Pedagogía Reggio Emilia: todo lo que hay que saber
Durante las últimas décadas hemos asistido al intento de implantación de diferentes metodologías educativas en los colegios. Algunas han gozado de un gran éxito, mientras que otras han cosechado menos. Sin duda, una de las que podemos englobar en el primer grupo es la Reggio Emilia. En la Universidad Internacional de Valencia (VIU) queremos contarte qué es, cómo se aplica y en qué principios se fundamenta.
¿Qué es Reggio Emilia?
Reggio Emilia es el nombre de un método pedagógico diseñado por Loris Malaguzzi en Italia. Surgió tras el fin de la II Guerra Mundial, un conflicto bélico que marcó a varias generaciones de niños de su país. Este pedagogo defendía que el aprendizaje de los alumnos debía basarse en la experimentación y la observación, pues ambas potenciarían su creatividad.
Cuando se aplica la pedagogía Reggio Emilia en un centro, debe poner el foco, más que en un programa educativo, en dotar al alumnado de un espacio y de una serie de herramientas indispensables para que aprenda. ¿Cómo se consigue? A partir del juego y de la resolución de problemas que les ayuden a comprender cómo funciona el mundo.
Otro aspecto clave del método Reggio Emilia en pedagogía es el papel que cumplen las familias y los educadores, dado que son imprescindibles para que su formación funcione. Por consiguiente, han de estar plenamente involucrados en las distintas etapas de su desarrollo.
Los objetivos más importantes del método Reggio Emilia
Hoy en día, este método educativo se estudia en muchos grados en Pedagogía y en un curso de Pedagogia Reggio Emilia dada su eficacia y utilidad. En ellos se aprende que su principal objetivo es crear una escuela activa que gire en torno a la reflexión y a la investigación del alumno. Igualmente, trata de generar el ambiente idóneo para el aprendizaje mediante la formación de familias y educadores.
Sin embargo, estos no son los únicos fines de la metodología Reggio Emilia. También debemos citar los siguientes:
- Conseguir que el niño desarrolle la capacidad de aprender por sí mismo a su ritmo. Para lograrlo, es preciso plantear actividades que le motiven y recursos adecuados para que las realice correctamente. Estas herramientas se conocen como materiales de la pedagogía Reggio Emilia.
- Alcanzar el equilibrio entre la lógica, las emociones y los sentimientos. Estos aspectos son igual de relevantes durante el proceso de aprendizaje. Por ello, han de implementarse dentro de la cultura educativa del centro.
- Favorecer la comunicación entre los niños y los adultos. Las familias y los educadores han de ser capaces de intercambiar con los niños sus capacidades para aprender. Se deben tener presentes sus habilidades individuales con el fin de potenciarlas.
Los principios fundamentales de la pedagogía Reggio Emilia
Como mencionamos, este método educativo no parte de un programa o un currículum con materias definidas. Es en el educador en quien recae la responsabilidad de crear el clima adecuado para que los alumnos adquieran los contenidos requeridos. Sin duda, una labor muy importante para la que un máster en Psicopedagogía es de gran utilidad.
Para conseguir un ambiente idóneo, es preciso tener en cuenta los pilares sobre los que se sustenta este método pedagógico. Vamos a verlos:
- El niño es el protagonista. Esto hace que su aprendizaje se enmarque dentro de su potencial, su motivación y su madurez. Por consiguiente, podemos decir que la enseñanza se aplica de forma individual. Cada alumno es diferente y está sujeto a una serie de condicionantes que le definen.
- El educador es un guía. Su responsabilidad no es la de proporcionar los contenidos al alumno, sino la de ponerle ante sí retos, experimentos y desafíos. A través de ellos, tiene que desarrollar la capacidad de autoaprendizaje.
- El ambiente es fundamental. Para superar los desafíos expuestos, los estudiantes deben aprender a trabajar en equipo. Una cualidad que les será muy útil en el futuro. Por otro lado, el espacio arquitectónico cobra un especial protagonismo. Los colegios en los que se imparte esta metodología deben tener una decoración, diseño, estructuración y disposición de los materiales acordes a sus postulados. Con ello, se extiende la pedagogía y su filosofía, se crea un ambiente agradable y habitable, y se favorece la consecución de los objetivos de manera natural.
- Investigación, descubrimiento y entorno activo. Son las tres premisas sobre las que tienen que partir las experiencias de aprendizaje que el educador brinde a los alumnos. Todas ellas han de invitarle a reflexionar acerca de su entorno.
- El rol activo de las familias. No pueden limitarse a llevar al pequeño al colegio y a darle espacio para que hagan los deberes. Para que la metodología Reggio Emilia funcione, tienen que asumir un papel activo y ofrecerles vivencias que les motiven.
¿Cómo se aplica la pedagogía Reggio Emilia dentro del aula?
Ya hemos comentado que el educador tiene la responsabilidad de crear un ambiente idóneo para el aprendizaje activo y autónomo de los niños. Sin embargo, esto no es sencillo para quienes no están familiarizados con el método.
En este sentido, los profesionales de la educación han de prestar especial atención a lo que genere interés entre el alumnado. Posteriormente, con base en ellos, tienen que unir distintos elementos para brindar una educación de calidad.
Pero ¿cómo averiguar lo que interesa a los alumnos? En muchos casos, el primer paso es comenzar un proyecto de investigación. A partir de ahí, es aconsejable seguir dos más:
- Proponer experimentos manipulativos. Los niños no son meros espectadores, sino protagonistas en su aprendizaje. Han de trabajar con sus propias manos en todo momento.
- Plantear problemas acordes a su nivel. Se les deben proponer desafíos que sean capaces de resolver por medio del lenguaje, la reflexión y el pensamiento.
La formación de equipos es otro aspecto delicado que requiere conocimientos de pedagogía sistémica. Como es obvio, los niños van a intentar rodearse de aquellos con los que tienen mayor afinidad. No obstante, la labor de un buen educador es lograr que sean capaces de sentirse motivados en otros contextos. Analizar la personalidad y las relaciones sociales que mantienen es clave para crear grupos equilibrados capaces de cooperar.
Materiales para la aplicación de la pedagogía Reggio Emilia
Los recursos que pongamos a disposición de los niños deben permitirles experimentar y aprender por sí mismos mientras juegan. En ningún caso deben robarles el protagonismo con funciones automáticas que impidan que dejen volar su imaginación. Por este motivo, han de estimularles sensorialmente y divertirlos.
Hay dos tipos:
- Naturales. Se invita a los alumnos a contactar con la naturaleza mediante el empleo de materiales como hojas, semillas, arena, piedrecitas, ramas, etc. Por ejemplo, se puede recrear un minimundo otoñal que estimule los sentidos de los niños y les posibilite experimentar con los elementos que caracterizan a esta estación.
- Desechos/reciclados. Dado que esta metodología promueve el reciclaje y la protección del medioambiente, muchos de los componentes que usan en las aulas son reciclados o desechos naturales. Como vimos al hablar del ambiente, la filosofía de este método siempre está presente de una manera divertida, instructiva y amena. En este caso, consistiría en un reciclaje creativo.
Por ejemplo, las mesas de luz se han convertido en juguetes estrella para la aplicación de esta metodología. Se trata de simples cajas de madera con una pantalla de plástico iluminada. Sobre ellas pueden llevar a cabo infinidad de experimentos mezclando luces, colores y formas.
Por otro lado, las bandejas transparentes de arena son muy recomendables por sus posibilidades de experimentación. Lo mismo sucede con los espejos de juego o las cestas de los tesoros, que cumplen un papel clave en la metodología Montessori.
Los beneficios de Reggio Emilia
Algunas de las ventajas de este método pedagógico frente al enfoque educativo tradicional son las siguientes:
- La importancia de la comunidad. Como hemos comprobado, las familias y los educadores juegan un papel esencial en la formación de los niños. El profesional de la educación ya no se limita a dictar clases ni las familias a comprobar si han hecho los deberes. Ambos adquieren roles activos en su cotidianidad y más liberador que antes.
- Los alumnos aprenden de sí mismos y de quienes les rodean. Los pequeños siempre están rodeados de vivencias que experimentar en su propia piel y a través de los demás. Gracias a ello, su visión del mundo y la realidad se amplía.
- Desarrollo de la curiosidad y el espíritu investigador. Esta metodología pretende enseñar por medio del asombro, la curiosidad y la experimentación, tres aspectos que abrirán las mentes de los más pequeños como nunca. Estas cualidades permanecerán con ellos toda la vida.
- Motivación constante. Relacionado con el punto anterior, los niños están rodeados de estímulos agradables y desafíos interesantes que les hacen sentirse motivados en todo momento.
- Niños más autónomos. La filosofía Reggio Emilia permite que hagan tareas diarias por sí mismos desde una edad muy temprana. Hablamos, por ejemplo, de vestirse solos o prepararse la merienda.
- Crea un sentimiento de unidad: Tanto entre los alumnos como entre estos y sus educadores. Así, se obtiene un mejor clima dentro de la comunidad que favorece su aprendizaje y colaboración.
En definitiva, la pedagogía Reggio Emilia es, hoy en día, uno de los métodos educativos más efectivos. Por supuesto, para conseguir óptimos resultados, es imprescindible contar con una formación pedagógica apropiada. En VIU lo sabemos, por ello ponemos a disposición de nuestros alumnos un completo grado en Pedagogía online que les permitirá formarse como expertos en el sector. ¡No lo dudes y comienza tu formación con nosotros!