Drogas emergentes: Cannabinoides sintéticos
Drogas emergentes
El “universo de las drogas” está en continuo progreso y cambio, tanto por parte de los consumidores de estas sustancias como de los productores y distribuidores. El concepto de droga emergente hace referencia a aquellas sustancias naturales o de síntesis introducidas en el mercado de las drogas aproximadamente en los últimos 5-10 años. Dentro del grupo de las drogas emergentes podemos encontrar determinadas plantas y sus derivados, medicamentos de uso humano o veterinario, fármacos retirados de la clínica por sus efectos adversos, y sustancias sintéticas de nueva creación, como por ejemplo, análogos sintéticos del cannabis (Burillo et al., 2011). En general se trata de alternativas “legales” a las drogas clásicas, de las que a menudo no existen estudios farmacológicos en humanos.
Los narcotraficantes (fabricantes o distribuidores) introducen nuevos productos utilizando para ello los más recientes conocimientos químicos y farmacológicos, pero también con nuevas fórmulas de comercialización que les permiten bordear, cuando no, esquivar la ley. A esto ha venido a sumarse, en la última década, la aparición de Internet con un acceso inmediato, ilimitado y universal a cualquier producto mediante las tiendas grow shops on-line, pero, sobre todo, a las redes sociales y los foros de usuarios. Los usuarios obtienen la información necesaria para su utilización por medio de foros e Internet, usando opiniones de usuarios como única fuente de información. Existen a disposición del usuario experto e inexperto multitud de páginas web, blogs, vídeos, etc, en los que se detallan las formas más habituales de consumo, las posibilidades de combinación e incluso la receta para una fabricar una droga de síntesis en tu propia casa (Lange, Daniel, Homer, Reed y Clapp, 2010; Cannabiscafe, n.d./2017; Legal Highs Blog, n.d./2017). Esta información no posee por tanto ningún filtro de verosimilitud, rigor científico y técnico, etc. (Dolengevich, Gómez, Rodríguez, Frenzi y Correas, 2013). En la gran mayoría de los casos, y esta es una de las fuentes principales del riesgo, no se detalla la composición completa del producto, la presencia de otras sustancias psicoactivas, las dosificaciones “seguras” ni, por supuesto, los riesgos del consumo o sus posibles interacciones o contraindicaciones (Schmidt, Sharma, Schifano y Feinmann, 2011). En consecuencia, el uso de estas drogas implica un considerable riesgo para la salud de las personas consumidoras.
Además, todo ello, junto con el hecho de que la velocidad con la que se expanden estas sustancias es mayor que la capacidad de la comunidad científica (y de los dispositivos legales para el control de la venta y la distribución) para conocer efectos y riesgos, contribuye a la dificultad para que puedan ser identificadas (Burillo, Climent, Medina y Toledo, 2010; García-Repetto y Soria, 2011).
El cannabis sintético
Desde 2004 se han ido vendiendo, sobre todo en páginas de Internet, unos sobres conteniendo una mezcla de hierbas exóticas y extractos de plantas aromáticas con el nombre de Spice. Estos productos se comercializaron como similares al incienso para utilizar durante sesiones de aromaterapia, yoga o meditación. Se vendían bajo mensajes como “una mezcla de incienso que libera un aroma” y siempre advirtiendo “no apto para el uso humano” (European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction, 2009).
Debido a que sólo existen estudios en laboratorio (in vitro o con animales de experimentación) es muy difícil extrapolar los resultados a humanos y poder valorar que riesgos implica su uso. Como el tipo y la cantidad de cannabinoides pueden variar considerablemente dentro de un mismo producto podrían causar casos de intoxicación o la posibilidad de sobredosis (Stafford et al., 2008).
Tal y como recoge el NIDA (2017), las personas que han usado cannabinoides sintéticos y han sido llevados a salas de emergencia han mostrado varios efectos severos, que incluyen: a) aumento del ritmo cardiaco; b) vómito; c) comportamiento violento; y, d) pensamientos suicidas. Entre sus efectos secundarios a medio y largo plazo, podemos encontrar: a) ansiedad extrema; b) presión arterial alta; c) desorientación y/o confusión; d) alteración de la percepción; y, e) paranoia extrema e injustificada desconfianza de otros.
Una de las razones por las que el cannabis sintético puede desencadenar una serie de efectos secundarios es la forma en cómo sus componentes actúan en el cerebro. “Los cannabinoides sintéticos afectan con gran fuerza los receptores cannabinoides del cerebro. Su acción en el cerebro puede ser similar al provocado por la marihuana natural, pero el efecto físico es muy diferente”, explicó el toxicólogo Jeff Lapoint. Un ejemplo de ello es que solo en la ciudad de Nueva York más de 6.000 personas han acabado en el hospital en 2015 por consumir marihuana sintética.
Además, hay que tener en cuenta que nuestro organismo desactiva una droga al metabolizarla, pero esto no ocurre con las sintéticas. Algunos de los metabolitos del cannabis sintético no pueden ser desactivados por nuestro cuerpo.
En definitiva, los cannabinoides sintéticos forman parte de la lista de las drogas de diseño. A fecha de hoy, no sabemos si estamos al principio o al final de este fenómeno con los cannabinoides sintéticos. En todo caso, no sería de extrañar la aparición de fenómenos similares con otros nombres, presentaciones y formas de consumo en el futuro (Mustata et al., 2009).
Manuel Isorna Folgar
Profesor Colaborador Externo del Máster Universitario en Prevención en Drogodependencias y otras Conductas Adictivas en la Universidad Internacional de Valencia VIU
Referencias
Burillo, G, Climent, B, Echarte, J.L., Munné, P., Miró, O., Puiguriguer, J, Dargan, P. (2011). Drogas emergentes (I): las «smart drugs». An Sist San Navar, 34, 263-74.
Burillo-Putze, G., Climent, B., Medina, L. y Toledo, A. (2010). Las smart-drugs: un reto clínico en urgencias y emergencias. Emergencias, 22, 472-480.
Cannabiscafe (n. d). Recuperado de http://cannabiscafe.net/
Dolengevich, H., Gómez, J., Rodríguez, B., Frenzi, M.y Correas, J. (2013). Panorama actual en el uso de drogas emergentes. Health and Addictions/Salud y Drogas, 14(1), 47-58.
European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction. “Action on new drugs briefing paper: Understanding the Spice phenomenon” (a report from an EMCDDA expert meeting, 6 March 2009, Lisbon) Updated version: 9 June 2009. Disponible en: http://www.emcdda.europa.eu/html.cfm/index78154EN.html [consultado el 02/04/16].
García-Repetto, R. y Soria, M. L. (2011). Drogas emergentes: una perspectiva medicolegal. Revista española de medicina legal, 37(2), 76-82.
Lange, J. E., Daniel, J., Homer, K., Reed, M. B. y Clapp, J. D. (2010). Salvia divinorum: effects and use among YouTube users. Drug and alcohol dependence, 108(1-2), 138–140. doi:10.1016/j.drugalcdep.2009.11.010.
Legal Highs Blog (n. d). Recuperado de http://legalhighsblog.net/
Mustata, C., Torrens, M., Pardo, R., Pérez, C., Farré, M., & Psychonaut Web Mapping Group. (2009). Spice drugs: los cannabinoides como nuevas drogas de diseño. Adicciones, 21(3), 181-186.
National Institute on Drug Abuse (2017). Spice. Hallado el 12 de Mayo de 2017 en https://teens.drugabuse.gov/drug-facts/spice.
Schmidt, M. M., Sharma, A., Schifano, F. y Feinmann, C. (2011). “Legal highs” on the net -Evaluation of UK-based Websites, products and product information. Forensic science international, 206(1-3), 92–97. doi: 10.1016/j.forsciint.2010.06.030
Stafford, G., Pedersen, M., Van Staden, J. y Jäger A. (2008). Review on plants with CNS-effects used in traditional South African medicine against mental diseases. J. Ethnopharmacology, 119, 513-537.