Expertos VIU | Alejandro Cano Villagrasa. Parálisis Cerebral: ¿Qué es y cómo puede la Logopedia y la Neuropsicología ayudar a mejorar la calidad de vida de los afectados?
Alejandro Cano Villagrasa es docente de la Carrera en Logopedia y de la Carrera en Psicología de VIU. Es Logopeda, Psicólogo, técnico Superior en Audiología Protésica, Máster en Psicología y Psicopatología perinatal, Máster en Salud Mental, Máster en Neurologopedia y actualmente es doctorando en Promoción de la Autonomía y Atención sociosanitaria a la dependencia por la UV. Además de su labor docente, se desempeña profesionalmente en la Clínica de Logopedia de la UV y en la Clínica Inia Neural. Sus principales líneas de investigación son Síntomas lingüísticos-cognitivos en Daño Cerebral Adquirido, Trastornos del Neurodesarrollo y Enfermedades Neurodegenerativas, por ello y con ocasión de que en octubre se celebra el Día Mundial de la Parálisis Cerebral, le realizamos una entrevista en la que nos aclara algunos conceptos importantes respecto a esta afectación y cómo la logopedia y la neuropsicología puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
¿Qué es la parálisis cerebral? ¿Qué la causa?
La parálisis cerebral (PC) es una afectación neurológica que afecta a diferentes apartados del desarrollo: a los aspectos motores, cognitivos, lingüísticos y de autonomía del usuario con esta patología. Estas dificultades alteran significativamente el correcto desarrollo de las actividades de la vida diaria de las personas que cursan con este trastorno. Se puede clasificar dependiendo de diferentes factores: del lugar o zona de la afectación, la alteración motora o la extensión de la lesión. Además de ello, se podrían establecer diferentes tipos como podrían ser la PC espástica, la PC discinética, la PC atáxica o la PC hipotónica.
La PC se manifiesta en las primeras etapas del desarrollo infantil o en la adultez debido a diferentes factores tanto prenatales como postnatales. En una primera instancia, durante el periodo de gestación fetal, los factores que favorecen la aparición de este trastorno son el consumo de drogas u otras sustancias tóxicas para el bebé, la aparición de infecciones, enfermedades de carácter genético o malformaciones cerebrales. En una segunda instancia, en el periodo perinatal se destacan la asfixia o hipoxia durante el parto. Por último, durante el periodo postnatal o de desarrollo infanto-juvenil o adulto, las causas más importantes son los traumatismos craneoencefálicos, meningitis o paradas cardio-respiratorias.
Actualmente, existe una mayor prevalencia de este trastorno neurológico. Según los últimos estudios consultados, el 75% de aparición reside en la etapa prenatal, el 15% en la etapa perinatal y el 10% en la etapa postnatal, siendo un dato interesante, ya que nos indica la importancia del periodo gestacional y las conductas de prevención y buena salud que debe mantener el entorno familiar para que no se produzcan dificultades durante esta.
Por ello, la PC se ha convertido en una de las afecciones neurológicas más destacadas y prevalentes en los últimos años.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes? ¿Sobre qué edad se suele detectar?
Los síntomas frecuentes en la PC son principalmente motores. Observaremos que el usuario presentará signos neurológicos y motores tales como un retraso motor significativo, alteraciones en el tono muscular (siendo este hipotónico o hipertónico), limitaciones de movimiento o movimientos involuntarios y la persistencia de los reflejos primitivos durante más tiempo del indicado.
Afortunadamente, los síntomas se pueden localizar y detectar de forma temprana durante los primeros meses de vida, siempre y cuando se realicen las revisiones y exploraciones pertinentes de forma regular por los especialistas médicos. La familia de los usuarios que sospechen de posibles alteraciones en el desarrollo debe acudir de inmediato o lo antes posible para evaluar la posible existencia o no de patologías o trastornos, ya que una detección precoz puede mejorar significativamente el pronóstico.
¿Cómo afecta la parálisis cerebral a las facultades lingüísticas-cognitivas?
Las afecciones cognitivo-lingüísticas en personas que presentan una PC son de lo más heterogéneas. Según la etiología del trastorno, en el apartado cognitivo, se destacan las afecciones en la atención, la memoria, las funciones ejecutivas y la conducta. Por otro lado, respecto a la dimensión lingüística, las alteraciones residen en la articulación de los fonemas, así como en la estructuración lingüística de un discurso coherente, ajustado a la conversación, además de la intención comunicativa para expresar sus necesidades básicas del día a día.
Normalmente, en la PC, las diferentes estructuras cerebrales sufren un daño significativo que altera su composición bioquímica y funcional, además de las conexiones neuronales, lo que dificulta, en ocasiones, la correcta funcionalidad sincrónica entre las regiones cerebrales. Tenemos, por ejemplo, una alteración de la memoria ya que, al no haberle llegado suficiente oxígeno a las células del hipocampo, estas experimentan un proceso de muerte celular, que provoca una disminución de la capacidad memorística del individuo. En la misma línea, otras alteraciones en regiones como el área prefrontal, alterarán el proceso ejecutivo, así como la conducta del usuario. Por último, también se pueden ver alteradas regiones de la corteza temporal y parietal en donde se encuentran las zonas encargadas del lenguaje, influyendo en la correcta adquisición de este o en la programación motora y cognitiva del habla.
¿Qué papel puede jugar la neuropsicología y la logopedia en la atención de las personas con parálisis cerebral?
Por un lado, la neuropsicología es una disciplina fundamental para la rehabilitación e intervención de usuarios con PC, ya que se encargarán de la mejora de los procesos cognitivos como la atención y la memoria, así como de las funciones ejecutivas, favoreciendo aspectos como el aprendizaje. También se encargarán de proporcionar estrategias de manejo de la conducta a los familiares, ya que es muy probable que aparezcan problemas de conducta en usuarios con este trastorno.
Por otro lado, la logopedia es una disciplina encargada en la evaluación y la intervención de los trastornos del lenguaje, la comunicación, la voz, la deglución y la audición. Justamente, los usuarios que presentan una PC podrían presentar disfagia, es decir, un trastorno de la deglución que dificulta la ingesta de alimentos o líquidos de manera segura y eficaz. Los logopedas mejorarán las capacidades de estos usuarios, dotándoles de estrategias y herramientas necesarias para que la deglución sea segura. Además de ello, los problemas en la comunicación también aparecen de forma notoria en estos usuarios. Como dije anteriormente, las afectaciones lingüísticas radican en dificultades articulatorias o en la posibilidad de comunicar adecuadamente un discurso funcional, lo que dificulta la comprensión y el establecimiento de una conversación bidireccional entre los interlocutores. Es por ello, que los logopedas podrán ofrecer un amplio abanico de sistemas alternativos y aumentativos de comunicación, que permitan al usuario una mayor autonomía en las labores comunicativas y lingüísticas.
Por lo tanto, el campo de la neuropsicología y la logopedia se conforman junto a otras disciplinas como dos pilares fundamentales en la evaluación y en la intervención de usuarios que presentan una PC.
¿Las intervenciones desde la logopedia pueden mejorar la calidad de vida de las personas con PC?
Indudablemente. La logopedia proporciona diversas estrategias para mejorar la comunicación y el lenguaje, así como otros aspectos importantes para aumentar la calidad de vida de las personas con PC. Aunque la evolución pueda ser lenta en ciertos usuarios, la intervención logopédica es fundamental, ya que ayudará a que las personas con PC y sus familiares tengan un entorno comunicativo funcional, pudiendo describir las necesidades básicas y poder apoyar ese aspecto de forma satisfactoria.
La calidad de vida en estos usuarios es sumamente importante. La realidad de la PC es que es un trastorno muy limitante, que impide realizar de forma exitosa muchas actividades de la vida diaria. Hay una limitación motora, lingüística y cognitiva, que dificulta enormemente que un niño o un adulto pueda gestionar correctamente y de forma autónoma las necesidades del día a día, lo que puede generar mucha frustración. Si a estos pacientes se les proporcionan herramientas de apoyo lingüístico o comunicativo, se verán capaces de realizar acciones por si solos: el demandar una necesidad, hablar con sus amistades o poder indicar o narrar eventos y situaciones de su vida, fomentará la interacción social con su entorno, pudiendo ser un agente activo dentro de este.
¿Cómo van cambiando las necesidades asistenciales de las personas con PC a medida que se van haciendo mayores? ¿Su sintomatología evoluciona o permanece similar?
Las personas con PC no tienen una clínica que sea constante durante toda su vida, es decir, la adaptación asistencial acompaña al paciente adaptándose a sus necesidades del día a día. Es importante destacar que las necesidades básicas cambian a medida que el usuario con PC va creciendo y mejorando.
Durante la infancia, las dificultades motoras y atencionales dificultan el correcto seguimiento de las lecciones académicas, hay una mayor necesidad de apoyo y dependencia de los familiares o terapeutas para poder desarrollar y cubrir sus necesidades básicas.
En la adultez, aparecen limitaciones en el ámbito laboral y social, en donde la persona con PC busca obtener una vida lo más normalizada posible, intentando controlar la salud y los síntomas comunes de la PC.
Por último, se ha de resaltar que existen dos realidades para las personas con PC. La primera de ellas es la parte congénita de la enfermedad, puesto que no será igual si el paciente presenta una PC desde el nacimiento o si es provocada por un accidente o afección durante la infancia, la adolescencia o la adultez. La segunda de ellas es el apartado familiar, en donde los padres se ven en la tesitura de gastar recursos, tanto económicos como sociales para que su hijo tenga una vida lo más normalizada posible.