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Expertos VIU

Inteligencia Artificial y Realidad Virtual aplicada a la salud, realidades, posibilidades y retos

 

  • La Inteligencia Artificial y la Realidad Virtual aplicadas al ámbito sanitario ofrecen un enorme potencial, tanto en la actualidad como de cara a futuro; sin embargo, también plantean numerosas interrogantes y retos
  • Elena Plaza, enfermera especialista en urgencias y Co-directora experta de VIU analiza las posibilidades y desafíos de esta tecnología y nos cuenta su propia experiencia con ellas
  • Plaza ha sido premiada por su trabajo en la creación de un asistente virtual diseñado para formar y ayudar a profesionales sanitarios en el manejo de situaciones críticas de resucitación cardiopulmonar (RCP) y soporte vital cardiovascular

La Inteligencia Artificial y en menor medida la Realidad Virtual y Aumentada, son dos tecnologías que están viviendo un momento de desarrollo sin precedentes en la actualidad. La irrupción de los modelos de lenguaje grande (LLM) con sus aplicaciones destinadas a usuarios de cualquier perfil, como ChatGPT o Gemini, entre otros; y la inédita oferta de hardware y software para acceder a la RV a nivel de usuario, han popularizado enormemente estas tecnologías entre el gran público, convirtiéndolas en conceptos omnipresentes e integrando su uso en nuestra vida diaria.

Sin embargo, estas aplicaciones son apenas la cara más visible de un potencial que aún está siendo explorado y que esconde tantas posibilidades como retos. Un claro ejemplo de esto es como la IA y la RV se aplican y proyectan aplicarse en el ámbito sanitario. Elena Plaza, enfermera especialista en urgencias y Co-directora experta del Máster Oficial en Cuidados de Enfermería de Urgencias y Emergencias de VIU, explica al respecto que, por ejemplo “Una de las mayores aplicaciones la realidad virtual en salud, actualmente, es aplicarla a la formación de los profesionales de la salud. Existen ya programas que ofrecen escenarios clínicos simulados en los que el alumnado puede interactuar con pacientes virtuales y tomar decisiones sin riesgo real, como ocurre con la simulación”. Otros usos actuales incluyen procesos de rehabilitación, especialmente a nivel de movilidad y rehabilitación física, y manejo del dolor, mostrando distintos estudios que puede disminuir éste en pacientes en hasta un 50%, ofreciendo de esta manera una alternativa no farmacológica para el control del dolor.

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Elena Plaza Moreno - Premio ENNOVA Health 2024 header

Elena Plaza con el galardón de la categoría BigData e IA de los Premios ENNOVA Health 2024, que obtuvo por el desarrollo del chatbot especializado en resucitación cardiopulmonar RCP GPT, 

En cuanto a la IA, la experta de VIU destaca como, a día de hoy, “nos permite mejorar la investigación, ya que los algoritmos matemáticos con los que trabaja pueden analizar enormes cantidades de datos. Además, interrelaciona factores”. Por ejemplo, explica “si estamos estudiando electrocardiogramas e incluimos el historial del paciente en estos algoritmos, pueden ser capaces de llegar a conclusiones que nosotros no vemos. O puede acelerar la investigación dado que tiene una capacidad de procesamiento de datos mucho mayor y más rápida que la de los humanos con nuestros métodos de análisis estadístico tradicionales”.

En cuanto a la combinación de ambas tecnologías, existen proyectos piloto que combinan IA y VR para crear entornos de telemedicina inmersivos que permitan consultas e incluso cirugías remotas, una posibilidad que tiene el potencial de transformar la atención médica a distancia en el futuro cercano.

Precisamente, respecto a estas posibles aplicaciones futuras y potenciales posibilidades se refiere Elena Plaza cuando advierte que “Estamos en una etapa inicial en la que aún necesitamos aprender a manejar estas herramientas con criterio. Aunque ya cuentan con millones de usuarios, todavía nos encontramos en un punto en el que, como bien dice un amigo, son "tecnologías inmaduras en manos inexpertas". Sin embargo, con el tiempo, a medida que las integramos en nuestros flujos de trabajo y adquirimos más conocimiento sobre su uso, es probable que terminen formando parte de nuestra vida sin que apenas nos demos cuenta”.

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Captura de pantalla del chatbot RCP GPT creado por Elena Plaza Moreno

Captura de pantalla del chatbot RCP GPT desarrollado por la experta de VIU

A día de hoy y a nivel personal, señala la experta “el mayor uso que hago por mi parte es de la IA generativa, no de la analítica”, aunque advierte que “a nivel asistencial esta IA tiene menos aplicaciones, o más peligrosas, diría yo. Si le preguntas algo a ChatGPT, por ejemplo, sus respuestas pueden ser incorrectas, porque no es una base de datos fiable, sino un modelo diseñado para generar texto”. Pero asumidas estas limitaciones, tiene aplicaciones muy prácticas “Personalmente, la utilizo para reestructurar o revisar textos, aplicando diferentes estilos según lo que necesito en cada momento: más serio, con un toque de humor o adaptado a un público específico. No se trata de que escriba el contenido por completo, sino de aprovechar su capacidad para transformar y mejorar lo que ya existe”. También lo usa como apoyo para generar ideas, trabajando en conjunto con la aplicación para realizar sesiones de ‘brainstorming’ y realizar análisis DAFO, por ejemplo.

Otros ejemplos en que destaca el uso de aplicaciones como ChatGPT es en el análisis de datosPuede procesar archivos Excel y bases de datos, calcular métricas básicas como media y mediana, y generar gráficos personalizables según nuestras indicaciones  y aunque un manejo avanzado de Excel puede lograr resultados similares, esta tecnología añade otra dimensión “Su gran ventaja es la capacidad de interrelacionar variables de manera automática y descubrir patrones que podrían pasarnos desapercibidos”. También destaca su utilidad a la hora de realizar búsquedas bibliográficas, hacer resúmenes, realizar transcripciones de videos y audios y traducir documentos.

Y si las posibilidades actuales de estas herramientas son asombrosas, la aplicación de todo el potencial de la Inteligencia Artificial y la Realidad Virtual en el ámbito de la salud nos abre la puerta a escenarios como el desarrollo de réplicas digitales de pacientes para simular y predecir respuestas a tratamientos personalizados, lo que promete revolucionar la medicina de precisión. O el uso de la Realidad Aumentada en Cirugía, para proporcionar información en tiempo real durante intervenciones quirúrgicas, superponiendo datos críticos en el campo visual del cirujano y mejorando la precisión del procedimiento.

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Tecnologías como la Realidad Virtual integrada con la robótica, podrían permitir realizar cirugías de precisión a distancia

La combinación de Realidad Virtual y robótica, ya permite la telecirugía y ofrece el potencial de convertirla en una práctica cada vez más habitual

Sin embargo, antes de que estos posibles se conviertan en realidades ampliamente utilizadas, existen aún muchos pasos, incluso a la hora de adoptar los que existen actualmente, como explica Elena Plaza “En el caso de la inteligencia artificial generativa, el principal límite debería ser nuestra propia ética y el uso responsable de estas herramientas. Si sabemos para qué no sirven, simplemente no deberíamos utilizarlas en esos contextos ni darles un uso inadecuado. La clave está en conocer sus limitaciones y aplicarlas donde realmente aportan valor”. 

En cuanto a la inteligencia artificial analítica, uno de sus principales desafíos radica en “comprobar que los resultados teóricos se traducen en mejoras reales en la práctica. Además, es importante entender que los algoritmos diseñados para un ámbito específico no necesariamente funcionarán igual en otro”.

Por supuesto otro freno importante es económico, porque como indica la docente de VIU “Implementar estos sistemas requiere una inversión que no siempre está disponible y que varía según el sector y la región. Además, el acceso desigual a estas tecnologías puede agrandar la brecha digital, no solo entre países, sino también entre generaciones”.

Otro aspecto en que existe una problemática clara y en permanente evolución, especialmente en el caso de la Inteligencia Artificial, es el legal “Desde el punto de vista normativo, la legislación en Europa es especialmente restrictiva. En el caso de los dispositivos médicos, cualquier software integrado en herramientas como ecógrafos se considera de alto riesgo. Esto implica que debe pasar por un proceso de certificación riguroso por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que exige múltiples validaciones, controles de calidad y seguimiento para garantizar la seguridad del producto. La investigación ha demostrado que estas tecnologías pueden mejorar el diagnóstico y la asistencia médica, pero su implementación debe hacerse con todas las garantías necesarias

Y finalmente, Plaza destaca otro gran reto “la interoperabilidad. ¿Cómo integramos estos algoritmos en los distintos sistemas de salud y plataformas informáticas? ¿Cómo aseguramos que cumplen con los estándares de protección de datos del paciente? La capacidad tecnológica avanza más rápido que la legislación, la ética y la infraestructura necesaria para su integración. Nos espera un futuro apasionante, pero aún con muchos retos por resolver”.