Expertos VIU | Josep Maria Trigo: Asteroides y cometas ¿Cuál es el peligro real para la Tierra?
El ser humano siempre ha sentido fascinación por los cielos nocturnos y sus luces. En su titilar ha leído e interpretado infinitas historias, mitos y leyendas, llegando incluso a explicarse el origen y el fin del mundo y todo cuanto existe en él, a partir del brillo de estrellas, planetas, cometas y otros objetos celestes. Curiosamente la ciencia actual ha dado en parte la razón a estos mitos fundacionales. Meteoritos, cometas y asteroide han jugado un papel importante en configurar nuestro planeta y la vida que en él habita, de hecho, aún pueden interpretar un rol fundamental en nuestro futuro. Por ello el estudio de este tipo de objetos celestes tiene cada vez más peso en la comunidad científica, como lo demuestra la misión DART de la NASA, que este próximo 27 de septiembre tendrá su gran prueba de fuego, cuando el satélite lanzado en noviembre de 2021 impacte con el asteroide binario Didymos. Se trata del primer intento de desviar un asteroide real de su trayectoria, un ensayo que busca desarrollar nuestra capacidad de defensa planetaria frente a estos objetos espaciales.
¿Pero cuán grande es la amenaza de meteoritos, asteroides y cometas? ¿Qué podemos hacer para protegernos? ¿Qué amenazas, si las hay, han detectado los científico? Ésta y varias otras cuestiones se las planteamos al Dr. Josep Maria Trigo, doctor en Física en la especialidad de astrofísica por la Universitat de València, científico titular del CSIC, Investigador Principal del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC), miembro del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), miembro de los proyectos DART y HERA y docente de la Maestría Oficial en Astronomía y Astrofísica de VIU. El Dr. Trigo, además de su brillante carrera investigadora, es un gran apasionado de la divulgación, con más de una decena de libros publicados, el más reciente de ellos titulado “La Tierra en peligro. El impacto de asteroides y cometas”. Es decir, una voz autorizada como pocas para arrojar luz sobre este intrigante tema.
¿Nos puedes contar un poco sobre tu libro y qué te motivó a escribirlo?
La divulgación científica que he venido haciendo a lo largo de mi trayectoria sigue y explica mis pasos en las áreas que trabajo. Un astrofísico profesional liderando un grupo de investigación está supeditado a las condiciones de contorno. Mi carrera científica está ligada a la percepción que el público tiene de la ciencia y, en mi faceta de divulgador, intento encontrar nuevas vías de explicar de manera sencilla las preguntas que la sociedad tiene de estos temas. El peligro de impacto por asteroides es un problema complejo que muchas veces los periodistas no consiguen explicar y, fruto de ello, alarman más que informan. Leer noticias apocalípticas sin fundamento fue una de las motivaciones. Científicos y periodistas hemos de ejercer la autocrítica: hay medios de sobra para divulgar este campo, pero falta colaboración entre nosotros. Este libro pretende ser una introducción al peligro de impacto desde todas las perspectivas. El libro también subraya que la experiencia acumulada sobre estos fenómenos queda sujeta a la interpretación, a menudo errónea, de los fenómenos celestes. Explico, por ejemplo, que la probabilidad de impacto es función del diámetro del asteroide y también que los impactos de asteroides y cometas han tenido un papel clave en la historia de la Tierra y también probablemente en la evolución de la vida. El conocimiento científico nos ayuda a descifrar en las rocas ciertos fenómenos acaecidos antaño en nuestro planeta, tan inexorables como temibles, que posiblemente tengan la capacidad de hacernos cambiar nuestra manera de pensar. Por tanto, se trata de un libro a caballo entre diversas disciplinas, algunas tristemente relegadas, proporcionando una visión actualizada sobre los impactos con asteroides y cometas, los programas de seguimiento y las nuevas misiones que cambian para siempre nuestro concepto de estos valiosos astros. En "La Tierra en Peligro: el impacto de asteroides y cometas" confluyen astrofísica, geología, geofísica y paleontología para hacer al lector meditar sobre un campo tan en auge como desconocido por el gran público.
Respecto a la divulgación, sabemos que es una parte importante de tu trabajo, de hecho, has publicado numerosos libros y mantienes dos blogs ¿Nos puedes contar un poco más sobre tu trabajo en este campo?
Sí, considero que los científicos en activo debemos jugar un papel relevante en la divulgación de nuestra ciencia, un retorno necesario para la sociedad. De hecho, a parte de los libros mantengo dos blogs de divulgación: en The Conversation y DivulCat, y una página en donde hacemos accesible toda la divulgación de nuestro grupo de investigación.
Antes de entrar en materia, nos puedes aclarar una duda básica ¿Cuál es la diferencia entre meteorito, asteroide o cometa?
Por supuesto, son conceptos importantes que no siempre se emplean bien al divulgar. Un asteroide es todo cuerpo rocoso, metalorocoso o metálico con un diámetro entre un metro y mil kilómetros. Un cometa es un frágil agregado de polvo fino, hielos y materia orgánica, también desde un metro a cientos de kilómetros. El término meteorito lo reservamos para rocas que han llegado a la superficie terrestre.
¿Cuán elevado es el riesgo de que un asteroide o un cometa nos impacte?
Depende del diámetro de la roca, o del agregado si hablamos de cometas, que los produce. Aquellos de pocos metros de diámetro que generan caídas de meteoritos son bastante comunes, decenas anualmente en todo el globo. Los nuevos descubrimientos realizados con técnicas que nos permiten cuantificar mejor los impactos en zonas remotas del globo terráqueo apuntan a que un evento como el de Tunguska podría ocurrir cada siglo. Y, afortunadamente, debemos tener claro que un impacto con un asteroide de tamaño kilométrico ocurre cada pocas decenas de millones de años y, por el momento, ninguno de ese tamaño es fuente de riesgo.
“Las principales amenazas a las que nos enfrentamos son los asteroides de pocos cientos de metros de los que todavía desconocemos alrededor de un 60% y también cometas extintos como el 2015 TB145”
¿Con qué defensas contamos actualmente para prevenir este riesgo?
De momento la mejor defensa son los programas de seguimiento telescópicos robotizados y también la monitorización automática de los objetos catalogados por el Minor Planet Center que se realiza desde agencias espaciales como la NASA (CNEOS) o la ESA (Oficina de Defensa Planetaria y el programa NEO Dys). Para desarrollar un papel activo deberíamos tener lista al menos una misión del estilo del impactador cinético que es DART. Eso nos permitiría desviar a asteroides de decenas o pocos cientos de metros. Otras alternativas para objetos mayores se están analizando, pero no se han puesto nunca en práctica.
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestras posibilidades de prevenir un impacto?
Planificar un sistema de seguimiento con telescopios espaciales trabajando en el rango infrarrojo con cámaras de gran campo. Esos instrumentos permitirían descubrir todos estos objetos de pocos metros que cruzan la región próxima a la Tierra sin tener el sesgo observacional impuesto por la posición del Sol a lo largo del año. Por poner un ejemplo, ese sesgo impidió que descubriésemos a tiempo el asteroide que produjo el bólido de Cheliábinsk, del que estudiamos sus meteoritos en el Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC) para comprender mejor sus propiedades mecánicas y, por tanto, la respuesta de sus materiales formativos a los impactos.
¿Qué son las misiones DART y HERA en las que participas?
La misión DART de la NASA pretende completar el primer experimento in situ para desviar un asteroide y desarrollar con un ejemplo práctico y medible la técnica de la deflexión cinética el 26 de septiembre de este año. Impactará el satélite de un asteroide binario catalogado como (65803) Didymos. Ese satélite es un enorme bloque rocoso de 160 metros de diámetro llamado Dimorphos. La idea es que la sonda DART en su misión kamikaze transfiera su momento cinético a Dimorphos, impulsándolo ligeramente y cambiando su periodo orbital alrededor del Didymos. Una vez completada su misión está prevista que despegue la misión Hera de la Agencia Europea del Espacio (ESA) para investigar ambos asteroides, el cráter excavado por DART y completar un estudio mucho más detallado de su estructura y composición. Para poder desviar a un enemigo asteroidal, hay que conocerlo bien.
“Debemos tener claro que un impacto con un asteroide de tamaño kilométrico ocurre cada pocas decenas de millones de años y, por el momento, ninguno de ese tamaño es fuente de riesgo.”
¿Cuáles son las principales amenazas a las que nos enfrentamos de parte de asteroides y cometas?
Nuestra vida está íntimamente ligada al planeta Tierra y se hace difícil pensar que la existencia de la humanidad pueda ponerse en jaque súbitamente por un fenómeno celeste. De hecho, nuestra ignorancia sobre el peligro asociado al impacto de asteroides denota la ingenuidad de nuestra especie en pleno siglo XXI. Las principales amenazas a las que nos enfrentamos son los asteroides de pocos cientos de metros de los que todavía desconocemos alrededor de un 60% y también cometas extintos como el 2015 TB145, un objeto rocoso de 650 metros de diámetro también conocido como “asteroide calavera”. Pasó el 31 de octubre de 2015 a poco más de la distancia de la Luna y lo habíamos descubierto sólo tres semanas antes. Por su órbita excéntrica que se extiende casi hasta la del planeta Júpiter posee una energía de impacto muy superior a la de los asteroides próximos a la Tierra. Cuando un cometa extingue su actividad se vuelve un cuerpo oscuro y difícil de detectar.
¿Qué es lo que te preocupa a nivel personal?
Me preocupa que el género humano no comprenda a tiempo los problemas que el conocimiento científico nos hace necesario abordar. El calentamiento global y sus consecuencias climáticas es uno de ellos. Otro, súbita e inesperadamente, puede ser el impacto con un asteroide o cometa. La interpretación y resolución de los fenómenos naturales debe realizarse empleando nuestras capacidades científico-tecnológicas. Deberíamos saber que cada avance en nuestra comprensión del planeta y del sistema solar supone una oportunidad para la supervivencia de nuestra especie. Hoy por hoy, ante tanta guerra por los recursos, me preocupa mucho el egoísmo humano. Todo apunta a que la sociedad de consumo como modelo está llegando a su final anunciado dado que ese mundo artificial en el que todos hemos estado sumidos se encuentra agotando los recursos de nuestro planeta. Parece que no se entienda que el verdadero enemigo de la humanidad está acechando: en el libro hablo de la Hidra mitológica para ejemplificar las múltiples vertientes del peligro de impacto. Pienso que, sin cooperación internacional, sin una apuesta clara por una nueva sociedad que abogue por el bien común y por la exploración espacial que nos abra alternativas en otros mundos cercanos, la vida en la Tierra no perdurará eternamente. Porque no nos quepa la más mínima duda: si ese enemigo es suficientemente grande resultará imbatible: ¡que se lo pregunten a los dinosaurios!
Puedes seguir el trabajo de difusión de Josep aquí:
Divulgación Grupo de investigación
Grupo de Investigación del ICE
Puedes comprar aquí "La Tierra en peligro. El impacto de asteroides y cometas"
http://www.edicions.ub.edu/ficha.aspx?cod=14029