Estrategias docentes para comenzar un Neurocurso educativo
Educar no consiste en llenar un vaso vacío, sino en encender un fuego latente.
Lao Tsé
El inicio del curso escolar siempre es una nueva aventura, un reto y un desafío para los dos actores principales que configuran el escenario educativo: estudiantes y docentes.
El descubrimiento y la divulgación de estrategias y técnicas de estudio que explican el funcionamiento del cerebro y cómo influye este en el aprendizaje se ha concretado en distintos estudios e investigaciones que combinan ciencias como la medicina, la psicología y la pedagogía quedando englobadas en un conjunto de conocimientos al que se ha denominado Neurociencia o Neuroeducación. La importancia protagonizada por la Neuroeducación en el presente siglo XXI se hace patente cuando se realiza una simple búsqueda en Internet proporcionando como resultado un total de más de 158.000 entradas.
Son muchas las definiciones que se han dado sobre Neuroeducación, nuestra concepción de la Neuroeducación se sitúa en el arte de enseñar y aprender desde el conocimiento de los procesos mentales que pone en funcionamiento educando y educador y que se encuentran mediatizados por las emociones, los sentimientos y las relaciones de cooperación mutua que se dan entre iguales durante el proceso de aprendizaje.
La Neuroeducación busca una transformación de la praxis pedagógica que rompa con los esquemas tradicionales basados en la clase magistral y en la transmisión de contenidos educativos asépticos, caminando hacia una enseñanza en la que el alumnado se constituya en el núcleo activo de un aprendizaje basado en el movimiento, la vivencia, la reflexión, la duda, el error, el juego y la diversión.
De entre todos los programas y metodologías pedagógicas innovadoras basadas en Neuroeducación se destacan los siguientes: Inteligencias Múltiples, Aprendizaje cooperativo, Aprendizaje basado en Proyectos, Flipped Classroom, por considerarse que se desarrollan en la filosofía de enseñanza y aprendizaje que queda enmarcada en la perspectiva definida anteriormente como Neuroeducación.
El nuevo planteamiento de la educación requiere de un alumnado más activo en el proceso de aprendizaje y un profesorado que analice y evalúe de forma constante las singularidades de los estudiantes para ajustar su proceso de enseñanza a la diversidad del aula.
Teniendo en cuenta la proximidad del inicio del curso académico se proporcionan unas recomendaciones o pautas básicas que sirven de guía a todo el profesorado que tenga como como objetivo principal una progresiva implantación en su docencia de los aspectos que configuran la Neuroeducación. Esto no quiere decir que se tengan que utilizar todas, sino más bien lo que se pretende es facilitar al profesorado la toma de decisiones para un mejor conocimiento e implementación de los beneficios que proporciona la Neuroeducación en la enseñanza y el aprendizaje.
- Enseñar al alumnado cómo funciona su cerebro considerándolo como el órgano principal responsable de su aprendizaje. Investigaciones llevadas a cabo por Blackwell, Trzesniewski y Deweck (2007) indican que una adecuada explicación al alumnado en aspectos como el funcionamiento del cerebro se constituyen en un elemento objetivo fundamental para entender su propio aprendizaje, provocando una motivación superior en el logro de los objetivos académicos propuestos.
- El conocimiento por el profesorado sobre el funcionamiento del cerebro de los estudiantes evitaría encasillar, etiquetar o establecer profecías autocumplidas sobre las formas de actuación y el rendimiento académico que se espera de los mismos.
- Iniciar la enseñanza partiendo de un análisis y evaluación de los conocimientos previos que posee el alumnado sobre los contenidos educativos mediante el uso de preguntas guiadas, actividades de reflexión etc., esto facilitaría la conexión de los conocimientos adquiridos con los nuevos manteniendo el nivel de atención, de retención y anclaje de la información.
- Fomentar un trabajo activo, cooperativo y significativo. En primer lugar, presentado la nueva información mediante: juegos de las palabras (brainstorming en la pizarra y la formación de frases con las palabras surgidas), cuestionarios online realizados a través de aplicaciones como (Kahoot, Socrative…), mapas conceptuales (Mindomo, Prezi…), para pasar posteriormente a profundizar más en la materia a través de: exposiciones al grupo clase (PowerPoint, Genially), debates (presenciales o a través de foros online), método de aprendizaje servicio (APS) en el que se desarrollan programas o proyectos que vinculan los contenidos teóricos aprendidos con servicios a la comunidad, este aspecto se considera esencial porque permite crear situaciones de aprendizaje reales y significativas para el alumno que vinculan su aprendizaje con la vida real.
- Las investigaciones llevadas a cabo por Roseth, Johnson y Johnson (2008) en las que participaron miles de adolescentes mostraron que la correlación rendimiento académico y relaciones satisfactorias entre el alumnado es más fuerte cuando se trabaja de forma cooperativa frente a la competitiva o individualista. Teniendo en cuenta este aspecto habría que plantearse nuevas formas de distribución de los estudiantes en el aula para facilitar dichos espacios de cooperación.
- Disponer de periodos de descanso y actividad física entre sesiones de trabajo en el aula. Gómez-Pinilla y Hillman (2013) manifiestan que se obtienen mejores resultados en actividades de aprendizaje en lingüística o matemáticas si previamente se ha desarrollado actividad física aeróbica de forma moderada, de esta forma se facilita la segregación de neurotransmisores que mejoran la atención y la concentración en las tareas.
- Educar al alumnado en el conocimiento y aprendizaje del periodo de sueño tanto en la cantidad de horas necesarias, que en la adolescencia se situaría como mínimo en nueve, como en la calidad de las mismas. Autores como Bernal, Morgado y Fuster (2014) indican que durante el sueño se realiza un proceso de regeneración neuronal muy beneficioso que permite consolidar en la memoria todo aquello que se ha aprendió el día o la noche anterior.
- Enseñar al alumnado la importancia de tener hábitos nutricionales saludables. Para Gómez-Pinilla y Tyagi (2013) la alimentación y el estilo de vida afectan a los procesos moleculares asociados al metabolismo energético y la plasticidad sináptica que son esenciales para la transmisión y el procesamiento de la información en el cerebro.
- Elogiar y motivar al alumnado despertando su interés por el aprendizaje paliando los déficits atencionales y mejorando su autocontrol y su capacidad por aprender. Posner y Rothbart (2007) indican que el autocontrol es el responsable de la mejora del rendimiento académico porque influyen aspectos tanto cognitivos como emocionales. Por este motivo, se hace necesario tener expectativas positivas sobre la capacidad del alumnado que se materialicen en aspectos motivacionales que no les permitan caer en el estrés, en el desasosiego y en el abandono temprano de los estudios.
- Introducción del juego como elemento esencial y beneficioso en el aprendizaje. Según Guillén Bruil (2015: 84) el juego es un mecanismo natural arraigado genéticamente en el que confluyen emociones, placer y recompensa que facilitan el aprendizaje debido al feedback generado durante el mismo y a la incertidumbre asociada que activa nuestro sistema de recompensa cerebral y nos motiva (…) así, por ejemplo, se ha utilizado el programa FastForWord para el tratamiento de la dislexia o el NumberRace para la discalculia, ambos creados por neurocientíficos prestigiosos y con resultados prometedores.
- Realizar una autoevaluación formativa basada en un feedback constante que proporcione al alumnado información inmediata sobre sus dificultades y logros para de esta forma implementar acciones que permitan atenuar los problemas y afianzar los aspectos que favorecen el aprendizaje. Por tanto, se recomienda el uso de rúbricas de evaluación que permitan al alumnado saber en todo momento cuáles son los objetivos por los cuáles van a ser evaluados. La evaluación es una parte muy importante del proceso de aprendizaje y no debe ser tomada en cuenta sólo al final de dicho proceso, es más, sería hasta incluso conveniente realizarla o mejor dicho negociarla con el alumnado en el inicio del aprendizaje.
- Crear espacios de educación socioemocional en el que se vincule la educación a las emociones y que permitan al alumnado ser capaz de gestionar de forma correcta sus emociones para que puedan sacar el máximo beneficio o interfieran lo mínimo posible en el aprendizaje.
- Formación continua del profesorado en Neuroeducación, como indica Bisquerra (2014) la formación es necesaria para que el profesorado sepa si está realizando una aplicación correcta de los principios en los que se basa la Neuroeducación.
Estas estrategias metodológicas en el aula no sólo favorecen la enseñanza y producen beneficios al alumnado que presenta dificultades de aprendizaje como por ejemplo déficits atencionales (TDAH) o necesidades educativas especiales, sino que ayudan a todo el alumnado en general.
En la Universidad Internacional de Valencia (VIU) el alumnado que cursa el Máster Universitario de Necesidades Educativas Especiales y Atención Temprana está formándose en esta nueva metodología científica de enseñanza y aprendizaje basada en la Neuroeducación, permitiéndole disponer de un corpus de conocimientos lo suficientemente amplio para desarrollar un tipo de docencia integral que tenga en cuenta las necesidades educativas de su alumnado y, sobre todo, que les haga mucho participes y felices durante el proceso de aprendizaje.
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Juan Pedro Barberá Cebolla. Profesor del Máster Universitario de Educación Especial y Atención Temprana de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
Contacto: [email protected]
BIBLIOGRAFÍA:
Bernal, I. M., Morgado, I., & Fuster, J. (2014). Aprender, recordar, olvidar: Claves cerebrales de la memoria y la educación. Grupo Planeta (GBS).
Bisquerra, R. (2014). Orientación, tutoría y Educación emocional. Madrid: Editorial Síntesis.
Blackwell, L. S., Trzesniewski, K. H., & Dweck, C. S. (2007). Implicit theories of intelligence predict achievement across an adolescent transition: A longitudinal study and an intervention. Child development, 78(1), 246-263.
Gomez‐Pinilla, F., & Hillman, C. (2013). The influence of exercise on cognitive abilities. Comprehensive Physiology. 3(1), 403-28. doi: 10.1002/cphy.c110063.
Gomez-Pinilla, F., & Tyagi, E. (2013). Diet and cognition: interplay between cell metabolism and neuronal plasticity. Current opinion in clinical nutrition and metabolic care, 16(6), 726-733.
Guillén Bruil, J. C. (2015). Neuroeducación en el aula: de la teoría a la práctica. A tres bandas, 38, 78-87.
Posner, M. I., & Rothbart, M. K. (2007). Research on attention networks as a model for the integration of psychological science. Annual Review of Psychology, 58, 1-23. doi: 10.1146/annurev.psych.58.110405.085516.
Roseth, C. J., Johnson, D. W., & Johnson, R. T. (2008). Promoting early adolescents' achievement and peer relationships: the effects of cooperative, competitive, and individualistic goal structures. Psychological bulletin, 134(2), 223.