Funciones del mediador ¡Así se resuelven los conflictos en el aula!
“Funciones del mediador” es una expresión que nos puede confundir un poco. ¿Para quién está dirigido este tema? ¿dónde debo utilizar este conocimiento? Estas y muchas otras preguntas suelen surgir al acercarnos a este título. Pero cuando hemos tenido contacto con el campo de la educación, todo comienza a volverse más claro.
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Cuántos profesionales han sufrido decepciones laborales a causa de no tener herramientas prácticas que les ayuden a manejar los conflictos que se han presentado en el aula. No es suficiente con ser el mejor en tu área o tener la mayor cantidad de conocimientos teóricos; las frustraciones en la docencia y de trabajadores de este gremio, muchas veces, se deben a no haber podido dar solución a este recurrente fenómeno. A continuación veremos un abanico de opciones que serán un gran aporte para esta importante tarea.
Funciones del mediador ¿Por qué las debes conocer?
Conocer las funciones del mediador es una herramienta esencial en el trabajo dentro del aula, debido a que todos somos elementos activos de nuestra sociedad, y como tales, en todos los espacios de interacción con otras personas vamos a tener empatía con los demás o también podemos estar en desacuerdo. El conflicto es parte de nuestra vida diaria y no es necesario temer a este tipo de situaciones.
Los conflictos en el aula son una constante, porque los procesos colectivos de aprendizaje son una experiencia primordial de nuestro contacto y comunicación con otras personas. Además, paulatinamente se convertirán en un espacio de convivencia: aquí, conocer al otro implica no solo compartir los aspectos en los que nos conectamos con él, sino los aspectos que nos diferencian y hasta los que nos pueden llegar a incomodar.
Por estas razones es imprescindible que el guía de la experiencia de aprendizaje posea un conocimiento muy bien desarrollado acerca de las funciones que debe cumplir un mediador que tenga como objetivo colaborar en la resolución de los conflictos que se presentan constantemente en el aula. Recordemos que, por ejemplo, en un aula de perfil escolar básico, los niños están apenas accediendo a sus primeras experiencias de socialización en el mundo; en estos casos la habilidad y asertividad para reconocer a los actores y sus roles será clave para darle un manejo idóneo a estas situaciones.
Y… ¿cuáles son las funciones del mediador?
En primera medida, debemos tener en cuenta que el mediador escolar ideal es una persona que identificamos como alguien que no se altera fácilmente frente a las situaciones de conflicto. Puede ser alguien que tenga un carácter tranquilo, en líneas generales, y que pueda socializar sin inconvenientes entre distintos tipos de personalidades. También debemos haber detectado que esta persona tiene la capacidad de mediar en momentos de tensión entre sus compañeros, alguien que además disfruta en su rol de llegar a acuerdos entre distintas posturas cuando se presentan discusiones.
A continuación veremos las funciones más importantes que debe cumplir un mediador, con el fin de aportar a la resolución de los conflictos en el aula:
- Establecer normas que ayuden a organizar la mediación. Un ejemplo de este tipo de normas es establecer un orden de participación de cada persona y evitar las interrupciones en cada intervención.
- Evitar hacer juzgamientos en el momento de la mediación. Debe tener la capacidad de mantener una posición neutral cuando se realizan las intervenciones correspondientes.
- Escuchar activamente a los participantes de la mediación. Esta persona debe estar muy atenta a los argumentos presentados para posteriormente tener claridad en la transformación del conflicto.
- Entender que su función no es solucionar directamente el conflicto. El mediador debe tener la habilidad de darle las herramientas a sus compañeros para que ellos lleguen a un pacto y debe colaborar en la creación de todas las condiciones que aseguran su cumplimiento.
Para utilizar de forma exitosa las funciones del mediador en la resolución de conflictos en el aula debemos ser grandes observadores, entender el entorno en el que estamos trabajando, tener confianza en los integrantes del equipo con el que compartimos estos espacios y es muy importante que aprovechemos la creatividad y la empatía por las personas que tenemos a nuestro alrededor, no solo en el aula sino en toda nuestra vida diaria.
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