A esto se añade que, a la hora de evaluar, “puede liberar de cargas al colectivo docente, haciendo que puedan centrarse en otras taras, como por ejemplo aquellas más centradas en el contacto directo y relacional con el alumnado”.

Desde su perspectiva de profesora de Educación Primaria, Estefanía Hita centró la mirada en la formación que los profesores necesitan para ponerse al día en materia de Inteligencia Artificial, cuyas posibilidades resultan nuevas para la mayor parte de ellos. En este sentido indicó que gracias a la IA, “el profesorado tiene a su disposición una gran cantidad de datos, pero es necesario que se le sepa dar la interpretación posterior correcta, que sean capaces de utilizarla de una forma que ayude a mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje”.

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Imagen de la primer mesa, dedicada a Educación e IA

Los expertos también coincidieron en la importancia de tener en consideración las implicaciones éticas del uso de la IA, señalando, por ejemplo, su poca transparencia al citar las fuentes de información en que basan sus resultados, las implicaciones de privacidad y tratamiento de datos, los sesgos que presentan o la dependencia que pueden generar. Otro punto, que todos destacaron fue la necesidad de formar a los alumnos en competencias que les permitan aprovechar el potencial de la Inteligencia Artificial de cara a su empleabilidad y crecimiento futuro, un objetivo para el cual señalaron que era fundamental no adoptar una actitud de restrictiva o de prohibición frente a esta tecnología, sino diseñar e implementar maneras positivas y responsables de utilizarlas.

La segunda mesa redonda, dedicada a la IA en Comunicación, contó con la participación de Francesc Barrero, periodista de La Vanguardia; Cristina Martínez Garay, directora de la Maestría Oficial en Propiedad Intelectual e Industrial y de la Maestría Oficial en Derecho Digital y Ciberseguridad de VIU; y Benjamín Arroquia, director de la Maestría Oficial en Big Data y Ciencia de Datos en VIU. En ella se abordó la manera en que se usa la IA en profesiones relacionadas con la creación de contenidos, y en cómo, dependiendo del uso que se le dé, puede derivar en consecuencias legales si no se garantiza la protección de datos personales o los derechos de autor.

Respecto al riesgo que puede suponer Chat GPT y las tecnologías análogas sobre el mercado del empleo, Benjamín Arroquia quiso trasladar un mensaje de optimismo matizado, indicando que a pesar de que hay varias profesiones que pueden estar en riesgo, estas no desaparecerán, sino que cambiarán a mejor y que la IA “puede generar más oportunidades, que riesgos. Más que destruir profesiones, el efecto que causará la IA será el de modificar ciertos empleos, normalmente aquellos más monótonos y rutinarios, algo que también puede redundar de forma positiva en la sociedad al no tener que realizarlos una persona”.

En este mismo área temática, ante la consulta de si esta tecnología podría reemplazar a los abogados, Cristina Martínez señaló que “la inteligencia artificial no podría sustituir a los abogados pues carece del elemento humano que requiere el abogado, también de los conocimientos jurídicos, la inteligencia emocional y la experiencia, todo esto siempre aplicado a un contexto y a cada caso concreto”. Por ello, la experta indicó que dudaba de que las máquinas puedan “aplicar e interpretar la ley”, aunque valoró positivamente la inclusión de la IA en tareas de automatización de ciertos procesos de la justicia.

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Imagen de la segunda mesa, dedicada a Comunicación e IA

En el terreno del periodismo y los medio, Francesc Barcero se mostró convencido de que en un futuro una redacción pueda funcionar a través de inteligencia artificial. Aunque añadió, que, por el momento “la redacción es bastante monótona: es el típico texto aburrido del que enseguida te cansas, es como si hicieras un diario solo con teletipos, sin reportajes bien hechos por periodistas, sin entrevistas, sin el factor humano, sin la chispa que finalmente es lo que hace atractivo el gran periodismo para el público”. Por ello, al menos en la actualidad, señaló que las redacciones que apuesten por basar su redacción en herramientas como Chat GPT, se centrarán en contenidos de valor muy básico y en un modelo orientado a la reducción de costos. Además, recalcó, incluso en esos casos es importante tener en cuenta las implicaciones éticas, respecto a los datos usados para construir estos artículos por parte de la IA, ya que ésta hace uso del trabajo previo de cientos de miles de periodistas y creadores de contenido.

Los expertos coincidieron en señalar que, al tratarse de una tecnología nueva, aún hay una gran cantidad de detalles por determinar tanto a nivel legal y ético, como de la efectividad de su aplicación en distintos aspectos profesionales y sociales. Por ello, resulta difícil predecir los cambios que puede producir a corto y mediano plazo. Sin embargo, a pesar de estas dudas, todos se mostraron de acuerdo en afirmar que se trata de una tecnología que está aquí para quedarse y que nos ofrece grandes posibilidades, pero también importantes retos y dilemas, por lo que su uso debe abordarse con optimismo, pero también con precaución.