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Consumos problemáticos de alcohol: un ámbito en auge para la intervención psicológica.
Son diversos los factores que favorecen que el alcohol sea una de las drogas de mayor riesgo y con mayores consecuencias perjudiciales para la salud, tanto a nivel individual como en la esfera pública. Hallamos, por un lado, su accesibilidad y bajo coste, su amplia aceptabilidad entre la sociedad en general, reflejada por ejemplo en la extensión del fenómeno del botellón entre los más jóvenes y del consumo diario de cerveza en los últimos tiempos en población adulta.
Estos factores contribuyen a desarrollar una baja percepción de riesgo en relación al uso y abuso de alcohol, y que por tanto no lo consideren como un consumo problemático y se planteen su reducción o abandono.
En la revisión de las políticas de drogas en España, ha tenido lugar en los últimos años un cambio en la percepción social del fenómeno del consumo de drogas y de las drogodependencias, incluyendo en el alcohol aunque en menor medida que el resto de sustancias.
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El cambio más significativo reside en el reconocimiento de que los afectados por una adicción, sea a la sustancia que sea, tienen derecho a la correspondiente atención sanitaria y social, y a que esta debe adaptarse a las nuevas necesidades del individuo. https://youtu.be/7PAZ9k32hlo
Tal como se señala en la Estrategia Nacional Sobre Drogas 2009-2016 (PNSD, 2009), el planteamiento más avalado por la evidencia científica para alcanzar una disminución significativa del impacto sanitario y social, en relación con el uso de drogas, es el de actuar mediante una combinación de medidas que intervengan simultáneamente en los ámbitos de la exposición y accesibilidad a las sustancias psicoactivas, del consumo y de la reducción del daño asociado a éste.
Asimismo, se debe tener en cuenta que, para muchas personas, el problema no es única y exclusivamente abandonar el consumo de una determinada sustancia sino de varias (policonsumo), u otros problemas que agravan la situación como una enfermedad mental, precariedad económica, desarraigo social, laboral y/o familiar, y en general ruptura o inexistencia de vínculos sociales integradores.
Por lo que se hace necesaria una atención integral y coordinada dirigida al tratamiento e incorporación social de la persona. Ello exige tener en consideración la diversidad e individualización en la atención en el diseño de las intervenciones. Los profesionales de la psicología tienen un papel destacado en la evaluación de necesidades, diseño e implementación de dichas intervenciones, así como en el fomento de la adherencia a los tratamientos de tipo psicológico, farmacológico y rehabilitadores.
Si bien, en aras de ofrecer la referida atención integral, deben disponer de habilidades para la coordinación con otros profesionales, y una visión orientada al desarrollo de las potencialidades y capacidades de las personas beneficiarias que les permita alcanzar el bienestar y disfrute de los derechos sociales básicos desde la autonomía personal. https://youtu.be/3tL_ZW5GOj0 Referencias Plan Nacional Sobre Drogas, PNSD (2009). Estrategia Nacional sobre Drogas 2009-2016. Madrid: Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Ministerio del Interior. Recuperado de http://www.pnsd.msssi.gob.es/pnsd/estrategiaNacional/docs/EstrategiaPNSD2009-2016.pdf
Víctor J. Villanueva Blasco Director del Máster Universitario en Prevención en Drogodependencias y Otras Conductas Adictivas