La conmutación de paquetes y sus técnicas de uso
Cuando hablamos de redes de equipos informáticos es inevitable que prestemos atención también a la conmutación de paquetes, dado que se trata de uno de los sistemas más establecidos para gestionar el envío de datos e información entre estos ordenadores. Entenderlo es algo que haremos una vez comencemos a estudiar y profundizar en los aspectos más importantes de la informática, mientras que tampoco tardaremos en dominarlo.
Lo primero que aprenderemos será que los paquetes de información que se transmiten están formados por dos elementos principales. Por una parte, los datos que se incluyen en estos paquetes y que se quieren transmitir. Por otra parte, la información que se utiliza a modo de control y gestión de los datos que se van a transmitir. Ambos elementos son dependientes el uno del otro, dado que los datos no se pueden transmitir con éxito si el sistema de control no marca de manera adecuada la ruta que tendrán que seguir hasta llegar al lugar que se haya marcado a modo de destino.
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¿Qué debemos saber sobre los paquetes?
Este proceso es imprescindible en la informática tal y como la conocemos hoy día, así que conviene tener en cuenta una serie de aspectos clave. Ahora que ya hemos entendido el proceso por el cual se realiza la transmisión de los datos deberemos saber que el envío de paquetes se ve sometido a ciertas limitaciones. La principal de todas ellas es el tamaño del cual hacen gala. Los límites dependerán del entorno y en el momento en el cual lo superemos tendremos que realizar distintos paquetes en los que dividamos la información.
Esta división en paquetes no supone ningún tipo de problema o inconveniente para el sistema, dado que los paquetes se acumulan en una cola ordenada y se van enviando de forma progresiva. Además, el sistema de envío es muy rápido, por lo que no hay que sufrir en ese sentido. Si tuviéramos algún tipo de problema con la velocidad de la red o con que nos encontrásemos ante una situación de saturación, no pasaría nada respecto a la recepción de los paquetes. Estos simplemente tardarían un poco más en llegar pero lo acabarían haciendo antes o después. Y si nos vemos en esta situación pero sabemos que hay alguno de los paquetes que tiene más importancia que los demás, podremos hacer uso de un sistema de apoyo con el cual definiremos las prioridades de cada uno de ellos. Esto nos permitirá ordenarlos dependiendo de lo que creamos más conveniente, para que lleguen en el orden en el que lo prefiramos.
Dos técnicas para el envío de paquetes
A lo que hacíamos referencia en el título del artículo es a las dos técnicas que se utilizan en la conmutación de paquetes: los datagramas o los circuitos virtuales. Con los datagramas estaremos basándonos en distintos protocolos dependiendo de si trabajamos orientándonos a conexión o sin conexión. En el primero de los casos usaremos el protocolo TCP, mientras que en el segundo optaremos por UDP para gestionar el transporte de los paquetes. La diferencia principal entre estos dos protocolos se encuentra en que con TCP siempre existe garantía de que el resultado será justo el que habíamos previsto, con datos que se han recibido de forma correcta, sin errores y manteniendo el orden que nosotros hubiéramos estipulado. Si optamos por el protocolo UDP no tendremos garantía y estaremos expuestos a determinados inconvenientes y errores de recepción. Tengamos en cuenta que con los datagramas sí es posible que los paquetes acaben destruidos en el proceso de envío, lo que implicará que deberán ser reenviados para volver a iniciar el proceso.
El otro sistema de envío es el que utiliza circuitos virtuales, en el cual se establece una ruta fija que será utilizada para el envío de los paquetes. La gran diferencia con los datagramas es que en estos la ruta siempre es variable, ajustándose a la mejor opción en cada caso, mientras que con los circuitos virtuales se establece una ruta que será invariable en el momento en el cual se lleve a cabo el proceso. Los paquetes disponen de un sistema de identificación que está acompañado de todo lo que la red debe saber sobre el punto de destino y el de origen. Ambos métodos permiten que la conmutación de los paquetes se realice con eficacia, dependiendo el uso de un método u otro de las circunstancias de cada caso.