¿Por qué quiero cambiar de trabajo?
Esta es la primera pregunta que nos tendríamos que hacer cuando se nos pase por la cabeza cambiar de trabajo. Una cuestión que a priori parece lógica pero que habitualmente no nos hacemos, ya que nos dejamos llevar por los impulsos o por el estado de ánimo del momento.
Con la crisis, se han incrementado las exigencias en los lugares de trabajo y estas generan muchas veces tensiones tan graves en los trabajadores que hacen plantear a estos una reacción rápida al problema que en muchas ocasiones no tomarían si se lo pensaran dos o tres veces con calma y sosiego.
Cuando entre en nuestro pensamiento la idea de cambiar de trabajo, deberemos examinar profundamente nuestra conciencia para asegurarnos que realmente la decisión de cambiar de trabajo nos va a beneficiar. Para facilitar esta introspección, conviene seguir estas recomendaciones que os indicamos en las siguientes líneas.
Cuando la empresa deja de pagarnos regularmente nuestro salario o, en casos extremos, deja de ingresarnos nuestra nómina por un periodo largo de tiempo, conviene empezar a buscar otro empleo. No se puede rendir al máximo nivel con la incertidumbre de saber si vamos a seguir en la empresa el mes siguiente o no.
Si nuestra vida cambia, ya no estamos solteros o tenemos algún hijo a nuestro cargo o alguna persona mayor y necesitamos disponer de mayor flexibilidad horaria, quizá debamos plantearnos un cambio de trabajo. También puede ser el momento de consensuar con la empresa un cambio en las condiciones laborales. Normalmente, si la compañía accede a nuestros nuevos requisitos es que nos encontramos delante de una buena empresa para trabajar.
En el momento que notemos que somos la causa de comentarios a escondidas de nuestros compañeros de trabajo, mejor cambiar de entorno laboral. Habitualmente poco podremos hacer nosotros para evitar que nos critiquen, así que lo mejor es que busquemos un trabajo donde haya unos compañeros leales y que nos acepten tal y como somos, con nuestros defectos y con nuestras virtudes.
Cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar… Con esto queremos decir que cuando veas muchos movimientos de salida de trabajadores de la empresa, empieza a buscar un futuro lejos de tu actual compañía, ya que el próximo podrías ser tú. Es bueno que una empresa tenga despidos y contrataciones, ya que quiere decir que es una empresa competitiva, pero cuando esto sucede en exceso quiere decir que la empresa no acaba de ir muy bien.
Tener la sensación de estar infrautilizado es otro de los signos que nos estarán mostrando que tenemos que cambiar de barco. Si a pesar de hacer todos los esfuerzos para que la empresa exprima todo nuestro potencial, notamos que no estamos lo suficientemente valorados porque no se nos encomiendan tareas donde nos podamos lucir será conveniente que busquemos otra compañía para trabajar.
Sin lugar a dudas, todas estas sugerencias nos irán como anillo al dedo para saber a ciencia cierta si debemos empezar a buscar un nuevo trabajo. Pero, la prueba definitiva para conocer si tenemos que ir a otra empresa o no es la de la felicidad. En el instante en el que empecemos a notar que no somos felices en nuestra actual compañía, debemos cambiar de aires, ya que no merece la pena perder el tiempo en trabajos insatisfactorios.