Expertos VIU | Dr. Víctor José Villanueva: Tabaco, un análisis del panorama actual
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el tabaco mata cada año a más de 8 millones de personas. Pero además de este impacto directo sobre la salud de las personas, la industria del tabaco tiene un enorme impacto ambiental: a lo largo de un año la industria tabacalera corta 600.000.000 árboles para fabricar cigarrillos, utiliza 22.000.000.000 litros de agua y libera 84.000.000 toneladas métricas de CO2 al ambiente, contribuyendo a acelerar aún más el cambio climático.
Por ello hemos querido aprovechar la celebración del Día Mundial Sin Tabaco para hablar con el Dr. Víctor José Villanueva Blasco, especialista en prevención y reducción de daños en drogodependencias, sobre los peligros del tabaco y la situación actual de su consumo entre la población. El Dr. Villanueva Blasco, es doctor en Psicología y Psicobiología por la USC, miembro de la Red de Investigación en Atención Primaria en Adicciones - RIAPAd, IP del grupo de investigación GI-SAPS de VIU y director del Maestría Oficial en Prevención de Drogodependencias y otras Conductas Adictivas de la Universidad.
¿Por qué es adictivo el tabaco? ¿Cómo actúa sobre nuestro cerebro?
El fumador promedio absorbe 1 a 2 miligramos de nicotina por cigarrillo. En menos de 10 segundos la nicotina llega al cerebro (esta rápida absorción explica su potencial adictivo). Tras cruzar la barrera hematoencefálica, realiza acciones a nivel de neurotransmisores (como incrementar los niveles de dopamina en los circuitos de recompensa del cerebro, lo que refuerza la conducta de consumir esta droga), se distribuye por los diferentes tejidos y órganos, causando diversos efectos. Entre estos, está la estimulación de las glándulas adrenales, que provoca una descarga de epinefrina (adrenalina), provocando un aumento de la presión sanguínea, la respiración y el ritmo cardíaco. Estos efectos alcanzan su máximo nivel de efecto en menos de 10 minutos, y van disminuyendo durante unos 60-120 minutos.
Un fumador típico aspira hasta 10 veces un cigarrillo en los escasos 5 minutos que lo mantiene encendido. Esto significa que al fumar diariamente un paquete de 20 cigarrillos se estimula el cerebro con nicotina unas 200 veces al día. La exposición repetida a la nicotina altera la sensibilidad de estos circuitos a la dopamina e induce cambios en otros circuitos del cerebro vinculados al aprendizaje, al estrés y al autocontrol. De hecho, en muchos consumidores de tabaco, estos cambios que se producen en el cerebro a largo plazo explican el desarrollo de la adicción, la cual conlleva síntomas de abstinencia cuando la persona no fuma y hace que sea difícil dejar de fumar.
¿Cuáles son las principales consecuencias sobre la salud que produce el consumo de tabaco?
En los cigarrillos de tabaco están presentes más de 7.000 sustancias químicas y docenas de gases (principalmente monóxido de carbono). Todas estas sustancias son perjudiciales para la salud. Aunque la industria del tabaco, a través del marketing y la publicidad, manipula las creencias de los consumidores, o potenciales consumidores, haciendo creer que hay formas de consumir nicotina más “saludables”, realmente todas tienen serios perjuicios para la salud.
Por ejemplo, hay quien piensa que el tabaco de liar tiene menos riesgos para la salud porque contienen menos aditivos. Sin embargo, los contenidos de nicotina, alquitrán y monóxido de carbono alcanzan valores de hasta el 70%, el 85% y el 84%, respectivamente, más de lo permitido para los cigarrillos convencionales. Esto tiene una clara intención por parte de la industria. Más nicotina significa mayor adicción. Más alquitrán y monóxido de carbono se traduce en mayor capacidad de producir enfermedad. A nivel de daños para la salud, los fumadores de tabaco de liar muestran un mayor riesgo de cáncer de boca, laringe, faringe y pulmón que los fumadores de cigarrillos convencionales.
En cuanto a los efectos perjudiciales de los cigarrillos electrónicos (conocidos como vapers), en primer lugar, destacar el riesgo de intoxicación por consumo de nicotina, especialmente en el caso de los menores. También destacan las lesiones respiratorias, por una mayor reactividad pulmonar, disminución de los sistemas de defensas y aumento de las secreciones respiratorias (neumonías, bronquiolitis respiratoria, hemorragia alveolar difusa, neumonitis, entre otras), así como aumento del riesgo cardiovascular. En todo caso, no sólo la nicotina es perjudicial para salud. También lo son los aditivos y otros componentes.
Desde una perspectiva de género, también hay cuestiones importantes que sobre las que informar. Debido a que la difusión del consumo de tabaco fue posterior en las mujeres que en los hombres, y a que los efectos sobre la salud son más apreciables tras décadas de consumo, se pensó, equivocadamente, que el tabaco no dañaba la salud de las mujeres tan intensamente. La primera consecuencia de ello fue que el punto de referencia para valorar el impacto del tabaquismo sobre la salud está masculinizado. Sin embargo, el cáncer de mama, junto con el de pulmón, es el que con mayor frecuencia causa la muerte en mujeres en todo el mundo. También está aumentando entre las mujeres la incidencia de cáncer oral, garganta, laringe, esófago, estómago, páncreas, vesícula biliar, riñón, cérvix y útero.
En el ámbito de la salud sexual y reproductiva, el tabaco disminuye la fertilidad, aumenta el riesgo de embarazos ectópicos, abortos, partos prematuros y de nacimientos de bajo peso y favorece el adelanto de la menopausia.
¿Qué impacto ecológico tiene la producción y consumo de tabaco?
Además de las cifras entregadas por la OMS citadas al principio de la entrevista; contrastados los datos con el compañero Joseba Zabala, Médico de Salud Pública de Vitoria, cada año generamos entre 340 y 680 millones de kilos de residuos procedentes de la industria del tabaco. En España se tiran al suelo entre 75 y 90 millones de colillas cada día. Proporcionalmente a la población, en Comunidad Valenciana se estarían tirando al suelo más de 9.000.000 de colillas cada día. Cuando las colillas son arrojadas a la calle, la lluvia y el viento las transportan causando una grave contaminación de suelos, aguas y ecosistemas naturales. Una colilla tarda más de 12 años en degradarse.
Adicionalmente, la manufactura de los cigarrillos consume grandes cantidades de recursos naturales. Lleva a la deforestación, porque se necesitan 11 toneladas métricas al año de bosque para el tabaco y el curado de sus hojas, y aún más para empaquetarlo y el papel de los cigarrillos. También emplea pesticidas y productos químicos.
¿Aumentan o disminuyen las cifras de consumo de tabaco entre las generaciones más jóvenes?
A nivel nacional, los datos de la Encuesta ESTUDES del Plan Nacional Sobre Drogas reflejan que en población juvenil (14 a 18 años), el tabaco es la segunda droga más usada. Antes de la pandemia y el confinamiento se observó una tendencia ligeramente ascendente del consumo de tabaco; sin embargo, durante el 2021 se produjo un descenso. Hay que esperar a ver si esta es una consecuencia derivada del confinamiento, o persiste en el tiempo. Lo que no ha cambiado es que la prevalencia de consumo es mayor en las mujeres en todos los grupos de edad y en todos los tramos temporales analizados.
¿Las nuevas formas de consumo de tabaco y de productos con tabaco o nicotina, especialmente los que son promocionados como más ‘sanos’ o menos nocivos, como los cigarrillos electrónicos o similares, son realmente menos dañinos y adictivos?
Las estrategias de marketing de la industria tabaquera se orientan a que los cigarrillos electrónicos resulten más atractivos que el tabaco convencional. En primer lugar, la denominación “vaper” ha sido una estrategia de manipulación informativa por parte de la industria hacia los consumidores haciéndoles creer la idea de que aspiran vapor de agua, transmitiendo la idea de inocuidad. Pero lo que se inhala y expulsa es un aerosol. Entre los productos químicos identificados en el aerosol de los CE se encuentra la nicotina, el propilenglicol, la glicerina vegetal, compuestos orgánicos volátiles (benzeno, tolueno), metales pesados (cromo, cadmio, zinc, níquel, plata, estaño), partículas PM 2.5, carbonilos, nitrosaminas, hidrocarburos policíclicos, dietilenglicol (anticongelante) o compuestos carcinógenos como las nitrosaminas, N-nitrosaminas e impurezas específicas del CE potencialmente nocivas (anabasina, miosmina, y b-nicotirina). En definitiva, los CE son potencialmente adictivos y perjudiciales para la salud.
Asimismo, los CE son promocionados como una alternativa más segura que fumar tabaco convencional, consiguiendo que este mensaje capte la atención de los potenciales consumidores, y como una alternativa menos dañina para los fumadores. De hecho, los CE pueden ser la primera vía de contacto con la nicotina en personas no fumadoras; mientras que para los exfumadores la exposición de nuevo a la nicotina les puede conducir a una recaída.
Respecto a su utilidad clínica para dejar de fumar la evidencia científica es limitada y debe ser tomada con precaución. Se señala que su utilidad como dispositivos de terapia sustitutiva con nicotina estaría condicionada a si el fumador sabe autoadministrarse la dosis de nicotina adecuada. Es decir, no debe considerarse sólo la dosis de nicotina contenida en el líquido que se comercializa, sino aspectos relacionados con la forma de fumar. Por otra parte, la industria oculta que entre el 60-90% de usuarios de CE siguen consumiendo de forma dual los cigarrillos convencionales, por lo que la adicción y el riesgo real no se reduce ni sustancial ni significativamente.
¿Qué consejos darías a alguien que está dejando de fumar? ¿Puedes recomendar algunos recursos gratuitos para quienes busquen apoyo o consejo para dejar el tabaco?
Estamos hablando de una adicción. Dejar de fumar no es fácil. El primer paso es reconocer y ser conscientes de los problemas que el consumo de tabaco/nicotina puede ocasionar a nuestra salud y a la de las personas de nuestro entorno.
Respecto a las recomendaciones, en la página web del Ministerio de Sanidad (https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/tabaco/ayuda.htm) tenemos acceso a distintos recursos para que las personas consumidoras de tabaco puedan encontrar guías, programas, o instituciones especializadas, que les asesoren y ayuden a abandonar el consumo de tabaco y afrontar la adicción a la nicotina.
Si quieres informarte más sobre el tema, te dejamos dos estudios recientes y una campaña informativa en los que ha participado el Dr. Víctor José Villanueva Blasco:
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