TIC aplicadas a la educación: la revolución que viene
Julio Albalad, director del Instituto Nacional de Tecnología Educativa y Formación Profesional del Ministerio de Educación, anunció recientemente que al menos el 80% de 700.000 profesores no universitarios tendrá que formarse en competencia digital en dos años. Una medida que se encuadra dentro del ODS 4 de la Agenda 2030 de la ONU, “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. El anuncio pone el foco en la importancia que tienen las competencias digitales en el contexto educativo, y, por tanto, de lo fundamental que resulta la formación de los y las educadores en esta materia. Para conocer un poco más sobre las implicaciones de esta noticia, nos pusimos en contacto con la Dra. Patricia Villaciervos Moreno, doctora en Ciencias de la Educación, licenciada en Pedagogía, docente de la Facultad de Ciencias de la Educación de VIU y experta en TIC aplicadas a la educación.
¿Hacia qué modo de enseñanza nos dirigimos con docentes formados en competencias digitales?
Es una pregunta difícil de contestar en un contexto educativo tan cambiante como el actual, en el que todo evoluciona a velocidad de vértigo, entre otros motivos por el propio desarrollo y progreso de la tecnología.
No obstante, considero que la formación de los docentes en competencias digitales favorecerá la consecución del modelo de enseñanza que promueve el DigCompEdu. Un modelo en el que se desarrollen las competencias del alumnado de forma adecuada y progresivamente autónoma, en el que se promocione el aprendizaje entre iguales trabajando en equipo, un modelo inclusivo que se oriente al éxito educativo de todo el alumnado adaptándonos a las necesidades y diferencias personales y donde se estimule el protagonismo del estudiante y su motivación. Este modelo de enseñanza facilitará a su vez un modelo de aprendizaje significativo, colaborativo, personalizado y accesible, logrando un compromiso activo del alumnado.
Es importante señalar también que este modelo implica un tipo de desempeño docente basado en la colaboración, en la acción coordinada del centro educativo en su conjunto, donde exista una participación real de toda la comunidad educativa.
¿Cómo será posible certificar el nivel de competencia digital o en qué podría/ debería consistir la evaluación?
Respecto a la evaluación y certificación del nivel de competencia digital, desde la Conferencia Sectorial de Educación, celebrada el pasado jueves 23 de junio se ha acordado que la acreditación de los docentes sea reconocida de manera homóloga y válida en todo el territorio español. Esto significa que todas las administraciones educativas utilizarán el mismo marco de referencia, los mismos instrumentos y reconocerán mutuamente estas certificaciones.
Se ha establecido, además, que las comunidades autónomas dispongan de un año para elaborar su normativa para la acreditación de estas competencias, que tendrán diferentes niveles, similares a los empleados para la evaluación de los idiomas, es decir, A1 y A2 para el estadio inicial; B1 y B2, el intermedio; y C1 y C2 para el avanzado.
Julio Albalad, director del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF), del Ministerio de Educación y Formación Profesional, ha asegurado que de aquí a 2024, España deberá certificar las competencias digitales de al menos el 80% de 700.000 profesores no universitarios.
Desde la Universidad Internacional de Valencia (VIU), nos hacemos eco de este compromiso y mantenemos la responsabilidad de adaptar nuestra formación a este nuevo Marco de Competencia Digital Docente en nuestras titulaciones tanto de Grado como de Postgrado, para lograr que la digitalización los docentes españoles no solo logre este reto, sino que alcance niveles de excelencia a nivel europeo e internacional.
¿Qué materias formarán parte de la enseñanza sobre el entorno digital?
Debemos tener en cuenta que los docentes deben lograr, a lo largo de las distintas etapas de su desarrollo profesional (desde su formación inicial y su incorporación a la profesión, hasta su ejercicio experto, reflexivo, creativo y crítico de la docencia), unos niveles óptimos en las seis áreas o categorías que recoge el nuevo Marco de Referencia de la Competencia Digital Docente. Este nuevo marco mantiene la estructura del DigCompEdu y, por tanto, las áreas que recoge se centran en diferentes aspectos de las actividades profesionales de los docentes, que son: 1. Compromiso profesional; 2. Contenidos digitales; 3. Enseñanza y aprendizaje; 4. Evaluación y retroalimentación; 5. Empoderamiento del alumnado; y 6. Desarrollo de la competencia digital del alumnado. Estas seis áreas están organizadas, a su vez, en tres bloques de competencias: Competencias profesionales de los docentes; Competencias pedagógicas de los docentes; y Competencias docentes para el desarrollo de la competencia digital del alumnado.
El diseño de los planes de estudio, tanto de las titulaciones que capaciten para el ejercicio de la docencia, como de aquellas otras dirigidas al perfeccionamiento, actualización y mejora de las habilidades del profesorado, deben partir de estas áreas y de su concreción competencial, y esta cuestión es la que tenemos muy presente en la oferta formativa de la nuestra Universidad.
¿En qué áreas de la educación es más necesaria la formación en digitalización?
En todas las áreas sin excepción. La propuesta del nuevo Marco de Referencia de la Competencia Digital Docente está dirigida a todo el profesorado que imparte las enseñanzas reguladas por la Ley Orgánica de Educación y, por tanto, no hay un área que prevalezca, ni ninguna que quede excluida.
Además, la competencia digital docente no solo se debe referir a la capacidad para utilizar las tecnologías digitales para la mejorar de la enseñanza y el aprendizaje, sino también para el adecuado desempeño de todas las tareas relacionadas con el ejercicio profesional, entre las que se encuentran también, la tutoría y orientación del alumnado; la promoción, organización y participación en las actividades complementarias del centro; la información periódica a las familias; la coordinación de las actividades docentes; la participación en los planes de evaluación del centro; e incluso, la investigación, la experimentación y la mejora continua de los procesos de enseñanza.
Debemos tener en cuenta que la competencia digital docente debe estar vinculada de forma ineludible con el ejercicio responsable, seguro y crítico de las tecnologías digitales en todos los aspectos de la práctica profesional del profesorado.