Expertos VIU | Trastorno bipolar, la realidad de una enfermedad incomprendida y mal representada
Todos los 30 de marzo se celebra el Día Mundial del Trastorno Bipolar, una efeméride creada para generar conciencia y eliminar el estigma social en torno a esta enfermedad. En vista del desconocimiento, y, sobre todo, de la distorsión y trivialización que existe tanto a nivel informativo como de imaginario popular sobre el trastorno bipolar, resulta evidente la importancia que tienen instancias de visibilización como este día mundial. Más aún teniendo en cuenta que, según la OMS, en 2019, 40 millones de personas padecían este trastorno.
Para contribuir a esclarecer concepciones erróneas y aportar conocimiento científico a la conversación en torno al tema, le pedimos a dos de nuestros expertos, la Dra. Arantxa Duque Moreno y Basilio Blasco Núñez, que nos explicaran algunos conceptos fundamentales sobre el trastorno bipolar.
La Dra. Arantxa Duque Moreno es licenciada en Psicología, doctora en neurociencias y directora del Pregrado en Psicología de VIU.
Basilio Blanco Núñez es Psicólogo y docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de VIU
Comencemos por lo primero ¿Qué es el Trastorno Bipolar? Y ¿Qué no es?
Es una enfermedad mental compleja caracterizada por una alteración del estado de ánimo con fluctuaciones entre episodios hipomaníacos, maníacos y de depresión mayor.
Atendiendo al Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales en su versión actual (DSM-5), los episodios hipomaníacos y maníacos son “períodos definidos de estado de ánimo anormalmente y persistentemente elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la actividad o la energía, que está presente la mayor parte del día, casi todos los días”. En el caso de los episodios hipomaníacos, estos duran como mínimo cuatro días consecutivos y una semana en el caso de los episodios maníacos.
Los episodios de depresión mayor deben incluir al menos estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o placer, además de cuatro síntomas más como mínimo entre los siguientes: variaciones en el peso; problemas de sueño; agitación o retraso psicomotor; fatiga o pérdida de energía; sentimientos de inutilidad o culpa; disminución de la capacidad para pensar, concentrarse o tomar decisiones; o pensamientos recurrentes de muerte.
No debe confundirse el trastorno bipolar con momentos puntuales de tristeza o de felicidad de horas o pocos días de duración que no son en absoluto patológicos, ya que no generan un malestar clínicamente significativo. Así, la clave es la frecuencia, duración e intensidad de los pensamientos, conductas y emociones experimentadas.
"Uno de los aspectos más importantes es que el paciente reconozca que tiene un trastorno y que, además, conozca la sintomatología de cada episodio"
En la misma línea ¿Qué es el espectro bipolar?
El concepto de espectro bipolar surge debido a que existen diferentes tipos de trastorno bipolar. Así, en función de cómo se combinen los episodios hipomaníacos, maníacos y de depresión mayor encontramos, entre los principales, el trastorno bipolar I, el trastorno bipolar II y el trastorno ciclotímico.
El trastorno bipolar I requiere que exista al menos un episodio maníaco precedido o seguido de episodios hipomaníacos o de depresión mayor. Por su parte, para el diagnóstico del trastorno bipolar II es necesario que se produzca al menos un episodio hipomaníaco actual o pasado y un episodio de depresión mayor actual o pasado. Por último, el trastorno ciclotímico debe incluir periodos con síntomas hipomaníacos que no llegan a ser episodios hipomaníacos y periodos con síntomas depresivos que no llegan a ser episodios de depresión mayor durante al menos dos años.
¿Cómo se manifiesta el trastorno bipolar en una persona que lo sufre?
Las fluctuaciones en el estado de ánimo son la principal manifestación del trastorno bipolar.
La manifestación del trastorno bipolar en su fase maníaca o hipomaníaca incluye todos aquellos pensamientos, emociones y/o conductas que se caracterizan por un mayor nivel de activación. Por ejemplo, una persona puede notar que lleva un motor dentro de su cuerpo todo el rato o que los pensamientos fluyen sin control. Otra persona puede ir a comprar compulsivamente objetos que realmente no necesita o ir a un bar y empezar a beber de forma desinhibida hasta la embriaguez.
La manifestación del trastorno bipolar en su fase de depresión mayor incluye todos aquellos pensamientos, emociones y/o conductas que se caracterizan por un menor nivel de activación. Por ejemplo, una persona puede no tener ganas de hacer nada y pasar horas y horas con el móvil en la mano sin ningún objetivo concreto. Asimismo, es frecuente la alteración del sueño, por exceso o por defecto. En los casos más graves, existe ideación suicida e, incluso, intentos de suicidio.
Todo lo anterior se traduce en un fuerte desgaste funcional, cognitivo y, por supuesto, emocional, lo que tiene un impacto directo sobre la calidad de vida.
¿Cuáles consideras que son los mitos y conceptos erróneos más frecuentes en torno al Trastorno Bipolar?
Se generan mitos en los propios pacientes que acuden a terapia respecto a ellos mismos o sus familiares, confundiendo, por ejemplo, un trastorno de ansiedad con el trastorno bipolar. También, en población general, en ciertas ocasiones, se tiende a pensar que cualquier fluctuación en el estado de ánimo es trastorno bipolar. Sin embargo, como se ha indicado previamente, es fundamental tener en cuenta la frecuencia, duración e intensidad de los síntomas.
Otro mito consiste en interpretar que, en los episodios de hipomanía o manía, las personas son felices. Frente a esta creencia, lo que caracteriza precisamente a estos episodios es el malestar provocado por los cambios de energía y sueño desproporcionados que experimentan las personas.
Un tercer mito muy frecuente es considerar que las personas con trastorno bipolar están siempre muy alteradas o muy deprimidas, no habiendo un término medio. No obstante, existen también periodos prolongados de estado de ánimo estable conocidos como eutimia.
Asimismo, existe la tendencia a pensar que las personas con trastorno bipolar no están adaptadas a la sociedad. Sin embargo, si reciben un tratamiento adecuado, pueden llevar a cabo una vida normalizada.
"Un mito frecuente consiste en interpretar que, en los episodios de hipomanía o manía, las personas son felices"
¿Qué vías terapéuticas existen actualmente para tratar este trastorno? ¿De qué depende la aplicación de una u otra?
Este trastorno es crónico, por lo que no tiene cura, pero sí que es posible tratarlo, a través de farmacoterapia, de psicoterapia o de ambos.
Los fármacos más utilizados son los estabilizadores del estado de ánimo, los antipsicóticos, los antidepresivos y los fármacos duales antidepresivos-antipsicóticos. Sin embargo, es fundamental combinarlos siempre con la psicoterapia, siendo la intervención psicoeducativa, la terapia cognitivo-conductual y la terapia familiar las más utilizadas.
En general, uno de los aspectos más importantes es que el paciente reconozca que tiene un trastorno y que, además, conozca la sintomatología de cada episodio para entender realmente lo que le ocurre. Asimismo, uno de los objetivos psicoterapéuticos más relevantes es promover en el paciente un estilo de vida saludable que equilibre su funcionamiento biopsicosocial. Así, lo más importante es ayudar al paciente a prevenir y controlar en todo momento la sintomatología.
¿Existen factores biológicos y/o genéticos?
Existen amplias evidencias que indican que esta enfermedad, al igual que ocurre con la esquizofrenia, por ejemplo, se relaciona con una compleja interacción entre factores tanto biológicos o genéticos como ambientales.
En este sentido, el componente de heredabilidad es fuerte, habiendo una probabilidad más alta de padecer el trastorno si existen antecedentes familiares. Sin embargo, los genes implicados son varios, por lo que es difícil determinar con claridad las variantes genéticas concretas.