Las emociones en la enseñanza: La culpa.
Es difícil formular una definición amplia de la emoción. La investigación sobre el papel y la función de las emociones proporciona un conocimiento parcial y fragmentario, por lo que el debate sigue abierto. En general, se acepta que las emociones miden la relación entre el individuo y el medio ambiente circundante garantizando su supervivencia.
Algunas emociones, como la culpa, la vergüenza y el orgullo tienen un papel importante en la protección de objetivos éticos, ayudando a la gente a reconocer que ciertas acciones son moralmente incorrectas y a motivar las respuestas apropiadas cuando se identifican tales acciones
La culpa ha sido definida como un sentimiento de remordimiento ocasionado por la infracción de la conciencia por haber transgredido normas y valores morales y sociales . La culpa se origina cuando se incumple la responsabilidad sobre todo cuando se percibe que la transgresión ha decepcionado a los demás que son percibidos como importantes. Es una consecuencia de hacer daño a alguien con quien uno busca el desarrollo o el mantenimiento de una relación social favorable. Estas situaciones pueden originar estrés y tensión que muchas veces llevan a la motivación para reparar la acción.
En el ámbito social, las acciones reparadoras de la culpa a menudo incluyen disculpas, debates / diálogos o reevaluaciones cognitivas de la función del yo. La tensión y los remordimientos generados pueden ser muy graves cuando no es posible reparar el daño causado.
La enseñanza ofrece oportunidades de sentir la cercanía y la intimidad en las relaciones con los estudiantes y compañeros lo que a su vez ofrece la oportunidad para muchas experiencias emocionales agradables tales como la pasión, el entusiasmo, la alegría, el orgullo y la esperanza.
Sin embargo, la enseñanza también conlleva consecuencias como sentirse preocupado, frustrado, culpable, enojado, impotente, temeroso, vulnerable y decepcionado. Para relacionarse con éxito con sus estudiantes y ayudarles a interesarse por los temas, los profesores necesitan una variedad de recursos intelectuales y emocionales a los que poder recurrir.
La culpa es una emoción desagradable que los profesores frecuentemente sienten por la naturaleza de la profesión y del cariño, además del sentimiento de responsabilidad, hacia los estudiantes. Es una emoción común para los profesores que perciben que son responsables en situaciones a veces incongruentes y de gran importancia para el futuro del alumno.
En este sentido, los profesores pueden sentirse culpables porque perciben que son responsables de la ignorancia de los estudiantes que tienen problemas en casa o en la escuela. Se considera que para muchos profesores la culpa es una emoción desagradable causada por el trabajo emocional y las malas relaciones con los estudiantes.
Estudios con docentes analizaron la naturaleza de la culpa en la enseñanza y señalaron que la culpa en los profesores es resultado de conflictos entre varios factores: por un lado, el compromiso de los profesores para enseñar a los alumnos, por otro, el aumento de las demandas de responsabilidad, y por fin el perfeccionismo personal.
Este aumento de las demandas de responsabilidad hace que los docentes crean que es su deber moral ayudar a los estudiantes y a sus familias como parte de sus funciones profesionales.