Errores habituales en los preparadores de oposiciones
Los preparadores de oposiciones, tanto de magisterio como de otras especialidades, suelen cometer una serie de errores comunes que, desafortunadamente, acaban dando al traste con meses y meses de estudio y arduo trabajo. A continuación, señalamos los principales fallos y la forma de evitarlos para aumentar las posibilidades de logra el gran objetivo de todo opositor: conseguir la ansiada plaza.
Principales errores de los opositores y su solución
Fallos en la organización y planificación del tiempo
Es muy importante realizar una planificación de la preparación de oposiciones de forma realista e integral, teniendo en consideración todos los temarios y pruebas prácticas a preparar y el tiempo que de verdad disponemos en función de nuestras obligaciones y estilo de vida.
Métodos de estudio inadecuados
No existe una técnica o método único y eficaz para todos. Cada persona tiene unas formas particulares de aprendizaje que les resultan más eficaces y, por lo tanto, son las que debe poner en práctica. Existen muchas opciones: subrayados, resúmenes, mapas conceptuales, esquemas, reglas nemotécnicas, etc.
Por otro lado, es muy importante tener en cuenta que el aprendizaje es algo que se va consiguiendo progresivamente y que la memoria se basa en la repetición. Esto significa que los esfuerzos y “atracones” muy intensos de última hora no suelen dar buenos resultados.
Tomarse las oposiciones como si se tratase de una carrera de corta distancia
El sistema de puntuación de las oposiciones es similar a una carrera de fondo, no un sprint. El éxito depende de una preparación de muchos meses, por lo que conviene dosificarse y otorgarse pequeños premios a modo de recompensa de los logros parciales que se vayan consiguiendo. Es la mejor forma de mantenerse optimista y positivo.
Subestimar las pruebas orales
En las oposiciones de magisterios la preparación y defensa oral de las unidades didácticas tienen mucho peso en la nota final. Muchos opositores tienden a enfocar sus esfuerzos básicamente a la preparación de los temarios, confiando en la improvisación para las pruebas orales o dedicándole un tiempo mínimo e insuficiente.
Se trata de un error muy común que puede dar al traste con muchos meses de estudio. Las pruebas orales tienen sus propias estrategias: tipo de expresión, control de la gesticulación, comportamiento, estructura del discurso y hasta puesta en escena.
Para garantizar el éxito en estas oposiciones es indispensables ensayarlas muchas veces delante de compañeros, familiares y amigos para que nos hagan ver los errores y posibilidades de mejora. Otra buena estrategia es grabarnos en vídeos y luego visualizarlos con espíritu autocrítico.
Rehuir el debate y olvidarse de las conclusiones
Siguiendo con los errores en la defensa de la unidad didáctica, citaremos dos fallos muy frecuentes. El primero es contestar inadecuadamente o con argumentos pobres a las preguntas que nos puedan hacer los miembros del tribunal, es decir, esquivar el debate.
Un segundo error es que muchas veces el opositor no termina la exposición con unas buenas y contundentes conclusiones, lo que resulta perjudicial por dos motivos: el tribunal las tiene muy en cuenta y, además, es la parte que más suelen recordar sus miembros, por lo que acaba teniendo mucha influencia en la nota final de esta prueba.