Dr. Alejandro Cano Villagrasa- VIU header
Expertos VIU

Ataxia verbal ¿Qué es? ¿Qué síntomas tiene? y ¿Qué papel tiene la logopedia en su tratamiento?

La ataxia es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que provoca un control muscular deficiente y puede afectar la capacidad de caminar y mantener el equilibrio, la coordinación de las manos, el habla y la deglución, así como los movimientos oculares. Sus causas son diversas, y aunque su prevalencia es desconocida, se estima en unos 3-20 enfermos por cada 100.000 habitantes. 

Para entender mejor como la ataxia afecta al habla y qué vías terapéuticas ofrece la logopedia, nos pusimos en contacto con nuestro experto, el Dr. Alejandro Cano Villagrasa, doctor en Promoción de la Autonomía y Atención Sociosanitaria a la Dependencia, logopeda, psicólogo, especialista en alteraciones del lenguaje relacionado con trastornos neurodegenerativos y daño cerebral adquirido, y director del Pregrado en Logopedia.

Comencemos por lo más básico, ¿qué es la ataxia verbal y por qué se produce?

La ataxia verbal es un trastorno neurológico que se manifiesta como una dificultad en la articulación del habla debido a una descoordinación de los músculos que controlan el aparato fonador. Esta descoordinación no es causada por una debilidad muscular, sino por una interrupción en la comunicación entre el cerebro y los músculos que permiten la producción del habla. En particular, la causa principal radica en una disfunción o daño en el cerebelo, siendo esta una estructura clave en el sistema nervioso central en tareas de coordinación de los movimientos finos y precisos del cuerpo.

El cerebelo es responsable de ajustar y sincronizar los movimientos, lo que incluye no solo los de las extremidades, sino también los de los labios, la lengua, la mandíbula y la laringe, todas estructuras esenciales para la producción del habla. Cuando esta coordinación se ve afectada, los movimientos pueden volverse erráticos, lentos o desorganizados, lo que da lugar a un habla imprecisa y descompuesta.

Las causas de la ataxia verbal son variadas y pueden dividirse en categorías que incluyen factores genéticos, congénitos, traumáticos y degenerativos. Entre las más comunes se encuentran los accidentes cerebrovasculares, que pueden dañar áreas específicas del cerebro involucradas en la coordinación motora. Los traumatismos craneales también son una causa frecuente, especialmente aquellos que afectan a la región posterior del cráneo, donde se encuentra el cerebelo. Asimismo, enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple o la atrofia multisistémica, que progresivamente deterioran el sistema nervioso central, pueden desencadenar ataxia verbal como parte de sus síntomas. Por último, condiciones genéticas, como la ataxia de Friedreich, también pueden alterar la función cerebelosa desde una edad temprana, afectando así el desarrollo normal del habla.

En algunos casos, el origen del trastorno puede ser idiopático, es decir, sin una causa identificable. Este espectro de etiologías hace que el diagnóstico y el tratamiento de la ataxia verbal sea multidisciplinario, involucrando neurología, logopedia, fisioterapia y, en ocasiones, genética.

Image
Esquema del cerebelo

Diagrama del cerebelo y su ubicación en el cerebro

¿Cómo afecta esta afección a quien la padece en su vida diaria y comunicación?

La ataxia verbal impacta en la calidad de vida de las personas, ya que el habla es una de las principales formas de interacción social. Quienes cursan este trastorno suelen tener dificultades para articular palabras de manera clara, lo que puede hacer que el habla sea lenta y laboriosa. A menudo, la calidad de la voz también se ve alterada; puede sonar monótona o inestable, con variaciones bruscas en el tono o volumen. Además, es frecuente que el ritmo del habla sea errático, con pausas inusuales o rupturas entre palabras o sílabas.

El esfuerzo constante que requiere hablar en estas condiciones puede generar una enorme fatiga física y emocional en la persona afectada. Muchas veces, la frustración, por no ser comprendido adecuadamente, lleva a una reducción en la interacción social, lo que puede derivar en aislamiento. Este aislamiento, a su vez, impacta negativamente en la autoestima y en la salud mental.

A nivel laboral, la ataxia verbal puede limitar la capacidad de una persona para desempeñarse en roles que requieren comunicación verbal constante, lo que puede provocar dificultades en la búsqueda o mantenimiento de empleo. La falta de fluidez en el habla también puede influir en la percepción de competencia por parte de los demás, aunque la inteligencia y las capacidades cognitivas de los afectados no se vean comprometidas. La discriminación o incomprensión social pueden ser una limitación adicional que las personas con esta condición deben superar.

¿Existen grupos de edad más propensos a desarrollar ataxia verbal, o es indiferente a variantes etarias?

La ataxia verbal no es exclusiva de un grupo de edad en particular, aunque las causas subyacentes tienden a variar según la etapa de la vida. En los niños, la ataxia verbal puede estar relacionada con trastornos genéticos o anomalías congénitas que afectan al desarrollo del cerebelo. Condiciones como la ataxia-telangiectasia o la ataxia espinocerebelosa de origen hereditario pueden aparecer desde la infancia o adolescencia y evolucionar progresivamente, alterando el habla conforme avanza el trastorno.

En los adultos jóvenes y de mediana edad, las causas más comunes suelen ser traumáticas, como lesiones cerebrales adquiridas por accidentes o traumatismos craneales. También pueden aparecer como resultado de enfermedades autoinmunes o infecciones que inflaman o dañan el sistema nervioso. Además, enfermedades neurodegenerativas que comienzan en la edad adulta, como la esclerosis múltiple, pueden incluir la ataxia verbal entre sus síntomas.

En las personas mayores, la ataxia verbal es más frecuentemente causada por accidentes cerebrovasculares o enfermedades degenerativas, como el parkinsonismo cerebeloso. La acumulación de daño vascular o la degeneración neuronal propia del envejecimiento pueden afectar el cerebelo o sus conexiones, lo que da lugar a la aparición de este tipo de alteración.

Image
Alejandro Cano

Dr. Alejandro Cano Villagrasa

Desde la logopedia, ¿cómo se puede ayudar a las personas con ataxia verbal?

La intervención logopédica es un pilar fundamental para las personas con ataxia verbal, ya que permite abordar las dificultades específicas del habla y mejorar la calidad de vida de los afectados. El logopeda realiza una evaluación detallada de las capacidades orales y motoras del paciente para diseñar un plan de intervención personalizado. Este plan suele incluir una serie de ejercicios terapéuticos dirigidos a mejorar la coordinación y el control muscular del aparato fonador, que abarca los labios, lengua, paladar, cuerdas vocales y otros músculos implicados en la producción del habla.

Una de las estrategias más comunes es el trabajo en la modulación del ritmo y la entonación del habla. Dado que el habla atáxica tiende a ser errática, el logopeda puede emplear técnicas que ayuden al paciente a mantener un ritmo constante, como la práctica de frases repetitivas con una cadencia específica. También se trabaja en la mejora de la precisión articulatoria mediante ejercicios de control muscular que fortalezcan los movimientos finos de la lengua y labios.

En los casos en los que las dificultades para hablar son muy severas, los logopedas también pueden introducir sistemas de comunicación aumentativa y alternativa. Estas herramientas incluyen desde soporte físico como el papel, hasta dispositivos electrónicos que permiten al paciente comunicarse de forma más eficiente, ya sea mediante pictogramas, texto o sintetizadores de voz. 

¿Qué avances científicos recientes existen en el tratamiento de la ataxia verbal?

La investigación en el tratamiento de la ataxia verbal ha avanzado considerablemente en la última década, gracias a la integración de nuevas tecnologías y enfoques interdisciplinarios. Una de las áreas más prometedoras es la realidad virtual y las tecnologías inmersivas, que ofrecen entornos controlados y motivadores donde los pacientes pueden practicar ejercicios de coordinación del habla. Estos entornos virtuales permiten simular situaciones de la vida real, facilitando una práctica más efectiva y menos monótona.

Otro avance significativo es el uso de dispositivos portátiles de estimulación cerebral no invasiva, como la estimulación magnética transcraneal y la estimulación transcraneal por corriente continua. Estos dispositivos se aplican directamente sobre el cuero cabelludo y generan impulsos eléctricos o magnéticos que estimulan áreas específicas del cerebro, promoviendo la plasticidad neuronal. Algunos estudios han mostrado resultados prometedores en la mejora de la coordinación motora fina, lo que podría tener aplicaciones directas en el tratamiento de la ataxia verbal.

Image
Esquema de un dispositivo de estimulación magnética transcraneal (EMT)

Esquema de un dispositivo de estimulación magnética transcraneal (EMT)

También se están desarrollando aplicaciones móviles que permiten a los pacientes realizar ejercicios de logopedia en casa, con seguimiento remoto por parte de sus terapeutas. Estas herramientas digitales no solo aumentan el acceso a la terapia, sino que también fomentan la constancia y el compromiso del paciente en su rehabilitación.

¿Cuál es la importancia de un diagnóstico temprano en la ataxia verbal?

La detección y tratamiento temprano de la ataxia verbal son fundamentales para mejorar los resultados a largo plazo. Identificar el trastorno en sus primeras fases permite intervenir antes de que se establezcan patrones incorrectos o compensaciones ineficaces en el habla. La intervención temprana no solo previene el empeoramiento del trastorno, sino que también permite un mejor aprovechamiento de la plasticidad cerebral, lo que facilita una mejora más rápida.

En términos de desarrollo infantil, un diagnóstico temprano permite implementar terapias que mejoren las habilidades de comunicación antes de que los niños enfrenten limitaciones educativas o sociales importantes. A nivel emocional, el diagnóstico temprano reduce el riesgo de que los pacientes desarrollen problemas psicológicos asociados, como la depresión o la ansiedad social, al enfrentar dificultades comunicativas en su día a día.

 

Emilio Vivallo VIU
Emilio Vivallo-Ehijo

Equipo de Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia.