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Ciencia y Tecnología

¡Energizando el futuro! Descubre la transición energética

El cambio climático es una amenaza global que afecta a todo el planeta. Se está produciendo con una velocidad e intensidad sin precedentes debido a la actividad humana, principalmente a la quema de combustibles fósiles que genera gases de efecto invernadero.

Por ejemplo, la temperatura media mundial ha aumentado desde la época preindustrial, y los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tienen registros. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero siguen aumentando cada año. La concentración de CO2 en la atmósfera ha alcanzado niveles no vistos en tres millones de años. Las secuelas del cambio climático incluyen fenómenos meteorológicos extremos, olas de calor, sequías y mega-incendios.

Por ende, para combatir este problema, es crucial acometer una transición energética hacia un sistema descarbonizado. El sector energético, responsable del 75 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, debe reducir radicalmente su huella de carbono. Esto implica adoptar fuentes de energía renovable, mejorar la eficiencia energética y promover prácticas sostenibles. Solo así podremos contrarrestar el cambio climático y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras. En este contenido analizamos más a fondo los beneficios y el impacto que tiene la transición energética, así como los desafíos inherentes a esta iniciativa renovable.

La transición energética: Hacia un futuro sostenible

La transición energética es un proceso elemental para abordar los desafíos del cambio climático y garantizar un futuro más sostenible. Su objetivo es transformar el sistema energético actual que depende, en gran medida, de combustibles fósiles, hacia uno basado en energías limpias y renovables. Veamos cómo funciona y cómo podemos contribuir.

Transición hacia energías renovables: Un paso vital

El abandono de las formas convencionales de energía resulta indispensable para mitigar el cambio climático y fomentar la sostenibilidad. Este proceso exige revolucionar la generación y el uso de energía, sustituyendo los combustibles fósiles por fuentes renovables. Abandonar las formas convencionales de energía es un paso vital hacia un futuro más sostenible y resiliente.

Uso de energías renovables

La eliminación gradual de los combustibles fósiles y su reemplazo por energías renovables, como la solar, la eólica, la hidroeléctrica o la geotérmica, es decisivo a fin de acercarnos a un futuro sostenible. Estas fuentes inagotables y de bajas emisiones de carbono aprovechan los elementos naturales para producir electricidad.

Eficiencia energética

La optimización del uso de la energía es fundamental en la transición energética. Esto implica reducir el desperdicio al mínimo y maximizar la productividad. Para lograrlo, se pueden aplicar normas que regulen los electrodomésticos y los edificios, así como programas de gestión de la demanda de energía. Además, las tecnologías digitales, como los sistemas de gestión de energía, permiten ajustar automáticamente el consumo según la demanda y las condiciones del mercado.

Reducción de emisiones

La transición energética, un objetivo clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, promueve el uso de combustibles más limpios y sostenibles, como los combustibles sintéticos y los biocombustibles avanzados. Ambos pueden reemplazar a los combustibles fósiles en varios sectores, disminuyendo así las emisiones. Al mismo tiempo, favorecen la incorporación de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, la mejora de la eficiencia energética y la promoción de prácticas tendentes al consumo de energía sostenibles.

Concienciación

Reclama sensibilizar a la sociedad sobre el uso responsable de la energía y fomentar el cambio de hábitos. Nos referimos a informar sobre los impactos del cambio climático, los beneficios de las energías renovables y de la economía circular, así como sobre cómo cada individuo puede aminorar las emisiones. Aparte de abordar el cambio climático, la transición energética ofrece oportunidades para un futuro más sostenible y resiliente.

¿Cómo está la transición energética en Colombia?

La transición energética en Colombia es un proceso gradual y estratégico. Las regiones del país están adaptándose a este cambio para aprovechar sus oportunidades. El objetivo es transformar la matriz energética, hacer descender la dependencia de los combustibles fósiles y promover un futuro sostenible.

Estos son los cinco ejes para la transición energética:

  1. Mayores inversiones en energías limpias y descarbonización. Se están realizando inversiones significativas en energías limpias, como la solar y la eólica, para hacer descender la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de carbono.
  2. Sustitución progresiva de la demanda de combustibles fósiles. Se está promoviendo activamente la sustitución de los combustibles fósiles por fuentes de energía más limpias y sostenibles. Esto abarca la promoción de las energías solar y eólica, así como la exploración de otras fuentes de energía renovable.
  3. Mayor eficiencia energética. Se están adoptando medidas para mejorar la eficiencia energética en todos los sectores de la economía. Esto incluye la promoción de tecnologías de ahorro de energía y la aplicación de normas de eficiencia energética.
  4. Revisión y eventual flexibilización de la regulación. Se está revisando la regulación existente con el objetivo de flexibilizar y acelerar la generación de energías limpias. Esto exige la revisión de las políticas y regulaciones que rigen la generación y distribución de la energía.
  5. Reindustrialización de la economía colombiana. Se pretende transformar la economía colombiana para que sea más sostenible y resiliente. Esto conlleva potenciar las industrias limpias y sostenibles e implementar prácticas de economía circular.
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¿Qué beneficios trae la transición energética?

Las transiciones ecológicas, como la que nos ocupa, traen consigo varios beneficios de calado que inciden tanto a nivel ambiental como socioeconómico:

  • Reducción de las emisiones de CO₂. Al recurrir a fuentes de energía renovables, desciende la cantidad de dióxido de carbono que liberamos a la atmósfera. Esta medida sirve de apoyo tanto a la lucha contra el cambio climático como a la salvaguarda del planeta con el propósito de que las próximas generaciones puedan disfrutar de él.
  • Mitigación del efecto invernadero y el calentamiento global. Al rebajar las emisiones de gases de efecto invernadero, es posible mitigar el calentamiento global. Esto resulta decisivo para prevenir los efectos más devastadores del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y los eventos climáticos extremos.
  • Uso de energías renovables. Las energías renovables son inagotables y limpias, lo que favorece la sostenibilidad del planeta. La energía renovable es, a menudo, más barata a largo plazo que los combustibles fósiles.
  • Preservación de la biodiversidad y los recursos naturales. Al minimizar la dependencia de los combustibles fósiles, disminuimos la explotación de los recursos naturales y preservamos la biodiversidad. Es indispensable para mantener los ecosistemas saludables y funcionales.
  • Desarrollo económico y creación de empleo. Este hecho revitaliza las economías locales y ofrece oportunidades laborales en las comunidades rurales. Por otro lado, algunos sectores pueden enfrentar desafíos durante esta transición, por lo que se debe abordar estos aspectos con cuidado.
  • Mayor eficiencia energética. La transición energética promueve la eficiencia energética, lo que puede resultar en ahorros de energía y costos. No solo puede abaratar las facturas de energía para los consumidores, sino que puede disminuir la demanda de energía a nivel nacional.
  • Mayor conciencia social. Supone una mayor conciencia social sobre el uso responsable y sostenible de la energía. Así, puede conducir a cambios en el comportamiento que respalden la sostenibilidad, como la reducción del consumo de energía y la elección de opciones de energía renovable.
  • Revitalización de la industria. Esto propiciará la creación de nuevas tecnologías y soluciones energéticas. Puede alimentar la innovación y mantener a las industrias competitivas en el mercado global.
  • Rentabilidad y bajos costos. A largo plazo, las energías renovables pueden ser más rentables y tener costos más bajos que los combustibles fósiles. Esta circunstancia puede favorecer que la energía sea más asequible para los consumidores y las empresas.
  • Reducción de la dependencia energética. Es posible contrarrestar la dependencia de otros servicios de energía. Puede mejorar la seguridad energética y mitigar la exposición a las fluctuaciones de los precios de los combustibles fósiles.

¿Qué consecuencias trae la transición energética?

La transición energética, aunque es esencial para combatir el cambio climático y favorecer la sostenibilidad, también conlleva ciertos desafíos que deben ser considerados con atención. Veamos siete consecuencias de la transición energética:

  1. Impacto ambiental. Es crucial realizar una valoración adecuada de estos impactos para minimizar cualquier daño potencial al medio ambiente y tener la certeza de que la transición energética es verdaderamente sostenible.
  2. Cambios económicos. La transición hacia las energías renovables puede llevar a un menor consumo de carburantes de automoción y menos ventas para las compañías eléctricas tradicionales. Sin embargo, también puede abrir nuevas oportunidades económicas en el sector de las energías renovables.
  3. Infraestructuras infrautilizadas. Algunas infraestructuras de generación y transporte de electricidad e hidrocarburos o redes de estaciones de servicio pueden quedar infrautilizadas. Es importante planificar esta transición de manera que se minimice el desperdicio de recursos y se maximice la reutilización y reciclaje de estas infraestructuras ya existentes.
  4. Desafíos sociales. Puede producirse cierta resistencia al cambio por parte de aquellos que dependen de las industrias de combustibles fósiles para su sustento. Por tanto, es preciso afrontar estos desafíos a través de políticas de transición justa, que protejan a los trabajadores y a las comunidades afectadas.
  5. Necesidad de cambios regulatorios. Para facilitar la transición energética, puede ser conveniente revisar y flexibilizar las regulaciones existentes. Esto puede implicar la introducción de incentivos para las energías renovables, la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles y la aplicación de normas de eficiencia energética.
  6. Inversiones significativas. La transición energética requiere llevar a cabo copiosas inversiones en nuevas tecnologías e infraestructuras. Esto pasa por la construcción de instalaciones de energía renovable, la modernización de la red eléctrica y la investigación y el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía.
  7. Desafíos técnicos. La integración de las energías renovables en la red eléctrica presenta desafíos técnicos, como la necesidad de almacenar energía y gestionar la variabilidad de la generación de la energía renovable. Dichos retos exigen soluciones innovadoras y el desarrollo continuo de nuevas tecnologías.

Como vemos, la transición energética es un proceso ineludible que comporta un cambio en nuestra forma de producir y consumir energía. Pese a los desafíos que presenta, como el impacto ambiental y la resistencia social, ofrece importantes beneficios. El más evidente, un futuro más sostenible y resiliente. Si estás interesado en formarte en este campo, la Maestría en Energías Renovables que impartimos en VIU es un programa altamente recomendable. En él, aprenderás a diseñar y a desarrollar sistemas energéticos basados en energías renovables. Explora nuestra web para descubrir nuestra completa oferta formativa.