¿Qué es el grooming y por qué es tan peligroso?
El grooming es una de las prácticas delictivas que más relevancia han ganado en los últimos años debido al acceso masivo a internet. Entre otras razones, se produce por la desinformación por parte de los padres acerca de cómo sus hijos han de utilizar las redes sociales. En este artículo explicaremos en qué consiste y cómo se puede prevenir.
¿Qué es el grooming?
Se trata de una actividad delictiva en la que un adulto busca mantener un contacto con un adolescente o niño con el fin de llegar a un encuentro sexual. Debido a la naturaleza de este comportamiento, su práctica en la era tecnológica moderna se ha vuelto cada vez más frecuente. La víctima se expone de manera constante a un abuso de carácter sexual sin que se dé cuenta.
Por lo general, la interacción inicial se produce a través de portales virtuales (redes sociales, etc.) o cuando el adulto consigue un contacto directo con el joven, como puede ser mediante su número telefónico.
A partir de ese momento, se vale de diversos recursos de manipulación psicológica y emocional para ganarse la confianza del adolescente. Después, el abusador comienza a solicitar contenido personal o íntimo, como, por ejemplo, fotos explícitas, videos, etc.
El grooming y el sexting
Muchas personas suelen confundir el sexting con el grooming debido a que, en ambos casos, el objetivo final es mantener una relación subida de tono. Sin embargo, para saber qué es sexting y grooming, debemos tener claros ambos conceptos. El sexting es una práctica bastante habitual en redes y en otros medios sociales en la cual dos personas comparten mensajes de texto, fotos o vídeos de carácter sexual.
El principal aspecto que diferencia al grooming del sexting común es que, en el primer caso, quienes buscan obtener contenido sexual son personas mucho mayores que sus víctimas. El adulto, tal como mencionábamos en líneas anteriores, emplea palabras y acciones para manipular el comportamiento del niño o niña. Por lo tanto, aunque ambos términos se relacionan en gran medida, se diferencian en el tipo de situaciones en que se llevan a cabo.
Redes donde ocurre este fenómeno con más frecuencia
Con el imparable avance de la tecnología, el público en general ha podido obtener mayor información sobre qué es el grooming y cómo afecta a la vida de niños y adolescentes. Esta práctica ha evolucionado rápidamente con la llegada de las redes sociales y los medios de comunicación masivos. Algunos de los espacios virtuales en los que hay más riesgos de ser víctima de este abuso son:
Facebook. Es la red social más utilizada en el planeta, por lo que resulta lógico pensar que la mayoría de pedófilos prefieren emplearla para cumplir sus cometidos. Al enviar una solicitud de amistad, los delincuentes tienen acceso a la información personal de sus víctimas, ya que la mayoría de menores de edad no saben ajustar los controles de privacidad en sus perfiles.
WhatsApp. Una vez que el adulto obtiene el número de teléfono de su víctima, opta en la mayoría de los casos por usar WhatsApp para entablar conversaciones más personales. De este modo, puede compartir videos, audios y fotos con mayor facilidad e incluso realizar llamadas.
Instagram. El chat de esta popular red social es otro de los canales donde usuarios adultos buscan conocer personas jóvenes para crear vínculos. A pesar de ser un espacio virtual relativamente nuevo, dispone de funciones para compartir fotos y audios de manera sencilla.
¿Qué peligros supone?
Otro de los puntos más importantes a tener en cuenta para saber qué es grooming y su significado es entender los peligros que acarrea. Las consecuencias a las que se expone la víctima son bastante extensas y, entre ellas, podemos mencionar las siguientes:
- Riesgo de violación. Sin lugar a dudas, se trata del principal peligro, puesto que la mayoría de las víctimas llegan engañadas a los puntos de encuentro.
- Secuestro. Esta situación suele ocurrir cuando la víctima se niega a mantener relaciones con el delincuente.
¿Cómo se puede prevenir?
Existen diversas maneras de evitar que nuestros hijos o familiares menores de edad sean víctimas de grooming. Estas se basan fundamentalmente en brindar consejos sobre cómo manejar las redes sociales. Por otro lado, estos tips también tienen el propósito de dar a conocer a los padres algunas ideas para resolver problemas en el entorno familiar que hayan dado lugar a estos escenarios.
A continuación, analizamos de una forma detallada algunos consejos muy recomendables sobre cómo prevenir el grooming.
La comunicación es la clave
Es de suma importancia que la comunicación entre padres e hijos sea siempre constante y se base en dos pilares fundamentales: el respeto y la madurez. Al compartir ideas y pensamientos, los jóvenes pueden crear un lazo emocional más fuerte con sus padres, lo cual evitará que busquen consejos en otras personas adultas.
Además, el hecho de hablar sobre problemas emocionales o sentimientos sensibles hará que el menor se sienta mucho más seguro en su seno familiar. Por último, no podemos olvidar que la comunicación también es clave para que los padres o representantes legales hagan saber a los jóvenes los graves peligros que conlleva entablar conversaciones con extraños por redes sociales.
Monitoreo de redes
Según la gran mayoría de expertos, la edad mínima recomendada para que una persona tenga un teléfono móvil es de 16 años. Sin embargo, cada caso es diferente, ya que depende del tipo de educación que haya obtenido el joven y de su nivel de madurez. En cualquier caso, es necesario que, al darle acceso a nuestros hijos a un dispositivo móvil o computador, podamos revisar de manera frecuente todos sus perfiles y mensajes.
Esto, más allá de ser una medida muy útil para conocer a qué peligros se exponen los jóvenes, también ayuda a entender el comportamiento de nuestros hijos. De hecho, una de las estrategias más empleadas por los pederastas en redes es la de aislar a sus víctimas y hacerles creer que sus padres están en su contra. Por ello, resulta crucial que sepamos de qué hablan nuestros niños y con quién lo hacen, pero teniendo siempre en cuenta los límites para respetar su privacidad.
Confianza y respeto
Una buena relación entre padres e hijos es el mecanismo más efectivo para protegerlos del peligro que presenta el engaño pederasta para sus vidas. Cuando el lazo familiar es bastante fuerte, los adolescentes pueden compartir sus preocupaciones y pensamientos con sus padres de manera natural. Muchas de las víctimas de estos tipos de bullying sufren de manera habitual conflictos familiares severos o, simplemente, no tienen una buena relación con sus padres.
Los expertos que han cursado la Maestría en Acoso Escolar indican que, en caso de que la relación entre padres e hijos sea deficiente, es muy importante asistir a sesiones de terapia familiar. Estos espacios crearán el escenario base para que cualquier problema, trauma o desacuerdo pueda ser resuelto de la forma más adecuada.
A largo plazo, este trabajo no solamente supondrá la mejora de la relación familiar, sino también la prevención de que el joven se exponga al contacto con personas extrañas.
La tecnología y los niños
Una de las reglas básicas que todo padre debe tener en cuenta es que ningún niño ha de acceder a un teléfono móvil o computador sin supervisión. Al no tener el conocimiento adecuado para manejar redes sociales o interactuar con usuarios en la red, se vuelven muy vulnerables a los ataques de abusadores y pederastas. Bajo este concepto, la responsabilidad de los padres es la de concienciar y enseñar a sus hijos los pros y contras de este tipo de tecnología.
Enseñarles desde jóvenes cómo utilizar un dispositivo móvil o de comunicación online a nuestros hijos influirá considerablemente en su bienestar a futuro. De igual forma, debemos darles a conocer los riesgos que corren al compartir información personal con personas desconocidas de una forma que les resulte fácil de entender. Una vez tengan esto en cuenta, contarán con un mejor criterio sobre qué tipo de situaciones evitar y qué datos compartir con usuarios a través de internet.
Por otro lado, también es importante destacar que existe una responsabilidad por parte de las autoridades, instituciones educativas y organismos competentes para informar al público joven sobre el ciberacoso.
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