Principios fundamentales de la seguridad en redes
A pesar del uso masivo de los sistemas informáticos, las redes y la efectividad de los mismos, hay que tener en cuenta que estos elementos también son un foco de atracción para los ciberdelincuentes. Por este motivo es de suma importancia que se mantenga un adecuado nivel de seguridad en redes y así evitar cualquier uso malintencionado. Hoy en día existen muchos tipos de ataques que pueden acabar con un sistema informático o poner en peligro la integridad de los datos de una organización. Son las amenazas externas, aunque también debemos tener en cuenta otros problemas que pueden surgir dentro de la propia organización y que, de igual modo, ponen en peligro el sistema informático de la misma.
Principalmente las redes se exponen a dos tipos de amenazas:
- Externas: las que proceden de fuera de la organización.
- Internas: cuya foco de riesgo se produce dentro de la misma.
Amenazas externas
Son las amenazas principales a las que se enfrenta un sistema de seguridad de redes de una organización. En este caso, las más habituales son los ataques hacker o las infecciones basadas en distintos tipos de virus, aunque hay muchas otras. Cuando se sufre uno de estos ataques, se debe a que el sistema de seguridad que está establecido en una empresa no cumple con los requisitos adecuados o simplemente se ha vuelto más vulnerable. En la mayor parte de los casos es habitual hacer un buen trabajo, pero hay que entender que los ciberdelincuentes siempre están desarrollando nuevas formas de adentrarse en los sistemas de las organizaciones.
El fin principal es recopilar los datos privados e importantes que se almacenan en la empresa para extorsionar, vender esa información o realizar fraudes. Otras amenazas externas a las que podemos vernos expuestos son los caballos de troya o los códigos maliciosos.
Amenazas internas
Las amenazas internas pueden llegar a ser más perjudiciales que las anteriores dependiendo del contexto de cada una de las situaciones. El motivo de ello es que los usuarios que forman parte del sistema conocen cómo es su funcionamiento y suelen estar en contacto con él de forma diaria. Lo normal es que la mayoría de usuarios que trabajan con dicho sistema tengan acceso a múltiples funciones y de forma involuntaria pueden poner la red en riesgo. En ocasiones se producen despistes o se toman decisiones que se convierten en serias amenazas internas que dejan vulnerable la seguridad de dicho sistema. En otros casos los ataques se producen por parte de empleados malintencionados que tienen algún plan hacia la información confidencial de la empresa. En ambos ejemplos se pueden abrir puertas internas que permitan acceder desde el exterior y que es posible que se transformen en la vía de entrada de ataques de malware. Estos podrían destrozar el sistema de una organización en cualquier momento y de la manera más repentina.
¿Qué ocurre en la actualidad?
Cualquier tipo de red, incluso las que se encuentran más protegidas, puede experimentar serias consecuencias si sufre un ataque de seguridad para el cual no esté preparado. Un reciente estudio que se ha llevado a cabo en Estados Unidos concluyó que la gran mayoría de estadounidenses había sufrido un ataque informático en algún momento. En apenas un año, alrededor de 2 millones de usuarios se vieron estafados, mientras que casi 60 millones de estadounidenses recibieron correos malintencionados donde se hacían pasar por una organización legal pidiéndoles datos personales con la intención de colarse en sus sistemas. De todos ellos 1,8 millones llegaron a facilitar este tipo de información sin saber en qué manos estaba cayendo
La solución: la seguridad
Es muy importante contar con un buen sistema de seguridad informática para evitar sorpresas. Esto se aplica a todos los contextos de una empresa, dado que reforzar esta seguridad también hará que aumente la protección de los servidores, de los equipos internos y de la página web de la empresa que pueden usar los usuarios y clientes. Es necesario implementar buenos sistemas de seguridad, respaldados por un software de calidad y la supervisión de expertos. En ocasiones pueden ser sistemas complejos y otras veces las medidas más estandarizadas también pueden ayudar, como con el uso de la tecnología SSL en las páginas web, que otorga certificados de calidad y seguridad al visitante.