Ana Belén Pardo - VIU.jpg
Expertos VIU

Expertos VIU | Ana Belén Pardo Salamanca. Neuroeducación: conceptos, mitos y posibilidades

Emilio Vivallo-Ehijo

Neuroeducación. Una palabra que puede que a muchos nos suene, pero que pocos podríamos definir. Se trata, sin embargo, de una de las disciplinas emergentes con más potencial en el campo de la educación, y gracias a sus avances se abre la posibilidad de cuestionar antiguos paradigmas y abrir nuevas vías para un enfoque más inclusivo y flexible de las metodologías educativas. Por ello, para conocer más sobre el tema le pedimos a una experta que nos aclarara algunos conceptos. Ana Belén Pardo Salamanca es Licenciada en Pedagogía, Máster en Necesidades Educativas Especiales y Atención Temprana y Postgrado en TDAH, dificultades de aprendizaje y modificación de conducta. Es Gerente del Gabinete Psicopedagógico Mandala, Perito Judicial Psicopedagógico y coordinadora y docente de la Maestría Oficial en Necesidades educativas especiales y Atención Temprana.   

 ¿Qué es la neuroeducación?

La neuroeducación es una disciplina emergente que pretende utilizar los conocimientos existentes sobre cómo funciona el cerebro y cuál es su fisionomía y cómo éste interactúa con el aprendizaje. Ha sido una de las últimas ciencias sociales en emerger, fue a partir del año 2002 cuando comenzó a adquirir más relevancia con la publicación del informe de la OECD Understanding the Brain: towards the New Learning Science.

La neuroeducación se basa tres pilares: la neurociencia (estructura y función del cerebro) la pedagogía (cómo se desencadenan los procesos de aprendizaje en el aula o en la familia) y la psicología (hallazgos en procesos mentales y conductas). Nos permite ajustar y mejorar las estrategias pedagógicas basándonos en el conocimiento que existe sobre el funcionamiento del cerebro y sus conexiones neuronales.

El objetivo de la neuroeducación o también denominada neurociencia educativa es mejorar los procesos de aprendizaje tanto a nivel docente como discente, estudiando recursos y metodologías de aprendizaje que ayuden a proporcionar habilidades y competencias al alumnado a partir de sus características neurobiológicas diversas.

¿Cuáles son sus aplicaciones y posibilidades?

La neuroeducación nos proporciona las bases teóricas sobre el proceso de enseñanza -aprendizaje y cómo se relaciona con el funcionamiento cerebral. Con esta disciplina se pretende poder aplicar en el aula los conocimientos que poseemos sobre cómo influyen procesos cerebrales como la curiosidad, la motivación, la emoción y la atención en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Debemos acompañar las experiencias de aprendizaje de emociones positivas para conseguir que el alumno/a no asocie estas experiencias al fracaso. Sabemos que experiencias positivas con respecto al aprendizaje generarán motivación y ganas de aprender.

Las neurociencias han demostrado que las emociones mantienen la motivación y si son emociones agradables facilitan la memoria y el aprendizaje significativo.

No se trata de que todo lo que aprenda el alumnado tenga que ir ligado a experiencias motivantes ya que cada alumno/a le motivará o le despertará la curiosidad cosas diferentes. Por este motivo, la neuroeducación nos muestra la eficacia de proporcionar a los alumnos propuestas pedagógicas diversas y adaptadas.

La evidencia nos muestra la eficacia de la aplicación de métodos pedagógicos adaptados a la edad del niño, a su propia individualidad, a sus propias motivaciones y basados en emociones positivas y no en el castigo.

¿Cuáles son algunos de los mitos más extendidos respecto a la neuroeducación?

Los neuromitos son concepciones erradas por parte de los profesionales de la educación con respecto al funcionamiento del cerebro.

1. Existencia del período crítico en el desarrollo: pasado cierto momento del desarrollo, si una habilidad que no ha sido desarrollada o adquirida será imposible rehabilitarla. Hoy en día, sabemos que sí que existen períodos sensibles donde se debe estimular para que una determinada capacidad pueda ser desarrollada de forma adecuada, pero si no se consigue existe la posibilidad de aplicar la rehabilitación cognitiva que gracias a la plasticidad cerebral puede generar nuevas capacidades y compensar o rehabilitar las que no fueron adquiridas.

2. Solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro: El mito se afianzó con algunas investigaciones posteriores de las que se dedujo que, en un instante determinado, solo el 10 % de las neuronas estaban activas en nuestro cerebro. Otra posible explicación podría estar relacionada con el hecho de que las neuronas representen alrededor del 10 % de las células del cerebro, siendo el resto células gliales. El hecho de que estas últimas no transmitan impulsos eléctricos y que su función fuera por entonces desconocida pudo llevar a la falsa conclusión de que solo las neuronas llevan a cabo una actividad cerebral.

Hoy sabemos que todas las áreas del cerebro se ponen en funcionamiento en algún momento, si bien no todas de forma simultánea.

Cada actividad mental pone en funcionamiento las redes neurales y las áreas del cerebro necesarias para su realización.

3. ¿Son realmente útiles los modelos de aprendizaje?: Cada uno de nosotros tenemos una “modalidad de aprendizaje preferida” y, si los contenidos son transmitidos bajo esta modalidad, se conseguirá un aprendizaje más significativo que si son transmitidos por cualquiera de las otras dos. Este enfoque surge a partir de la aceptación de que la información visual, auditiva y cenestésica es procesada en partes diferentes del cerebro. Sin embargo, las modalidades sensoriales se encuentran interconectadas, para poder llevar a cabo un buen procesamiento de la información que recibimos a través de nuestros sentidos, y así vincularla a nuestras experiencias y a emociones del pasado.

Categorizar a los alumnos por estilos de aprendizaje, sin tener en cuenta los conocimientos sobre plasticidad cerebral, que demuestran que nuestro cerebro es cambiante y maleable, puede influir de manera negativa en el aprendizaje y limitar el concepto académico que tienen sobre sí mismos.

Debido al gran número de conexiones neuronales que hay entre las diferentes partes del cerebro, cualquier contenido curricular se aprenderá mejor si se lleva a cabo a través de una enseñanza que combine las tres modalidades sensoriales.

¿Cómo puede ayudar la neuroeducación a la hora de implementar un modelo de educación inclusivo?

Partiendo de la premisa de que cada cerebro es único y se organiza de una forma singular, la neuroeducación no solo ayuda a sacar el máximo potencial a nuestros alumnos/as y a mejorar sus habilidades, sino que también desempeña un papel fundamental en la detección precoz de déficits en el alumnado que pueden obstaculizar y reducir sus capacidades para las matemáticas, para la lectura, la escritura o para el aprendizaje de una materia determinada.

Una de las aportaciones más importantes que ha proporcionado la neurociencia de la educación es la creación de estrategias educativas y terapéuticas relativas a los trastornos del aprendizaje y del desarrollo. Al descubrir que hay áreas implicadas en cada uno de los trastornos se han podido llevar a cabo intervenciones concretas para cada una de ellas.

Teniendo en cuenta estos hallazgos se puede realizar una intervención más ajustada al caso (dislexia, discalculia, disgrafía, déficit atencional y TEA) y el mejor pronóstico de esta intervención vendrá determinado por el momento en el que los profesionales comiencen esa intervención.

Gracias a la detección e intervención temprana, los estudiantes con trastornos del aprendizaje o del desarrollo podrán integrarse mejor dentro del sistema educativo.

¿Qué papel consideras que debe tener la neuroeducación de cara a la transformación y evolución de los sistemas educativos?

El ser humano está dotado no solamente de habilidades cognitivas, de razón, sino también de habilidades emocionales, sociales, morales, todas ellas provienen del cerebro. En este órgano podemos encontrar la respuesta para la tan ansiada transformación educativa: en el cerebro del maestro y en el cerebro del alumno.

Existe una brecha entre los resultados esperados y los resultados reales de las numerosas reformas educativas que se han llevado a cabo a nivel mundial. La neuroeducación nos da información sobre el porqué de esta brecha. La propuesta de transformación que se propone en las reformas educativas se hace sin comprender que este cambio tiene que venir desde dentro, es decir, de las estructuras cognitivas no solo del profesorado sino del educando.

La neuroeducación no se presenta como una disciplina que vaya a transformar y a mejorar todos los problemas que presenta el campo educativo, lo que propone es ser una disciplina que aporte nuevos conocimientos al educador sobre cómo funciona el cerebro y sus aplicaciones en el proceso de enseñanza-aprendizaje para que sea él mismo el que pueda transformar su práctica educativa.

 

 

Si quieres conocer más sobre neuroeducación, Puedes leer el artículo Tres falsos mitos sobre neuroeducación, escrito por Ana Belén Pardo Salamanca para The Conversation aquí

Emilio Vivallo - Content Manager Departamento de Comunicación de VIU
Emilio Vivallo-Ehijo

Equipo de Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia.