Miguel Manuel Pastor Moreno: el conocimiento como camino para abrir el mundo
Aunque aún no ha cumplido los 24 años, Miguel Manuel Pastor Moreno ha desarrollado una trayectoria académica que impresiona: Graduado en Derecho por la Universidad de La Laguna, Graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Internacional de Valencia, y Máster en Diplomacia y Relaciones Internacionales por la Escuela Diplomática de España.
Oriundo de Cádiz, su pasión por la historia y la lectura ha sido complementada por su costumbre de viajar y vivir durante temporadas en distintos países, una experiencia que ha terminado orientando su vocación profesional hacia la carrera diplomática. Entre esas estancias, la realizada durante distintas fechas en Alemania le influyó de forma fundamental a la hora de elegir el tema de su TFM, dedicando este a las relaciones bilaterales entre España y Alemania. Ahora ese TFM ha sido publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
Para conocer un poco más acerca de su historia, sus pasiones, sus planes a futuro y su experiencia en VIU, nos pusimos en contacto con él.
¿Nos puedes contar un poco sobre ti?
Soy un joven de 23 años que siempre se ha caracterizado por dos pasiones: la lectura y la Historia. Los libros son alimento para el alma. Siempre me ha encantado leer, y he procurado mantener un buen ritmo de lectura. Ha habido años en los que he sido devorado por grandes lecturas, como la densa biografía de Obama, que me ocupó todo un verano, y otros años en los que he devorado un par de decenas de libros de grandes literatos, de entre mis favoritos Galdós. Le debo a mi abuelo Miguel la pasión por los libros, y en especial por el verso. Es en la poesía que nos intercambiamos donde siempre he encontrado un momento de paz en el que siento a mi abuelo muy cerca. En lo que respecta a la Historia, confieso que no hay mejor pasatiempos en una tarde de domingo de invierno que ver un buen documental de la Segunda Guerra Mundial, en especial la serie de documentales franceses que siempre echan en la 2 de TVE. Mi madre siempre se preocupó de que en casa entrase cada semana el Muy Historia, y luego en Bachillerato le encantaba tomarme los temas de Historia para la selectividad. A lo largo de mis estudios, incluso en el Grado en Derecho con la asignatura Historia del Derecho, mi madre y yo siempre hemos tenido momentos juntos en los que sentarnos en el sofá y zambullirnos en textos que nos remontaban a momentos no tan lejanos para comprender mejor nuestra sociedad de hoy. Indudablemente fue una alegría para mis padres cuando les dije que iba a Alemania a encerrarme unos días en el Archivo del Auswärtiges Amt (Ministerio de Exteriores) para buscar información para mi trabajo de fin de máster (TFM); todo ello movido por mi pasión por la Historia.
¿Cómo nace tu interés por la geopolítica y las relaciones internacionales?
Desde bien pequeño he tenido la suerte de que mis padres, con el inconmensurable apoyo de mis abuelos y mi abuela Mami, han podido mandarme en verano o durante el curso académico al extranjero, concretamente a Ohio (EE.UU.), Montpellier (Francia) y Bad Ems y Hamburgo (Alemania). Todavía recuerdo cuando con 16 años en una estancia en Alemania y otros países de Europa me sorprendía al ver banderas de España por el centro histórico de ciudades como Fráncfort, Berlín o Bruselas. Ahí comencé a preguntarme qué hacía un edificio de mi país tan lejos de España y, cuando investigué algo más en Internet, me costó creer que esos mismos edificios a los que yo todavía no ponía nombre también estaban en Australia, Argentina o Angola. Siendo el aprendizaje de idiomas el principal objetivo de mis estancias en el extranjero, simultáneamente fui desarrollando una cierta pasión por viajar, explorar nuevas culturas, pero sobre todo por conocer a las comunidades de españoles en el exterior, que son los mejores embajadores de nuestro país. Después del primer curso de Derecho tuve la ocasión de pasar unos meses en Bruselas realizando unas prácticas extracurriculares y allí, cada jueves en Plux, quedé enamorado del cachito de España que sale a disfrutar de una cervecita con compañeros del trabajo. Lo mismo me pasó en Alemania durante mi Erasmus en Leipzig: patatas a la riojana cocinadas por mi amigo Alex, pestiños entre Ángela y yo, o Carmen y Miriam procurando traer un cachito de la Terreta siempre que nos tomábamos algo. Todo esto me hizo ver lo importante que es cuidar a los españoles que por medio mundo desarrollan sus negocios, investigan en universidades, trabajan en hospitales o están de intercambio estudiando. Ahí me di cuenta de que tenía una vocación por servir a España y a ellos, los españoles en el exterior, estén en el rincón en el que estén, y ante cualquier adversidad a la que se puedan enfrentar. Esta es evidentemente tan sólo una parte de la profesión. Una segunda parte implica comprender bien las realidades de la comunidad internacional, la diversidad en su funcionamiento y las relaciones que se dan en entornos multilaterales como Naciones Unidas, o más cerca el fenómeno integrador de la Unión Europea. Indudablemente mi paso por las aulas de VIU han afianzado mi interés por las relaciones internacionales y me ha brindado los medios académicos para formarme mejor en un terreno tan cambiante y especializado, que ahora debo consolidar y profundizar en el estudio de la oposición para ingresar en la Carrera Diplomática.
Miguel Manuel Pastor Moreno
Tu TFM ha sido publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España ¿Nos puedes contar de qué trata y cómo llegó a ser publicado?
En efecto, tras haber cursado el Máster en Diplomacia y Relaciones Internacionales, la Escuela Diplomática me notificó que mi TFM había sido elegido para ser publicado junto a otras cinco impresionantes obras de compañeras del máster. Es todo un honor poder ser publicado en los Cuadernos de la Escuela que llevan 75 números a sus espaldas y en el que jóvenes diplomáticos, académicos y personajes relevantes de la diplomacia española han contribuido con sus publicaciones. El Cuaderno en el que se publica mi trabajo, el 75º, merece la pena pero sobre todo por las obras de mis compañeras, que sirven para conocer mejor tantos temas de las Relaciones Internacionales como las Fuerzas de Autodefensa de Japón, el nacionalismo marroquí, la ampliación de la plataforma continental española, la posibilidad de un ejército europeo o la agresión rusa a Ucrania. La obra puede ser consultada en su versión digital aquí
Mi trabajo de fin de máster, o memoria como se dice en la jerga de la Escuela, presenta un análisis historiográfico, político y socio-económico de los últimos 75 años de lo que cariñosamente llamo «amistad hispano-alemana» (deutsch-spanische Freundschaft). La obra comienza con la apertura del consulado de España en Fráncfort en 1948 como primera toma de contacto con territorio alemán tras la Segunda Guerra Mundial. A esto le siguen varios capítulos en los que se profundiza en las relaciones culturales, militares, comerciales y políticas entre la RFA y la España de Franco y se llega a un capítulo en el que se analiza con especial detenimiento las relaciones entre Franco y la RDA, es decir, la Alemania comunista, el rol alemán en la transición española y en la adhesión de España a la CEE. El trabajo finaliza de nuevo en Fráncfort con una mención a la visita de Estado de Sus Majestades los Reyes a Alemania en 2022. En suma, la obra se adentra en las percepciones y visiones mutuas que, en estas últimas ocho décadas, han forjado una alianza estratégica indispensable en la concepción de la Europa de hoy.
¿De dónde nace tu interés por el tema de las relaciones bilaterales entre España y Alemania?
He tenido la oportunidad de vivir en Alemania en varias ocasiones a lo largo de mi adolescencia y posteriormente durante la universidad, casi 2 años y medio sumando todas mis estancias allí. Pero mi pasión por Alemania y el alemán guarda relación con mi padre, que no solo desde pequeño me ponía canciones en alemán, sino que comenzó a aprender alemán y yo le copié y como si de una carrera se tratase, quería ganarle y aprender más rápido que él. Gracias a que él encendió esa chispa, hoy hablo alemán. También le debo mucho a mi primer profesor de alemán y querido amigo Pablo, hoy un brillante politólogo con una carrera académica por delante en Berlín. Ellos, junto a mis primeras estancias en Alemania, sumado a mi interés por la historia de este país, me condujeron a querer profundizar más en las relaciones hispano-alemanas, y sin la ayuda y guía del profesor Dr. Carlos Sanz no podría haber hecho este trabajo.
Sus Majestades los Reyes junto a la alcaldesa-gobernadora de la ciudad estado de Barlín, Franziska Giffey, en la Puerta de Brandeburgo. Foto incluída en el TFM de Miguel (Fuente: Casa Real)
¿Vas a seguir trabajando sobre este tema? ¿Tienes otros proyectos similares en mente?
Ahora me dedico completamente a la preparación de la oposición de ingreso en la Carrera Diplomática, que sé que es algo que me llevará bastante tiempo y requiere de mi plena dedicación, algo de lo que particularmente disfruto.
¿Por qué elegiste estudiar el Grado en Relaciones Internacionales en VIU?
Cuando me encontraba en el ecuador de mis primeros años de Derecho, vi que necesitaba estudiar algo más para poder canalizar mi interés vocacional por las Relaciones Internacionales. Necesitaba una universidad en línea, con bastante flexibilidad en el estudio, con una buena plantilla docente y con un programa de estudios atractivo. Todo ello se daba en VIU, y ahí fue cuando decidí estudiar Relaciones Internacionales en esta universidad que, con estudiantes de medio mundo, nos acerca digitalmente a Valencia y nos brinda una educación de calidad.
¿Cómo fue la experiencia?, ¿qué es lo que más destacarías del grado y de la Universidad?
Aunque parezca que una clase online puede ser fría o distante, lo cierto es que en VIU se nos hacían cortas las extensas clases de dos horas por las tardes. Es la pasión del profesor, sus métodos de docencia y las actividades de clase lo que nos impulsaba a estar en clase hasta las diez de la noche. Gracias a VIU pude conocer a compañeros de perfiles profesionales muy variados, la mayoría de ellos hoy buenos amigos repartidos por la geografía española y al otro lado del Atlántico. Recuerdo con especial agradecimiento algunas asignaturas como Teoría de las Relaciones Internacionales, Historia de las Relaciones Internacionales, las de Unión Europea o Economía Internacional, y otras tantas más. Fue precisamente en las clases de Historia donde aproveché para aprender y volcarme con Alemania, y donde encontré a profesores que me recomendaban buenas lecturas que a día de hoy me siguen sirviendo.
A día de hoy sigo recomendando VIU. En especial a perfiles de estudiantes que trabajan, que compaginan sus estudios en VIU con otros estudios, o simplemente estudiantes que buscan la experiencia de una universidad en línea. En todo momento sentí el calor de profesores atentos, y si se planteaba cualquier problema -como ocurre en circunstancias normales de la vida- siempre había alguien del equipo de atención al alumno, de la facultad o del propio claustro de profesores dispuesto a ayudarte, atender tus necesidades y sobre todo hacer ameno y enriquecedor el paso por VIU. Creo que dice mucho de la universidad que a día de hoy siga utilizando los apuntes de clase, y es que, sin duda, ¡haber estudiado en VIU deja huella!