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Ciencia y Tecnología

¿Cómo iniciarse en la fotografía astronómica?

La fotografía astronómica, o astrofotografía, es una disciplina dentro de la fotografía que consiste en la captación de imágenes del espacio exterior. A nivel de usuario, el principal objetivo de esta disciplina es simplemente el propio disfrute de la obtención y contemplación de estas imágenes del universo.

Desde una perspectiva más vinculada a la astronomía profesional, permite estudiar el cosmos haciendo uso de telescopios espaciales y equipos que quedan completamente fuera del acceso de los astrofotógrafos aficionados

Tipos de fotografía astronómica

Los dos grandes campos en los que se divide la fotografía astronómica están definidos por las temáticas que son objeto de cada fotografía. Por un lado, se encuentra la denominada fotografía planetaria, que se ocupa principalmente de la obtención de imágenes de objetos situados dentro de nuestro sistema solar.

Mientras que, por otro lado, también se encuentra la fotografía de cielo profundo, que se caracteriza porque, en este caso, los objetos fotografiados se hallan fuera de nuestro espacio más inmediato, prestando especial atención tanto a nebulosas y cúmulos estelares, como a remanentes de supernovas u objetos situados en otras galaxias. 

Fotografía planetaria

Este tipo de fotografía astronómica se caracteriza por fotografiar objetos que se encuentran dentro de nuestro sistema solar. En la práctica, esto implica objetos que son muy luminosos, como nuestra propia luna, los planetas, o cometas y asteroides cuyas trayectorias se cruzan con nuestro espacio más próximo. Esto conlleva una serie de aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de llevar a cabo la captación de las fotografías. Se requieren telescopios de distancias focales muy largas. Al ser objetos muy luminosos, se requieren tiempos de exposición bastante cortos, de un segundo o incluso menos.

Otro aspecto importante que se tiene que tener en cuenta es la atmósfera, que deberá encontrarse lo más limpia posible, aunque, en este caso, la contaminación lumínica no vaya a ser un factor determinante a la hora de obtener fotografías de buena calidad. Finalmente, dado que el campo angular a cubrir es muy pequeño, con excepción de la Luna, se necesitarán cámaras con sensores y píxeles pequeños

Fotografía de cielo profundo

En el caso de la fotografía de cielo profundo, las características que se van a encontrar son prácticamente las opuestas a las que tenían lugar cuando a la hora de realizar fotografía planetaria. Hay que tener en cuenta que la fotografía de cielo profundo se centra en objetos que están situados más allá de nuestro sistema solar, lo que hace que sean objetos con una luminosidad muy escasa la mayoría de ocasiones.

Esto no se debe a que el objeto fotografiado en sí carezca de luz, sino que, debido a la distancia desde la que llega la luz, su intensidad se ha visto mermada, haciendo que la captación de dicha luz, necesaria para obtener la imagen, sea mucho más difícil de conseguir.

Además, debido a que ciertos objetos fotografiados en esta modalidad son especialmente grandes, como por ejemplo las nebulosas, será necesario utilizar telescopios con focales situados entre 200 y 1.000 mm.

Por otro lado, debido precisamente a la escasa luz de los objetos fotografiados, será necesario un tiempo de exposición mucho mayor, que podrá ir desde los pocos minutos hasta alcanzar casi una hora.

Así mismo, de forma contraria a lo que sucedía en el caso de la fotografía planetaria, en la fotografía de cielo profundo la contaminación lumínica va a ser fundamental, ya que va a influir de forma definitiva en el contraste de la imagen obtenida. Por lo que será necesario desarrollarla en entornos donde la contaminación lumínica sea muy baja o prácticamente nula. No obstante, en este caso, la calidad de la atmósfera no influirá tanto a la hora de obtener una buena fotografía. 

¿Cuál es el equipo necesario para la práctica de la astrofotografía?

Uno de los aspectos que más suelen tenerse en cuenta a la hora de practicar la astrofotografía como aficionados es la necesidad de un equipo profesional con el que fotografiar el espacio a la vez que se estudia el universo. Sin embargo, aunque a priori la primera impresión que se pueda obtener sea la de necesitar un equipo profesional, la realidad es que con algunas cámaras relativamente sencillas se podrán obtener buenas fotografías si se busca el entorno adecuado.

Naturalmente, un equipo profesional siempre va a permitir conseguir imágenes mucho más nítidas y sobrecogedoras que aquellas que se logran con una cámara de mano. Sin embargo, a la hora de empezar con esta afición, lo más recomendable siempre será hacerlo con un equipo sencillo y, a medida que se vaya profundizando en la disciplina, se podrá adquirir un equipo mejor y realizar una inversión económica mayor.

¿Cómo empezar a desarrollar una afición como la fotografía astronómica con un equipo sencillo?

Una de las primeras cosas que se tendrá que tener en cuenta a la hora de empezar a practicar la astrofotografía es que la fotografía planetaria requiere equipos más sencillos que la fotografía de cielo profundo.

De hecho, la mayoría de los aficionados siempre comienzan con fotografías de la Luna, ya que al ser el cuerpo celeste más cercano es también el más visible, lo que permite que se puedan obtener buenas imágenes directamente con una cámara reflex apoyada sobre un trípode.

Por el contrario, en el caso de la fotografía astronómica de cielo profundo, en muchas ocasiones será necesario hacer uso de telescopios para lograr conseguir imágenes que realmente merezcan la pena, lo que implica un desembolso y una experiencia mayor en la disciplina.

De este modo, si estás pensando iniciarte en el mundo de la astrofotografía, te recomendamos comenzar con la fotografía planetaria, en concreto primero la Luna y después con el resto de los objetos del sistema solar. De esta forma, una vez que hayas adquirido los conocimientos y la experiencia necesarios, será el momento de dar el salto al siguiente nivel de la fotografía astronómica y adentrarte en la fotografía de cielo profundo, que constituye el mayor reto de la astrofotografía para aficionados.