Buenas prácticas en la enseñanza de idiomas
A nadie se le escapa que la enseñanza de idiomas extranjeros es una cuestión básica de cualquier sistema educativo y que en España llevamos un cierto retraso en este aspecto, que es necesario resolver cuanto antes para asegurar a las nuevas generaciones de estudiantes unas buenas perspectivas laborales, así como las máximas posibilidades de promoción y de movilidad.
El método del bilingüismo
Uno de los sistemas más eficaces es el modelo de bilingüismo. Este sistema consiste en la inmersión del alumno en varios idiomas, simultaneando clases en uno o más idiomas de las distintas asignaturas. En contra de la creencia generalizada, no es cierto que los métodos bilingües únicamente tengan éxito si comienzan a una edad muy temprana. Aunque lo ideal es iniciar este sistema de enseñanza en paralelo a la escolarización, es perfectamente posible comenzar una educación bilingüe más adelante.
Algunos expertos sostienen que, además de dominar, varias lenguas los niños bilingües son más creativos, desarrollan el cerebro de manera diferente y tienen una mayor autoestima.
La inmersión total
Una apuesta segura es la inmersión total en el idioma. Por ejemplo, los cursos de inglés en los que no se habla para nada en español facilitan que los niños se acostumbren a escuchar otra lengua, a su fonética y expresiones y lo asocien con las personas que siempre le hablan en ese idioma.
Una actitud muy recomendable por parte del maestro es no dar demasiada importancia a que los niños se resistan a hablar en inglés. Es totalmente normal que busquen comunicarse en el idioma con el que se sienten más cómodos. De una forma natural, poco a poco irán soltándose y arriesgándose porque les será totalmente imprescindible para participar en las distintas actividades. Actuando de esta forma se evita que los niños se sientan bloqueados, siendo mucho más fácil que disfruten con el aprendizaje.
El uso de las TICs en la enseñanza de idiomas
El uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) en el aula de lenguas extranjeras es un recurso que motiva a los alumnos, completa el proceso de enseñanza, estimula los debates abiertos y ayuda a compartir historias entre los alumnos. De cualquier modo, cuando hablamos de innovación en la enseñanza de idiomas no se trata de rechazar todos los recursos tradicionales como los libros de papel o las pizarras de siempre. En realidad, los ordenadores, Internet las pizarras digitales y el resto de TICs son más efectivas cuando se combinan con las metodologías tradicionales.
Lo ideal es conseguir que los alumnos y alumnas usen las nuevas tecnologías en el aula de formas muy diferentes: utilizando programas lingüísticos ya desarrollados comercialmente o actividades de la Web, asignando trabajos finales específicos, pidiendo a los chicos que busquen información en la Red o animando a que los alumnos se comuniquen con otros alumnos por medio de cualquier red social, preferiblemente con alumnos extranjeros.
Otros beneficios del uso de las TICs son: posibilidad de repetir actividades sin que a los chicos les resulte monótono, potenciar el el trabajo individual y colaborativo, conseguir más motivación y entretenimiento, fomentar la autoevaluación y el aprendizaje de los propios errores o la adquisición y perfeccionamiento de habilidades tecnológicas.