Neurodidáctica: qué es, para qué sirve, beneficios y relación con la gamificación
Las metodologías educativas no paran de incrementarse y de mejorar con respecto a las pasadas. Uno de los ejemplos más evidentes nos lo ofrece la neurodidáctica, un conjunto de enseñanzas basadas en el funcionamiento cerebral. A través de ella, se trata de unificar la atención, las emociones y la curiosidad del alumno con el propósito de mejorar el aprendizaje. En la Universidad Internacional de Valencia (VIU) queremos contártelo todo acerca de ella.
¿Qué es la neurodidáctica?
La neurodidáctica nace de la fusión de la neurociencia, la psicología y la educación dentro de una misma metodología. No podemos obviar que las generaciones actuales están creciendo en un entorno marcado por la inmediatez y la tecnología. Por ello, los antiguos sistemas, basados en la repetición continuada de conceptos, no son adecuados. No logran motivarles ni proporcionarles una educación de calidad.
Para descubrir la neurodidáctica es necesario, previamente, explicar dos sencillos conceptos. Vamos a verlos:
- La neurociencia: Es la ciencia que nos permite conocer el funcionamiento del cerebro. Se basa en el estudio del sistema nervioso y los procesos mentales.
- El neuroaprendizaje: Los descubrimientos en materia de aprendizaje realizados por la neurociencia se encuentran recopilados aquí. Nos ayuda a entender cuáles son los estímulos que facilitan que un niño aprenda más rápido y mejor.
Dicho esto, podemos definir la neurodidáctica como el método educativo mediante el cual los conocimientos se transmiten con base en el desempeño del cerebro. Así es posible sacarle el máximo partido.
Las características de la neurodidáctica
La neurodidáctica se fundamenta en cuatro pilares, que son los que explican la actividad del cerebro a la hora de aprender:
- Plasticidad: Con la estimulación adecuada, un cerebro es capaz de aprender nuevos conceptos y de crear conexiones neuronales nuevas durante toda su vida. No hay un órgano con mayor capacidad de adaptación que este.
- Emociones: Sin duda, el aprendizaje vinculado a emociones es el más productivo de todos. Esto es algo que se aprende en cualquier máster en Psicopedagogía. La sorpresa, la curiosidad, la creatividad y la novedad son los motores de una enseñanza de calidad.
- Neuronas espejo: Siempre que observamos a otra persona llevando a cabo una acción desconocida para nosotros, estas neuronas se activan. ¿El objetivo? Aprender a imitar ese comportamiento. Asimismo, nos ayudan a entender las consecuencias de esa tarea.
- Sentidos: Implicar los cinco sentidos en el aprendizaje es otra característica de la neurodidáctica. Los sistemas tradicionales se basan en la emisión de conceptos que se reciben exclusivamente a través de la vista y el oído. Sin embargo, en este caso, el tacto, el olfato y el gusto juegan, igualmente, un papel clave.
Las ventajas de la neurodidáctica en el aprendizaje
Estas claves que acabamos de citar tienen un propósito claro. Hablamos, cómo no, de que el alumno entienda cuál es la utilidad de lo que acaba de aprender. Si lo consigue, el docente tendrá éxito en su labor. Esta es la razón por la que todas las explicaciones tienen que estar ligadas al mundo real y al día a día del sujeto. El arte, las analogías y los experimentos son excelentes herramientas en este sentido.
No obstante, la capacidad de razonar del alumno no es innata, sino que tiene que entrenarse. Con el paso del tiempo, esto contribuirá a consolidar con mayor facilidad los conceptos en su memoria. Pero no solo eso; también mejorará su uso de la lógica y será capaz de desarrollar estrategias eficaces a partir de las cuales resolver los problemas con los que se encuentre.
Además, los alumnos que aprenden mediante la neurodidáctica fomentan una mejor capacidad de concentración. Sin duda, algo muy útil cuando les llegue la hora de enfrentarse a exámenes y otras pruebas similares. Todo acaba traduciéndose en un incremento del rendimiento y, por ende, en unas notas mucho mejores.
¿Cómo aplicar la neurodidáctica en el aula?
La teoría está muy bien, pero aplicar la neurodidáctica dentro del aula supone un desafío para el personal docente. Para lograrlo, han de partir de una serie de premisas, que fueron explicadas por el sociólogo Eric Jensen en uno de sus más populares artículos:
- El estrés es uno de los peores enemigos del aprendizaje. La actividad física y el recreo, siempre que se practiquen voluntariamente, son ideales para reducirlo.
- Las condiciones sociales influyen. Hacemos referencia tanto a las que el alumno vive dentro de su hogar como con sus amigos y compañeros. Cuidarlas y fomentarlas mejorará sus resultados académicos.
- Cada cerebro es diferente. Por ello, no se pueden impartir los conceptos de la misma forma a todos los estudiantes. Debemos saber enfocarlos según los intereses y habilidades que muestre cada uno.
- No podemos saturar el cerebro con contenidos. Si lo hacemos y, además, elevamos notablemente los tiempos de enseñanza, la memoria se resiente. Por tanto, el aprendizaje se dificulta.
- El arte es un motor de aprendizaje para el cerebro. Le ayuda a desarrollar sus habilidades sociales, emocionales y cognitivas.
- Un retraso en el aprendizaje no es el fin del mundo. Cualquier aprendiente, estimulando su cerebro mediante programas compensatorios adecuados, puede alcanzar el nivel de sus compañeros. Incluso superarlo.
Por su parte, puesto que se trata de un modelo basado en las emociones, la cercanía entre el alumno y el profesor es imprescindible. Esto permite estrechar lazos y crear sentimientos entre ambos, lo que es básico para alcanzar un aprendizaje significativo.
El papel de las nuevas tecnologías en la neurodidáctica
La innovación y tecnología en el aula son elementos imprescindibles para aplicar la neurodidáctica. Como dijimos antes, las nuevas generaciones han crecido en un entorno definido por los teléfonos móviles, las tablets y los ordenadores. Del mismo modo, esta es una era en la que prima la inmediatez por encima de todas las cosas.
La gamificación como soporte de la neurodidáctica
La gamificación o ludificación es una técnica de estudio de gran valor dentro de la neurodidáctica como metodología. En concreto, lo que hace es trasladar la mecánica del juego al ámbito educativo con el propósito de mejorar la respuesta del estudiante ante los conceptos.
Pero ¿cuáles son los beneficios de mezclar gamificación y neurodidáctica dentro del aula? Son los siguientes:
- Elevamos el nivel de motivación del alumno de cara al aprendizaje. Generalmente, los aprendientes se sienten atraídos por aquellas tareas que les resultan divertidas y su cerebro las asimila con mayor facilidad.
- Podemos incrementar la dificultad de manera progresiva. A partir de retos, desafíos y objetivos dentro del mismo juego. Sin duda, es ideal para asimilar conceptos abstractos. No hay límites en este sentido.
- Nos permite interconectar asignaturas. La gamificación se puede aplicar a las matemáticas, la música, las ciencias sociales o cualquier otra asignatura. Por tanto, vincular conceptos compartidos nos será de gran utilidad para favorecer un aprendizaje integral.
- Los conocimientos se adquieren más rápido. Ya que el juego fomenta el interés, la atención y la comprensión de los alumnos.
- Favorecemos un empleo responsable de las nuevas tecnologías. Tanto de los videojuegos como de los móviles y las tabletas electrónicas. Muchas veces, los niños abusan de estos elementos, lo que les puede suponer un perjuicio. La gamificación y la neurodidáctica nos permiten hacerles comprender cuáles son los límites.
Sin embargo, este último punto no quiere decir que se limite de forma estricta el uso de estos aparatos. No olvidemos que, tanto en el presente como en el futuro, las nuevas tecnologías tienen y tendrán un gran peso. Por ello, es imprescindible que los alumnos sean capaces de manejarse con ellas con total soltura.
Por su lado, la gamificación combinada con la neurodidáctica también implica una dosis mayor del estudiante que en los sistemas convencionales. Solo tenemos que pensar en posibles recursos audiovisuales como, por ejemplo, mapas interactivos o juegos tipo trivial.
La formación en neurodidáctica, clave para los profesores del futuro
Hasta hace no mucho tiempo, quienes querían dedicarse a la enseñanza solo necesitaban ahondar en una materia. Posteriormente, se preparaban las clases y las recitaban en el aula. Los alumnos tomaban apuntes para estudiar en casa y, cuando llegaba el momento, tenían que superar un examen. Hoy en día, este modelo educativo está totalmente obsoleto y ha sido sustituido por otros mucho más eficaces. El mejor ejemplo es la neurodidáctica, como hemos visto anteriormente.
Por este motivo, ya no es necesario obtener la carrera de magisterio o cualquier otra y, luego, estudiar el máster de Formación del Profesorado. Si queremos formar parte de un personal docente moderno, eficaz y capaz de responder a los requerimientos actuales de los niños, es imprescindible contar con otro tipo de formación. Los cursos en TIC en educación son absolutamente elementales en este sentido.
En VIU somos conscientes de la importancia de aplicar la neurodidáctica como metodología en el aula. Un método de enseñanza que se adapta a los procesos cerebrales del pequeño y que utiliza las nuevas tecnologías con el propósito de mejorar el aprendizaje. Por ello, contamos con una gran variedad de titulaciones que la exploran en profundidad. Solo hace falta echar un vistazo a nuestra página web para darnos cuenta de ello. ¡Preparémonos ya para el futuro de la educación!