Entendiendo la amnesia retrógrada y anterógrada: tipos y causas
La memoria es una función esencial del cerebro humano. Gracias a ella podemos retener datos, aprender cosas nuevas y recordar las vivencias pasadas. Sin embargo, hay ciertas condiciones que pueden afectar a la capacidad para recordar y recuperar información. Una de ellas es la amnesia. Se trata de un trastorno que se caracteriza por la pérdida parcial o total de la memoria y los recuerdos, tanto a corto como a largo plazo. En este artículo sabrás más sobre los diferentes tipos de amnesia y sus causas.
Lo que recordamos: la amnesia retrógrada y anterógrada
Existen dos tipos básicos de amnesia: la amnesia retrógrada y la amnesia anterógrada. La amnesia retrógrada es la incapacidad de recordar acontecimientos pasados. Como la memoria a largo plazo se presenta primero en el hipocampo (al igual que el aprendizaje), la severidad del trauma puede llevar a que las memorias recientes sean borradas. Así lo indican estudios como el del Servicio Vasco de Salud. Y es que el hipocampo es un área del cerebro que juega un papel fundamental en la memoria y el aprendizaje. Su lesión puede tener consecuencias graves en la capacidad del cerebro para recordar eventos del pasado.
Los pacientes que experimentan amnesia retrógrada sólida generalmente no recuerdan eventos que ocurrieron en las semanas, meses o años anteriores a su lesión cerebral. Se dice que viven anclados en un pasado muy lejano por la incapacidad de construir nuevos recuerdos.
En ocasiones, también puede presentarse en otros términos. Nos referimos a lo que se conoce como amnesia global transitoria. Esta implica la pérdida total de la memoria a corto plazo durante un período temporal breve. La recuperación depende de diferentes factores; por ejemplo, la asimilación del cerebro a la situación presente en la que se encuentra. Eso sí, los médicos todavía no saben qué es lo que ocurre exactamente en este fenómeno. Se cree que podría relacionarse con una repentina restricción de flujo sanguíneo al cerebro, tal y como sugieren estudios como el de la Universidad de Cantabria.
Por su parte, la amnesia anterógrada se relaciona con lesiones cerebrales más graves. Muchas veces están relacionadas con politraumatismos y traumatismos craneales, o bien por consumo de drogas. En otros casos, pueden tener que ver con enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, tumores cerebrales o accidentes cerebrovasculares.
Causas de la amnesia retrógrada y anterógrada
Además de los factores mencionados previamente, el estrés intenso también puede ser responsable de la amnesia retrógrada. Este trastorno puede afectar a la capacidad de la mente para procesar y registrar información de forma correcta. Por último, el envejecimiento de las células es otra causa posible: a medida que el cerebro envejece, puede que pierda la capacidad de recuperar algunos recuerdos antiguos.
La amnesia anterógrada
Aunque las causas de la amnesia anterógrada pueden variar, una de las más comunes son las lesiones cerebrales, tal y como hemos indicado previamente. Las consecuencias de una lesión cerebral pueden ser graves y, en algunos casos, permanentes.
De cualquier manera, ambos tipos de amnesia pueden ser causados por diversas razones: lesiones traumáticas en el cerebro, enfermedades y trastornos de ansiedad. Depende de una correcta valoración del médico su diagnóstico final. Es importante que conozcas las diferencias entre los dos tipos de amnesia para poder identificar y buscar el tratamiento adecuado en cada caso.
Otros tipos de amnesia
Aparte de estas dos variedades previamente mencionadas, hay otros tipos menos comunes de amnesia. Nos referimos a la amnesia infantil, que es la incapacidad de recordar los primeros años de vida. En este caso hay una pérdida de recuerdos que se producen antes de los cinco años de edad.
Otro caso es el de la amnesia disociativa, que es una respuesta del cerebro frente a situaciones traumáticas. Por otro lado tenemos la amnesia inducida por drogas, relacionada con el consumo de sustancias como el alcohol o el éxtasis. Estas pueden dañar las células cerebrales y causar pérdida de memoria. De hecho, tal y como indican los informes del Ministerio de Sanidad en España, esta patología ha vivido un incremento significativo en la última década. Se están llevando a cabo estrategias de prevención. El caso de la inducción por drogas es una enfermedad rara pero grave. Cuando se atiende a una persona con amnesia inducida por drogas es importante reconocer los cambios de comportamiento y proporcionarle apoyo emocional.
Por otro lado, la amnesia disociativa se caracteriza por la incapacidad de recordar eventos traumáticos. Todos estos tipos de amnesia pueden presentarse de formas muy distintas y tienen un impacto significativo en la vida diaria de las personas que los sufren.
Cómo prevenir la amnesia
La amnesia puede convertirse en un obstáculo para la vida, ya que este problema afecta tanto a jóvenes como a personas mayores. Ya has visto que puede tener diversas causas, desde traumatismos cerebrales hasta enfermedades degenerativas. A pesar de los avances en la medicina, todavía se desconoce mucho sobre cómo tratar efectivamente la amnesia. Por eso, si has recibido un golpe, impacto o crees que notas pérdida de memoria o problemas cognitivos, busca atención médica especializada.
Pero no todo son malas noticias, pues existen métodos, como la terapia cognitiva o el entrenamiento cerebral que pueden ayudar a reconstruir algunos recuerdos perdidos. Con el conocimiento adecuado y los tratamientos apropiados se puede brindar un mejor cuidado y calidad de vida a las personas que padecen este trastorno de la memoria.
Tal y como indican estudios de la Universidad de Navarra, existen algunas acciones que puedes llevar a cabo para prevenir la pérdida de memoria:
- Mantén una vida saludable: es fundamental para mantener una buena salud cerebral. Lleva una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables. Además, realiza ejercicio regularmente y duerme lo suficiente.
- Estimula tu cerebro: mantén tu cerebro activo realizando actividades que lo desafíen, como resolver crucigramas, aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento musical. La estimulación mental constante ayuda a mantener las conexiones cerebrales fuertes y a crear nuevas conexiones neuronales.
- Controla el estrés: el estrés prolongado puede afectar negativamente la memoria y la función cognitiva. Practica técnicas de manejo del estrés como la meditación, el yoga o la respiración profunda para ayudar a controlar el estrés en tu vida.
- Evita el consumo excesivo de alcohol: el consumo excesivo de alcohol puede dañar las células cerebrales y aumentar el riesgo de amnesia. Limita tu consumo de alcohol y busca ayuda si sientes que tienes un problema con la bebida.
- Protege tu cabeza: asegúrate de usar casco cuando practiques deportes o actividades que puedan poner en riesgo tu cabeza, como ir en bicicleta o patinar.
- Controla las condiciones médicas: afecciones médicas como la hipertensión, la diabetes y los trastornos del sueño pueden aumentar el riesgo de amnesia.
- Mantén una vida social activa: participa en actividades sociales. Unirse a un club, asistir a eventos comunitarios o pasar tiempo con amigos y familiares son excelentes opciones.
- No fumes: fumar puede dañar el cerebro y aumentar el riesgo de amnesia. Si fumas, considera dejarlo y busca ayuda si es necesario.
La última evidencia científica
Estudios científicos realizados en la Universidad de Valladolid han revelado una relación entre la amnesia y la dieta mediterránea. Parece ser que quienes consumen una dieta de estilo mediterráneo tienen menos probabilidades de sufrir pérdida de memoria que quienes siguen otras dietas. Además, nuevos estudios del Servicio Andaluz de Salud han aportado pruebas del uso terapéutico del aceite de oliva y los polifenoles: pueden ayudar a mejorar la función cognitiva en personas con amnesia.
Otros estudios realizados en la Universidad Illes Balears también han revelado que el ejercicio físico puede contribuir a mejorar la memoria y la función cognitiva en individuos con amnesia. La actividad física regular ayuda a estimular la liberación de neurotransmisores como la dopamina, que es importante para mantener la concentración y la atención. El ejercicio también puede ser útil en la reducción de los niveles de estrés, un factor que contribuye a la amnesia.
Además, las intervenciones dietéticas también pueden fomentar la memoria y la función cognitiva en personas con amnesia, como indican estudios como el de la Universidad de La Rioja. Seguir una dieta equilibrada que incluya abundantes frutas y verduras, proteínas magras, cereales integrales, grasas saludables y otras vitaminas y minerales esenciales es clave para lograr una salud cognitiva óptima. Los estudios han demostrado que ciertos alimentos (como los ácidos grasos omega-3 y las vitaminas B) pueden mejorar la memoria y la función cognitiva. Los suplementos para la memoria también pueden ser beneficiosos, pero es importante consultar a un profesional sanitario antes de tomarlos.
Mantenerse socialmente activo es otro factor importante a la hora de tratar la amnesia. Participar en actividades que impliquen interactuar con otras personas, como jugar a cartas o asistir a conferencias, mantiene tu agudeza mental. El ejercicio también puede mejorar la memoria y la salud cognitiva al aumentar el flujo sanguíneo al cerebro. Si quieres saber más sobre estas y otras técnicas enfocadas a la mejora de tu memoria, descubre los títulos que te ofrecemos en la Universidad Internacional de Valencia.