España y Reino Unido, dos economías a entenderse tras el Brexit
Las relaciones comerciales entre España y el Reino Unido se caracterizan por ser buenas, intensas y fluidos dentro de un marco bilateral de relaciones, estando actualmente influenciadas por la incertidumbre que el “Brexit” y sus previsibles consecuencias. En 2017, España fue el noveno país exportador del Reino Unido y el octavo importador, mientras que a nivel de inversiones España es también el noveno inversor más importante en el país británico.
A pesar de ello, las incertidumbres más importantes que habita tanto en los países de la Unión Europea como en España en particular son las consecuencias económicas de la salida del Reino Unido. De acuerdo con datos oficiales del propio Gobierno británico, el coste para el Reino Unido de salir de la Unión Europea a corto plazo se contabiliza en una reducción del PIB entre 3,6% y el 6%, mientras que a largo este porcentaje se sitúa entre el 3,8% y un 7,5%. Por el lado europeo, el Comisario europeo responsable de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, ha señalado que el impacto económico del Brexit sobre el PIB en el conjunto de los países de la UE-27 se situaría entre 0,2% y el 0.5%.
De acuerdo con los datos oficiales de UK Trade Statistic Bulletin (ONS), las exportaciones de bienes y servicios de Reino Unido alcanzaron en 2016 la cifra de 669.866 millones de euros, un 5,8% mejor que en 2015, mientras que sus importaciones totales lograron alcanzar la cifra de 751.154 millones de euros (un 6,8% más que en 2015), siendo España el octavo país proveedor de bienes y servicios de Reino Unido
En lo que se refiere a las exportaciones, los bienes con origen España destino Reino Unido ha tenido un gran repunte en el período de tiempo 2010-2016, experimentando una tasa del crecimiento superior al 10% y representando alrededor del 8% de las exportaciones españolas, superando a Italia como tercer destino de los bienes y servicios españoles. En lo que llevamos de década, el sector del automóvil ha sido el motor de las exportaciones españolas hacia las islas británicas representando una cuota del 27%. Por otro lado, las importaciones procedentes de Reino Unido a pesar de mantener una tónica de crecimiento hasta la crisis de 2008, no ha podido recuperarse como así lo han hecho las exportaciones, por lo que hace que el saldo la balanza comercial de España con el Reino Unido sea positiva. Este superávit comercial con el Reino Unido que tiene España asciende a 1.049 millones de euros (representando el 1,3% del PIB) en 2015 según la Encuesta de Comercio Internacional de Servicios (ECIS), realizada por el INE.
La inversión directa española en el Reino ha mantenido desde la década de los noventa una tendencia en la que cada año las empresas españolas mantenían inversiones por debajo de los 2.000 miles de euros, con una tendencia positiva desde el 2004 hasta el 2008 y manteniéndose estable y a niveles de siempre durante y después de la última crisis económica. El total de la inversión británica acumulada desde 1993 (fecha en la que se empiezan a tener datos oficiales procedentes del ICEX) en España asciende hasta la cuantía 62.826 millones de euros. Tan solo en dos años, 2001 y 2005, las desinversiones por parte del Reino Unido superaron a las inversiones brutas.
La activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa por parte del Reino Unido está haciendo que la incertidumbre sembrada cree dudas sobre las inversiones a ambos lados del canal de La Mancha.