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Educación

Neuropsicología para docentes

Equipo de Expertos en Educación

A diario los profesores reportan que algunos de sus alumnos carecen de habilidades previas para el aprendizaje y que con frecuencia no aprenden al ritmo de los demás. Siendo así indican: “Tienen problemas en las operaciones básicas (…) no comprenden lo que leen (…) se distraen fácilmente (…) muestran escaso interés por las tareas (…) etc.”; las mismas que pueden ser generadas por problemas específicos en el aprendizaje (dislexia, discalculia, disortografia, etc.) o más bien son el resultado de alguna otra dificultad (alteraciones neurológicas, problemas de conducta, problemas emocionales, etc.).

Pero, ¿cómo explicar el origen de tales circunstancias?, ¿qué lo ocasiona? o ¿dónde debemos de ubicar esos problemas?. Para ello, existen diversos tipos de explicaciones que de alguna manera se correlacionan entre sí y que influyen en la performance académica del sujeto. Entre tales teorías tenemos: emocional, cognitivo, económico, nutricional, etc. En esta ocasión centraremos el análisis desde el punto de vista cognitivo con una orientación neuropsicológica.

En primer lugar, definiremos la neuropsicología, la misma que es una ciencia que estudia la relación entre el funcionamiento cerebral y la conducta humana (Kolb & Wishaw, 2009; Junqué & Barroso, 2009). Ahora bien, tomando en cuenta lo anterior, es preciso mencionar que hace apenas unos pocos años, se ha desarrollado una subespecialidad llamada Neuropsicología del aprendizaje, Neuropsicología escolar, Neuropedagogía, Neurodidáctica o Neuroeducación, esto según el enfoque teórico y práctico que se ha desarrollado en diferentes países (Paterno, S/F).

En líneas generales, la neuropsicología del aprendizaje es una especialidad que permite conocer la relación cerebro – conducta cognitiva, con el fin de explicar y analizar la base sobre la que se asientan los fenómenos de apropiación del conocimiento y los trastornos de conducta, es decir, conocer y comprender la naturaleza del déficit y su nivel de severidad para diseñar programas de recuperación que optimicen el funcionamiento cortical alterado. Cabe destacar que esta disciplina se encuentra en pleno desarrollo, puesto la intersección entre las neurociencias y las ciencias de la educación recién se encuentra en sus comienzos.

Si bien es cierto que los problemas de aprendizaje han sido descritos desde el siglo XIX; no obstante, es recién en la segunda década del siglo XX cuando las investigaciones dedicadas a comprender estos problemas toma importancia y también genera mucha polémica respecto a la denominación que se otorga a tales trastornos (Ardila, Roselli & Matute, 2005).

Para poder entender los problemas de aprendizaje, es necesario conocer el nivel de desarrollo de las habilidades cognoscitivas del estudiante (lenguaje, memoria, atención, destrezas espaciales, matemáticas, etc.), los mismos que son diferentes al interior de una misma persona y que además en muchas ocasiones se superponen y confunden con trastornos del comportamiento (Ardila, Roselli & Matute, 2005). Dicha confusión se debe a que muchos de los problemas de aprendizaje, por la falta de destrezas, ocasionan algún problema de conducta; en tanto que algunas de las dificultades en el comportamiento ocasionan un decremento en el rendimiento académico del menor.

Tal y como se indicó líneas arriba, es preciso tener en cuenta el momento evolutivo del menor para que éste pueda adquirir un aprendizaje, siendo así, los profesores deben de saber acerca de estos hitos de desarrollo, cuyo propósito es facilitar una idea general de los cambios que debemos esperar cuando un niño va creciendo, considerando que cada uno se desarrolla a su propio ritmo. A continuación, describiremos algunos de los hitos de desarrollo cognitivo, los mismos que deberán ser tomados en cuenta:

  • ENTRE LOS 12 Y 18 MESES (1 año - año y medio):
    • Explora los objetos de diferentes maneras (los sacude, los golpea o los tira)
    • Encuentra fácilmente objetos escondidos
    • Cuando se nombra algo mira en dirección a la ilustración o cosa que se nombró
    • Copia gestos
    • Comienza a usar las cosas correctamente, por ejemplo, bebe de una taza, se cepilla el pelo
    • Golpea un objeto contra otro
    • Mete cosas dentro de un recipiente, las saca del recipiente
    • Suelta las cosas sin ayuda
    • Pide atención tocando a las personas con el dedo índice
    • Sigue instrucciones sencillas como “recoge el juguete”
    • Sabe para qué sirven las cosas comunes; por ejemplo, teléfono, cepillo, cuchara
    • Señala una parte del cuerpo
    • Señala para llamar la atención de otras personas
    • Demuestra interés en una muñeca o animal de peluche y hace de cuenta que le da de comer
    • Hace garabatos sin ayuda
    • Puede seguir instrucciones verbales de un solo paso que no se acompañan de gestos; por ejemplo, se sienta cuando se le dice “siéntate”

 

  • ENTRE LOS 3 Y 5 AÑOS:
    • Puede operar juguetes con botones, palancas y piezas móviles
    • Juega imaginativamente con muñecas, animales y personas
    • Arma rompecabezas de 3 y 4 piezas
    • Entiende lo que significa “dos”
    • Copia un círculo con lápiz o crayón
    • Pasa las hojas de los libros una a la vez
    • Arma torres de más de 6 bloquecitos
    • Enrosca y desenrosca las tapas de jarras o abre la manija de la puerta
    • Nombra algunos colores y números
    • Entiende la idea de contar
    • Comienza a entender el concepto de tiempo
    • Recuerda partes de un cuento
    • Entiende el concepto de “igual” y “diferente”
    • Dibuja una persona con 2 o 4 partes del cuerpo
    • Sabe usar tijeras
    • Empieza a copiar algunas letras mayúsculas
    • Juega juegos infantiles de mesa o de cartas
    • Le dice lo que le parece que va a suceder en un libro a continuación
    • Cuenta 10 o más cosas
    • Puede dibujar una persona con al menos 6 partes del cuerpo
    • Puede escribir algunas letras o números
    • Puede copiar triángulos y otras figuras geométricas
    • Conoce las cosas de uso diario como el dinero y la comida

 

  • ENTRE LOS 6 Y 8 AÑOS
    • Incremento en el desarrollo de las habilidades mentales
    • Mayor capacidad para describir sus experiencias y hablar de lo que piensa y siente
    • Mayor preocupación por los demás.
    • Desarrollo del pensamiento lógico.
    • Mayor sofisticación en el uso y comprensión del lenguaje.
    • Adquisición de la lectura y escritura.

 

Si por ejemplo, los docentes observan que sus estudiantes no han alcanzado estas habilidades, entonces será preciso que reciban una interconsulta con el profesional capacitado (neuropediatra, psicólogo infantil, neuropsicólogo infantil, etc.) para que lo evalúe y pueda realizar la intervención temprana.

Los conocimientos científicos sobre el funcionamiento del cerebro humano, en la última década, se han incrementado y nos proporcionan argumentos suficientes para poder entender los procesos cognitivos y cognoscitivos que suceden al interior del sujeto con el fin de enseñar y evaluar adecuadamente a los estudiantes (Jiménez, S/F). Es importante manifestar que el cerebro infantil se organiza en los tres últimos meses del embarazo con, al menos, tres tipos de información: emocional, propioceptiva y sensoperceptiva (Azcoaga, 2008). De esta manera, al momento del nacimiento, el lactante tiene organizados patrones de la memoria de largo plazo sobre los que van a ir implantándose nuevos conjuntos de información y generada por la actividad, que establecerán gradual y progresivamente, la organización de las funciones cerebrales superiores. Estas, fundamentalmente el lenguaje, las gnosias visuoespaciales y las praxias de la mano derecha, serán las bases del aprendizaje escolar; no obstante el conocimiento de los hitos será de mejor ayuda para la intervención.

 

BIBLIOGRAFIA

Ardila, A., Roselli, M. & Matute, E. (2005). Neuropsicología de los trastornos de aprendizaje. México: Manual Moderno.

Azcoaga, J. (2008). Estado de la neuropsicología infantil. Acta Neurológica Colombiana 24(2). Documento obtenido en línea de http://www.acnweb.org/acta/2008_24_S2_5.pdf, el 05 de julio del 2012

Junqué, C. & Barroso, J. (2009). Manual de Neuropsicología. Madrid - España: Editorial Síntesis.

Kolb, B & Wishaw, I. (2009). Neuropsicología Humana - 5° Edición. Madrid - España: Editorial Médica Panamericana.

Paterno, R. (S/F). Neuroeducación: Hoy. UM Tesauro II (8). Documento obtenido en línea de http://www.unimoron.edu.ar/Portals/0/PDF/doc-invest-tesauro-es-8.pdf, el 05 de julio del 2012.

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Luis Miguel Echavarría Ramírez
Colaborador del Máster Universitario en Educación Especial

 

 

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Equipo de Expertos en Educación de la Universidad Internacional de Valencia.