La integración en el aula de los niños conflictivos
Para los maestros no es nada infrecuentes encontrarse en el aula con uno o varios alumnos que interrumpen la clase constantemente con comentarios fuera de lugar o bromas, muestran un desinterés total por las asignaturas, faltan el respeto a compañeros y profesores, mantienen un actitud desafiante y, en los casos más extremos, actúan con violencia verbal y hasta física. Se trata de los alumnos considerados conflictivos.
Este tipo de situaciones son complejas y muchas veces difíciles de controlar y manejar. Para solucionar este problema es necesario la implicación de todos los actores de la comunidad educativa: profesores, dirección del centro, asociación de padres (APA), de los compañeros y, por supuesto, del propio alumno conflictivo y sus familiares.
En saber conjugar la comprensión hacia la situación personal, familiar y social que conduce al alumno a actuar de esta forma, con la firmeza y, llegado el caso, las medidas disciplinarias adecuadas se encuentra la clave del éxito en la resolución de etas complejas situaciones escolares.
¿Que no se debe hacer frente a los niños conflictivos?
Si bien es difícil determinar con exactitud cuál es la forma de actuación idónea ante la presencia de alumnos conflictivos en el aula, la experiencia demuestra que las siguientes actitudes nunca dan buenos resultados, al menos a medio o largo plazo:
- Ignorar el problema, hacer como si no pasase nada.
- Descalificar a los niños conflictivos con insultos, ironías o amenazas.
- Por supuesto, nunca se debe agredir al alumno.
- Las exclusiones del tipo: expulsar al alumno del aula, enviarlo a dirección, al patio o a su casa.
- Asignarles tareas a modo de castigo explícito o encubierto.
- Bajarles las calificaciones por mal comportamiento.
- Amenazarlos con llamar a sus padres u otras medidas.
- Imponerles castigos de manera sistemática como quitarles el recreo o quedarse en el aula fuera del horario escolar.
Aunque en situaciones puntuales algunas de estas medidas puedan dan la impresión de dar buenos resultados a corto plazo, casi siempre resultan contraproducentes a la larga, pues acaban deteriorando el vínculo entre el niño problemático su aprendizaje y el entorno educativo.
Estrategias adecuadas
Además de una estrategia firme pero a la vez comprensiva del maestro frente a los alumnos conflictivos, es necesario poner en marcha estrategias y programas que la experiencia ha demostrado que resultan eficaces:
- Introducir al alumno conflictivo en estrategias de aprendizaje de habilidades sociales.
- Fomentar la relación y convivencia del conjunto de la comunidad educativa.
- Máxima comunicación con los familiares.
Siempre se debe intentar acercar al alumno al contexto del aula y la educación en general con actitudes motivadores e inclusivas. De lo contrario, cada vez se producirá un mayor alejamiento entre los niños conflictivos en la escuela, lo que puede degenerar en situaciones más graves como el buylling o la exclusión social.