Dinámica del craving en conductas adictivas
El craving o deseo de consumo de cualquier producto o sustancia es un término muy utilizado en disciplinas como el marketing. Sin embargo, un estudio de Sánchez-Hervás, Molina Bou, Del Olmo Gurrea, Gradolí y Morales Gallús valora su incidencia en la adicción a las drogas de cualquier persona. Es decir, lo que puede parecer una táctica comercial para que compres un producto también se podría convertir en un grave problema de salud.
Es en este punto donde nos enfrentamos con los datos estadísticos publicados por el Ministerio de Sanidad en 2023. Tras encuestar a 26 344 personas de entre 15 y 64 años, el resultado fue demoledor. Un 69,6 % fumaba, un 93,2 % bebía alcohol, un 40,9 % fumaba cannabis, un 23,7 % consumía cocaína y un 16,1 % tomaba éxtasis o sustancias alucinógenas. Tras semejantes datos, resulta imprescindible aclarar todo lo relativo al deseo de consumo y a las posibles soluciones a cada tipo de adicción.
¿Qué es el craving?
Se define como una experiencia subjetiva y variable. Es decir, las ganas de consumir un producto o sustancia podrían depender del contexto y del momento vital de la persona. Lo más habitual es que la sensación sea negativa y que esta incida directamente en su día a día. La imposibilidad de llevar a cabo tareas rutinarias termina por provocar un continuo malestar.
Lo más frecuente es que la necesidad de la sustancia vaya disminuyendo con el paso del tiempo. En el caso de las adicciones, puede tardar semanas, pero podría aparecer en periodos de abstinencia o recaída. Todo dependerá de los estímulos internos o externos que provoquen el deseo. Por ello, es recomendable contar siempre con un programa de prevención de recaídas y de abandonos del programa de deshabituación.
Cuando aparece, es debido a estímulos que se asocian al consumo y que dejan una huella en la memoria de la persona adicta. En ocasiones, volver a consumir es la respuesta para combatir los síntomas que provoca la abstinencia. Asimismo, es posible que surja en aquellos casos en los que por estrés o falta de autocontrol resulte complicado evitar el consumo.
Síntomas del craving
Resulta indispensable conocer cuáles son los síntomas más habituales para detectar el problema cuanto antes. Repasamos los más frecuentes.
La dificultad para evitar el consumo
La persona con una adicción experimenta una necesidad irrefrenable de consumir la sustancia. Es habitual que se exceda en el consumo y que ello provoque:
- Alteraciones de sus relaciones familiares o sentimentales.
- Problemas en su entorno laboral.
- Inadaptabilidad social.
- Anomalías en su estado físico y mental.
A pesar de semejantes consecuencias, el consumo no se reduce y la persona confirma que le resulta muy complicado controlar su impulso. En ocasiones, incluso se añaden nuevas sustancias a la principal para lograr que el efecto sea más potente.
Un efecto contrario al inicial
La adicción a una sustancia se produce cuando la persona disfruta de su efecto. A medida que se genera tolerancia, las cantidades necesarias para lograr las mismas sensaciones van aumentando. A mayor consumo, mayor nivel de adicción y más posibilidades de que la sustancia termine por ser motivo de nerviosismo y estrés.
El síndrome de abstinencia
Tras un largo periodo de consumo, el cerebro comienza a acostumbrarse a la sustancia o actividad correspondiente. Sin la dosis habitual, la persona se muestra sin la fuerza necesaria para afrontar su rutina diaria. Lo anterior provoca que el adicto aumente las dosis para equilibrar su funcionamiento cerebral.
Los cambios en la conducta
Todo dependerá del tipo de droga que se consuma. Sin embargo, las alteraciones conductuales de los adictos suelen ser similares. Una mayor agresividad, la tendencia a la violencia, la apatía o las alucinaciones son síntomas inequívocos de adicción.
El aumento de la toxicidad
Tiene dos variantes. La primera es la que se produce por el consumo prolongado en el tiempo que conlleva el aumento progresivo de las dosis. Esta situación genera una intoxicación crónica que termina por:
- Alterar el rendimiento conductual y psicológico.
- Crear trastornos digestivos y neuronales.
- Aumentar la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Los cambios en el cerebro
Los adictos tienden a pensar que pueden controlar su problema con facilidad. En ocasiones, incluso afirman que podrían dejar de consumir cuando quisieran. Así, se confirma que solo ven la parte positiva de su alteración cognitiva, que se autoengañan y que prefieren ignorar cómo ponen en riesgo su salud.
Otras prioridades
Es uno de los síntomas más reconocible. Quien tiene una adicción deja de hacer todo lo que le gustaba para dedicarse a obtener y a consumir la sustancia. Ni su trabajo, ni su familia, ni sus amigos son importantes, lo que produce cierto aislamiento y las consecuencias ya descritas.
La recaída
Es muy peligrosa, ya que tras meses de abstinencia el adicto tiende a consumir más cantidad que cuando decidió dejar la sustancia.
Tipos de craving
Fueron Beck, Wright, Newman y Liese los que los analizaron en Terapia cognitiva de las drogodependencias (1999). Son cuatro los tipos principales.
- Por abstinencia. Al dejar la persona de consumir, o controlar su adicción, aumenta el deseo de volver a consumir a los niveles anteriores. El aumento de la dosis es habitual en estos casos.
- Por anhedonia. La falta de placer, de satisfacción o de interés por el día a día puede llevar a caer en una adicción. Suele tratarse de personas que no tienen las habilidades más adecuadas para divertirse o probar alternativas que eviten su aburrimiento.
- Por la respuesta condicionada. Los adictos podrían asociar el consumo de una sustancia o la práctica de una actividad a un lugar, a una canción o a una situación personal anterior. Semejantes estímulos neutros podrían volver a sentirse cuando se toma la dosis. Transportarse a escenarios en los que fueron felices, o que echan de menos por algún motivo, al consumir o hacer algo provoca que aumente el craving.
- Por el aumento del placer. Cuando una persona experimenta placer llevando a cabo una actividad, es posible que busque aumentar esa sensación. Lo habitual es que use la droga o el alcohol para conseguir que la respuesta a los deseos hedónicos sea la más adecuada, distorsionando así la realidad y atentando contra el propio estado de salud.
¿Cómo afrontar el craving?
Son varios los recursos disponibles para conseguir que el craving sea más fácilmente controlable. Repasamos los más eficaces.
Interrumpir los pensamientos
La ausencia de la sustancia o acto provoca pensamientos negativos. Es importante que la persona sepa que:
- Debe dejar de pensar durante 10 segundos para meditar sobre las consecuencias negativas de su adicción.
- Tiene que superar las ideas negativas que genera su cerebro y no identificarlas como reales.
Practicar alguna técnica de relajación
Desde respirar hondo a la meditación o el yoga, su práctica en los momentos en los que las ganas de consumir aumentan es muy recomendable.
Reflexionar sobre los aspectos positivos y negativos del consumo
Aconsejamos que cualquier persona con una adicción redacte un listado con las ventajas y las desventajas de su actitud. El ejercicio contribuye a llegar a conclusiones que le dan una enorme importancia a la sustancia o a adicción considerando que sin ellas no es posible relajarse o trabajar. En cuanto se identifica cuál es el impulso que provoca la adicción, es más sencillo darse cuenta de todos sus aspectos negativos.
Pensar en las consecuencias físicas o psíquicas
Una persona con una adicción sabe cómo se siente y cuáles han sido las molestias que ha experimentado durante su adicción. Basta con recordarlas y con cambiarlas por imágenes más positivas.
Evitar el contexto y encontrar fórmulas para distraerse
El consumo suele estar asociado a un espacio concreto, a la compañía de algunas amistades o a ciertas costumbres. Cuando se siente el impulso de consumir, es eficaz apostar por otro tipo de actividad.
Recuperar la autoestima
En lugar de asociar la sustancia o la actividad con el placer, habría que pensar de forma inversa. La persona adicta debe autoafirmarse a medida que comprueba que está superando su problema. Centrarse en los cambios positivos que genera abandonar su actitud es un adecuado punto de partida hacia la recuperación.
El craving es una sensación subjetiva que podemos experimentar todos ante cualquier producto, sustancia o actividad. No obstante, es de vital importancia observar si esa necesidad o pulsión es controlable o no. Cuando toda nuestra vida gira alrededor de consumir una sustancia o llevar a cabo una actividad, es necesario comenzar a tomar las medidas oportunas. Las consecuencias físicas, mentales o personales no tardan en aparecer. Ocasionalmente, incluso es posible padecer enfermedades diversas que terminan por alterar nuestro día a día. Por lo tanto, poner en práctica los consejos y estrategias antes mencionados es de indudable utilidad. Todo sea por diferenciar entre el deseo temporal de consumir algo y la adicción. Dependiendo del caso, sería necesario un estudio del historial clínico para comprobar si tenemos una conducta adictiva o una herencia genética que nos predispone a la misma. Finalmente, subrayamos la importancia de contar con el apoyo de profesionales que nos ayuden a superar la situación y a comenzar una etapa vital alejada de las adicciones.