Expertos VIU | Personas migrantes: la importancia de los hechos frente a los mitos y bulos
El Día Internacional del Migrante, celebrado este 18 de diciembre pasado, nos recuerda que, según cifras de la ONU, hay más de 250 millones de migrantes internacionales en el mundo, y desde 2014, más de 50.000 migrantes han perdido la vida en rutas migratorias en todo el mundo. Más allá de cifras, también nos recuerda que alrededor de la figura del migrante se ha creado una red de mitos perniciosos que lo desplazan a la otredad, convirtiéndolo en la coartada de los argumentarios xenófobos y racistas. Para contribuir a despejar estos mitos y aportar hechos a la discusión, le pedimos a nuestro experto, el Dr. Fabricio Forastelli que nos hiciera un repaso acerca de algunos conceptos y realidades básicas de la inmigración. El Dr. Forastelli es doctor en Filosofía por la University of Nottingham, doctor en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba y licenciado en Letras Modernas por la misma institución. Ha desarrollado una impresionante carrera profesional, que incluye, entre otras actividades, la docencia en universidades de Argentina, Reino Unido y España; la publicación de numerosos libros, capítulos, artículos en revistas de impacto y prensa; la participación en una extensa lista de grupos de investigación y la práctica de diversas responsabilidades institucionales. Es docente del Pregrado en Relaciones Internacionales de VIU y miembro del grupo de investigación EG-VIU de la Universidad.
Este 18 de diciembre pasado fue el Día Internacional del Migrante ¿Nos puedes explicar cual es la función de esta efeméride desde tu punto de vista?
La Organización de las Naciones Unidas instituyó el 18 de diciembre como Día Internacional del Migrante, como una oportunidad para difundir información sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas migrantes, así como de las experiencias e iniciativas que resulten productivas para su integración y el reconocimiento de sus derechos. La migración se ha constituido en un tema de la discusión pública de primer orden no sólo debido a sus alcances demográficos, políticos o económicos, sino porque nos interpela de modo persistente, política y moralmente. De modo que debemos tener presente que su conmemoración se produce hoy en el marco de debates en las democracias que incluyen tanto actores políticos que han hecho del discurso anti inmigratorio el centro de su intervención con apelaciones constantes al racismo y la xenofobia, como de posiciones que reclaman estar en posesión del suelo moral, pero reproducen categorías normalizadoras y abstractas sobre los derechos de los sujetos migrantes. En todo caso, pensamos que la experiencia de las personas migrantes interpela las estructuras políticas, visibilizando los límites y condiciones de posibilidad en que se debate el derecho a la existencia y a la vida digna con justicia. Desde el Grado en Relaciones Internacionales de VIU este debate es visto precisamente partiendo de la noción de legalidad internacional, que coloca como eje de interrogación el conjunto de instrumentos y procesos políticos y jurídicos de carácter internacional y nacional a través de los que se actúa para garantizar el respeto, protección y cumplimiento de esos derechos.
Existen muchos mitos en torno a la migración ¿Nos podrías señalar algunos de los más frecuentes o los que consideres más perniciosos?
En este marco de discusión política sobre los derechos, resulta fundamental recordar que según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas en estos momentos hay aproximadamente trescientos millones de migrantes internacionales en el mundo, que su condición responde a los más diversos motivos y están sujetos a la vulneración de sus derechos fundamentales. Organismos del Estado español como el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, pero también organizaciones de la sociedad civil en España, han producido informes relevantes e indican que frecuentemente la migración es vista como algo negativo, como una amenaza o se la vincula con la delincuencia, pero también con cuestiones como que los migrantes vienen a quedarse con los trabajos o abusan de los derechos sociales como la vivienda, la salud o la educación. Estos mitos constituyen el terreno sobre el que circulan “bulos” y discursos de odio que funcionan aislando el grupo a partir de una serie de estereotipos derogatorios previamente asignados, justifican y habilitan restricciones al acceso a derechos básicos y constituyen prácticas discriminatorias, hostiles e incluso criminalizadoras hacia las personas migrantes.
¿Crees que existe conciencia real del aporte que hacen, tanto a nivel económico como cultural, las poblaciones migrantes?
Para responder a esta pregunta es preciso situar un marco posible que tiene ya una respuesta parcial en la pregunta anterior. Distintos organismos de los Estados, organizaciones internacionales y de la sociedad civil han producido información relevante que sostiene la importancia de los aportes de las personas migrantes a las sociedades de acogida, así como a las de origen. En el ámbito del derecho, existe una amplia tradición de reconocimiento del derecho a migrar, comenzando con la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, a partir del cual las iniciativas de la gobernanza global han propiciado el reconocimiento de los aportes de la migración colocando como marco normativo y político el desarrollo y la seguridad. El eje de las iniciativas internacionales a partir de la década del 2000 ha sido establecer la migración como un derecho humano colocando como marco el desarrollo y la seguridad. Estos procesos han tenido críticas de diversos sectores tanto por los límites que plantea ese marco normativo de reconocimiento, muchas veces definido por las necesidades pragmáticas ante el avance de los partidos y formaciones políticas que tienen como núcleo el discurso anti inmigratorio, como a las restricciones en su aplicación en distintas regiones. En este marco, y vinculada a la pregunta anterior, las organizaciones de la sociedad civil observan que resulta fundamental informar para poder romper con los mitos y prejuicios sobre las personas migrantes que obstaculizan el reconocimiento de esos aportes, respecto al sentido de las migraciones internacionales como consubstancial a la historia de la humanidad tanto desde la perspectiva de la economía como de su contribución a la construcción de sociedades multiculturales, igualitarias y diversas.
Video ONU sobre migración
Vídeo de la ONU con datos sobre la migración
¿Nos puedes dar algunos datos o hechos respecto al peso que tienen a nivel económico las personas migrantes en nuestras sociedades?
Las principales investigaciones sobre migraciones indican un aporte fundamental a la economía de los países receptores y observan su importancia para todas las áreas de la economía, particularmente la activación y sostenimiento de áreas de la economía y el trabajo, la sostenibilidad del estado de bienestar y el consumo de bienes y servicios. En el caso de España los informes realizados por organismos públicos como el INE y el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Estado español, que ha colocado el eje de la política pública en la integración social de las personas migrantes así como en la lucha contra la discriminación y el racismo, pero también fundaciones sociales de algunas de las principales entidades bancarias, indican que el asentamiento de la población inmigrante en España ha supuesto un aporte fundamental al crecimiento económico del país. Por ejemplo, informes de la Fundación La Caixa han indicado que el establecimiento de migrantes supuso entre mediados de la década del 90 y 2005 entre el 30 y el 50 por ciento del crecimiento del PBI y aportó a la media de 2.6 por ciento de su crecimiento en los últimos diez años, que sin ellos hubiera sido negativa. Las personas migrantes incentivan la economía a través del consumo principalmente de vivienda y ocio; constituyen un aporte generacional ante el envejecimiento de la población nativa y aportan al funcionamiento y sostenibilidad de la seguridad social y el sistema de jubilaciones y pensiones. Frente al mito de que abusan del sistema de servicios sociales, los informes indican que, a pesar de que constituyen algo más del 12 por ciento de la población, en 2018 representaban un 6.8 del gasto en servicios sociales. El informe dedicado al periodo 2018-2019 plantea dos resultados relevantes para estos procesos. Por un lado, la situación de precariedad económica y laboral, empeorada por la pandemia, implica que el 46 por ciento de las personas migrantes se encuentra bajo la línea de la pobreza, versus un 18 por ciento de la población autóctona; el 8.9 por ciento vive en hogares donde al menos una persona está desempleada, casi un 17 por ciento en un hogar donde todos los miembros tienen un contrato laboral temporal y un 49 por ciento en hogares donde el pago de los gastos de la vivienda sobrepasan el 30 por ciento del ingreso. Por otro lado, el informe indica la relevancia de la población migrante para paliar los procesos de desploblación, ya que uno de cada 5 nuevos habitantes en zonas rurales es migrantes, y el porcentaje aumenta en los lugares con menos de 1000 personas. En este sentido, los aportes a las economías nacionales de las personas migrantes deben discutirse en el contexto de precarizacion y vulneración de sus derechos, ya que tienen un alto nivel de precariedad laboral y permanecen en los sectores y ocupaciones peor remunerados o de mayor temporalidad, presentan dificultades para acceder a derechos básicos como la vivienda, obstáculos administrativos e incluso, hostigamiento, persecución y detención.
Dos tercios de la población mundial vive en países que tienen niveles postransicionales de fecundidad, es decir, que ya han bajado por debajo de los niveles de reemplazo. En este contexto ¿Cuál es la importancia de los movimientos migratorios y las personas migrantes?
Como bien indica la pregunta, la población mundial, principalmente en los llamados países desarrollados, se encuentra en un proceso descendente, debido a la baja tasa de fertilidad y natalidad entre otros factores como el envejecimiento. Ahora bien, la propia pregunta plantea una serie de cuestiones relevantes ya que está vinculada a debates sobre pobreza y género, que permiten poner en discusión la noción de reemplazo poblacional como amenaza respecto de los movimientos migratorios y las personas migrantes. Puede señalarse, por ejemplo, que el Instituto Nacional de Estadísticas de España ha indica que para el periodo 2021-2022 la población de España aumentó en 182.141 personas durante la primera mitad del año y se situó en 47.615.034 habitantes, y que este crecimiento se debió a un saldo migratorio positivo de 258.547 personas, que compensó un saldo vegetativo negativo de 75.409 personas. Los movimientos migratorios tienen una gran relevancia sobre todo en lo que hace al impacto en el tejido social y económico de los Estados, pero ciertamente esta relevancia depende de la producción de políticas públicas que enmarquen la experiencia de la migración como derecho a la justicia y la dignidad.
Niños refugiados en un campo de refugiados sirio cerca de la frontera turca. Alepo, Siria 14 de marzo de 2022
Una categoría nueva, pero que se intuye por desgracia cada vez más común, son los llamados migrantes climáticos. Teniendo como antecedente el acuerdo del reciente COP27 para crear un fondo de pérdidas y daños destinado a los países más vulnerables ¿Europa y el norte global tiene una obligación moral a la hora de acoger a estas poblaciones?
La pregunta nos sitúa en los debates sobre responsabilidad moral en el ámbito de las relaciones internacionales, ya que nos permite poner en discusión los acuerdos logrados durante la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) en Egipto el 20 de noviembre de 2022 que, como parte de un largo proceso de trabajo en el área de los objetivos de desarrollo sostenible, establecieron entre sus propuestas de trabajo la creación de un fondo de pérdidas y daños que tiene como principales receptores a los países más vulnerables o “en desarrollo”. La noción de “migrantes climáticos” se asocia en el debate público al reconocimiento de la aparición de nuevos actores en los procesos migratorios, no sólo internacionales sino internos a los propios Estados, que tienen condiciones específicas socioambientales debido al calentamiento global, el modo desigual con que éste afecta a los Estados y regiones y la responsabilidad de los países más desarrollados frente a los mismos. En este sentido, existen distintas posiciones respecto de la modificación de los instrumentos jurídicos y políticos existentes en el ámbito de la política y el derecho internacional para dar cuenta de estos nuevos procesos, aunque el plan de acción del COP27 establece que existe la capacidad científica de definir los procesos según han sido afectados por el cambio climático. Desde nuestra perspectiva la discusión debe incluir la responsabilidad moral de Europa y el Norte Global en la medida en que permite dar cuenta, no sólo de las acciones de los actores e instituciones, sino reconstruir la discusión pública sobre los derechos que constituyen el marco para acoger y proteger a la población migrante. En este sentido, recuperamos desde el Grado en Relaciones Internacionales, la palabra de las personas migrantes cuando afirman que "ser inmigrante no es un delito y ninguna persona es ilegal”.