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Paz Velasco de la Fuente, abogada, criminóloga y docente VIU: “Existe una relación importantísima de simbiosis entre los asesinos en serie y la prensa, ambos se retroalimentan”

Emilio Vivallo-Ehijo

Paz Velasco de la Fuente es abogada, criminóloga y docente del Máster Oficial en Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género, en el de Criminología: Delincuencia y Victimología y en el Grado en Criminología y Ciencias de la Seguridad de VIU. Es colaboradora habitual en diversos medios de comunicación, creadora del blog criminal-mente y autora de los libros Criminalmente y Homo Criminalis, que ha sido lanzado a finales del mes de marzo pasado por Ariel. Con motivo de su publicación nos pusimos en contacto con Paz y le realizamos una extensa entrevista sobre los temas que aborda en él. A continuación, publicamos la segunda parte de la entrevista, centrada en la relación entre los asesinos en serie y en masa y los medios de comunicación y el surgimiento en internet de nuevos grupos de odio y cómo dan el salto de publicar mensajes de odio online a realizar masacres en el mundo real.

Puedes leer la primer parte de la entrevista aquí

¿Qué papel deben jugar los MMCC a la hora de tratar los fenómenos criminales?

Los medios de comunicación son una gran fuente de información, lo que provoca diferentes reacciones en el público. Hay un fenómeno que está muy estudiado en Estados Unidos, que aquí se ha empezado a estudiar mucho más tarde, que es lo que se denomina el fenómeno ‘Monkey see, monkey do’ porque viene a explicar que los medios de comunicación tienen la capacidad de influir en las creencias, actitudes e incluso en los comportamientos de determinados sujetos, sobre todo, en el público más vulnerable.

Por ejemplo, cuando el crimen y la violencia extrema se presentan como un entretenimiento, y esto ocurre mucho en México, puede potenciar que determinadas personas borren ese límite que existe entre la realidad y la fantasía. En algunos casos muy concretos los medios de comunicación y la cultura popular pueden llegar a enviar un poderoso mensaje de que el crimen importa, los criminales merecen atención mediática y cuanto más aberrante y cruel sea un crimen más notoria será la noticia.

En algunos casos, en determinados delitos, se puede hablar de lo que se considera fenómeno imitación. Hay unos delitos paradigmáticos en cuanto al efecto imitación que serían los ‘copy cat mass shootings’, es decir, los tiroteos masivos en manos de adolescentes y gente muy joven, en el efecto Werther; y según estudios recientes que aparecen en las investigaciones de mi libro, la violencia de genero.

Tengo que partir de una premisa: no creo que consumir información sobre crímenes en los medios de comunicación tradicionales o las nuevas tecnologías conviertan a una persona en un asesino o en un delincuente. Sin embargo, sí que creo que el hecho de cómo se trasmite esa noticia, cuantas veces se trasmite y en qué medida (fotografías, videos, detalles muy concretos de un crimen, la identidad del asesino, la identidad de las victimas e incluso el modus operandi) pueden influir en el público de diferente manera.

A pesar de las investigaciones que hay al respecto, no existe todavía unanimidad a la hora de establecer cuáles son los efectos concretos de exponer a la sociedad, a las personas que consumen televisión y prensa de suceso, de manera tan intensiva al crimen como a la violencia. Lo que sí que se puede determinar es que la violencia mediática no es un factor causante. Sí que podría tener un efecto desencadenante, de modo que los medios de comunicación podrían ser catalizadores o aceleradores del crimen, dependiendo de cómo se cuenta la noticia, que detalles dan de esa noticia. Por lo que sí que considero que hay una serie de elementos que pueden influir en este efecto desencadenante o acelerador del crimen.

En el caso de los ‘copycat mass shootings’ cuyos autores suelen ser adolescentes o personas muy jóvenes, los últimos estudios que se han llevado a cabo, muestran como en los últimos meses en Estados Unidos está habiendo una casuística muy cercana en el tiempo y se están llevado a cabo muchos tiroteos masivos. Esta investigación afirma, que, por ejemplo, se tendría que ocultar a los medios de comunicación y también en Internet la identidad del asesino, su rostro y su edad, porque en muchos casos determinados sujetos que ven esta noticia pueden identificarse de modo individual con el asesino, con este tirador y, además, se puede identificar con sus motivaciones. También se considera que es negativo visibilizar sus manifiestos, cartas enviadas a la prensa, videos, u otros documentos similares. No hay que dar publicidad a estos elementos ya que hacen que este sujeto aumente su notoriedad en los medios de comunicación.

Otro elemento importante es que habría que evitar detalles específicos y sangriento del crimen, evitar que circulen fotos o videos, que salga en exceso la escena del crimen, demasiados datos de las víctimas o sobre todo de la motivación, ya que está demostrado que mostrar esta motivación, en este caso de imitación, sí que puede hacer que el adolescente se identifique con ese sujeto o con su motivación.

¿Cómo interpretas la fascinación existente por el true crime y la glamorización de figuras como los asesinos en serie?

Haggerty afirma que “hay pocas rutas más rápidas hacia la celebridad que cometer un crimen sensacionalista y ser el punto de mira de los medios de comunicación”.

¿Podemos considerar que los medios de comunicación influyen en el asesinato serial? Ahora estamos viendo que hay 4 crímenes muy similares en Valencia. Considero que la prensa lo está llevando bastante bien a pesar de algunos de los bulos que han salido y han surgido en grupos de Whatsapp, pero creo que se está haciendo bastante bien y no tiene nada que ver con lo que ha ocurrido con la prensa española en otros momentos y ante casos donde también se estaba ante un asesino en serie. Ahora mismo hay varias hipótesis abiertas, yo también tengo la mía, pero de modo generalizado voy a tratar de responder como influyen los medios en el asesinato serial.

El crimen importa, el crimen nos fascina, los asesinos en serie nos siguen importando por diferentes razones. Entonces, los medios de comunicación pueden llegar a convertir este fenómeno delictivo, que es el crimen serial, en un acontecimiento periodístico masivo a pesar de que estamos estadísticamente hablando de una de las formas de delincuencia más raras. El crimen serial, los asesinos en serie a pesar de esta mediatización que hay es un tipo de delincuencia extremadamente raro.

La repercusión mediática que implica explicar en los medios de comunicación un asesinato serial no solo lleva a la celebridad del criminal y todas sus conductas delictivas, sino que le da notoriedad y un cierto éxito que vinculado con lo anterior puede incitar, despertar, desencadenar que otros sujetos traten de imitar las conductas de este primer asesino en serie. Aquí sí que estaríamos ante la figura del ‘copy cat killer’. Este trata de imitar a otro asesino en serie famoso, mediático. Evidentemente, habrá elementos que podrá imitar y algunos que no podrá. En este caso, jamás podrá imitar la motivación, ya que a pesar de que el ‘copy cat killer’ va a imitar absolutamente todas aquellas conductas visibles, no podrá imitar ni la motivación ni las evidencias conductuales que se quedan en la escena del crimen porque esto normalmente no sale en los medios de comunicación. De modo que elementos personalísimos del crimen no los podrá recrear.

También tenemos que tener en cuenta que son muchos los criminales que han utilizado a los medios de comunicación para comunicarse con la sociedad. Vemos sujetos que han enviado videos, que han enviado manifiestos, que han enviado cartas. Esto es importante porque este sujeto quiere tener esa notoriedad, llegar a ser famoso, que se hable de él, conseguir esa inmediatez y ese estrellato a través de los medios de comunicación. Es como si no les bastará con los crímenes cometidos, sino que, además, quieren explicarlo en cartas, mensajes a la prensa. Por ello, Hay muchísimas razones por las que los sujetos llegan a comunicarse con la prensa.

Esto ha generado una relación importantísima de simbiosis entre los asesinos en serie y la prensa, ambos se retroalimentan. Ellos quieren ser famosos, buscan esa notoriedad, y la prensa trata de rentabilizar estos crímenes y esta noticia al máximo posible. A partir de Jack el Destripador, sabemos que cuando se habla de un asesino en serie en la prensa, las ventas se disparan y somos conscientes de ello. De modo que los asesinos en serie, muchos de ellos, buscan esta fama y notoriedad a través de la prensa y la prensa se nutre de esta necesidad del asesino en serie para rentabilizar la noticia.

En el libro mencionas a los incels y su misoginia. Este colectivo al igual que otros similares, como Qanon, surgieron de forma prácticamente paródica en Internet, pero han demostrado ser un peligro en el mundo real ¿Nos puedes contar algo más de este tipo de grupos, y por otra parte crees que en España puede ocurrir algo similar?

La comunidad Incel, es una subcultura que reúne a miles de usuarios principalmente en Estados Unidos y en Gran Bretaña.

En España no se conoce ningún grupo que sea tan extremista, tan directo, tan agresivo, tan beligerante sobre los comentarios que hacen hacia las mujeres.

Incels es el acrónimo de Involuntary celibate, una comunidad en línea, de hombres que comparten la ideología de que son célibes no por su propia elección, si no por culpa de las mujeres. Se caracterizan por su misoginia violenta online, su ira y, en los últimos años, por llevar a cabo asesinatos en masa, es decir, asesinatos múltiples en un solo acto.

La misoginia online o Gender Trolling, es la unión de la misoginia tradicional y las nuevas tecnologías. Esta consiste en una agresión y una violencia lingüística muy agresiva contra las mujeres a través de mensajes hostiles, agresivos, intimidatorios, ofensivos y empleando recursos como el sarcasmo y un lenguaje desinhibido para insultar.

La ideología del mundo Incel es muy complicada de entender desde un punto de vista racional, de modo que, como sucede con otras conductas delictivas, hay que tratar de entender la cosmovisión de los Incels desde un punto de vista psicológico y, por supuesto, desde un punto de vista criminológico.

Los Incels tienen una fijación patológica con el sexo y con las mujeres, y el odio que sienten está alimentado por la intensa frustración que sienten ante su virginidad, llevándolos a elaborar pensamientos tan distorsionados en un proceso similar al que les ocurre a muchos pedófilos. Además, van a buscar solucionarlos a través de una ira online, que va a ser compartida, porque crean comunidades en que van a sentirse apoyados unos con otros.

Los Incels creen y defienden un determinismo sexual. Creen que las mujeres, o determinado tipo de mujeres, solo prestan atención a los hombres con ciertas características físicas y sociales, características de las que los incels carecen, lo que según ellos explicaría el por qué son célibes. Y esto no es así, todos sabemos que el hecho de no tener un físico o no tener unas características biológicas concretas no te hace que seas una persona imposibilitada de entablar una relación o de tener contacto social con un determinado tipo de mujer. Crean de esta manera un argumentario reduccionista con el que se explican una vida afectiva que les frustra ya la vez les libera de su propia responsabilidad. Según ellos las mujeres solo se fijan en hombres normativamente atractivos y que tengan cierto status social y económico.

Creen que su falta de vida sexual, porque para ellos es fundamental el sexo y las mujeres, es consecuencia de su fealdad o excesiva inocencia en el trato con el sexo opuesto (el clásico relato del ‘Good guy’ y la ‘Friend zone’) cuando realmente es su sexismo y odio a las mujeres los que causan el rechazo de estas. Ellos consideran que los incels no existirían si las mujeres no tuvieran la libertad de poder escoger a sus parejas sexuales.

También consideran que los hombres son víctimas de un feminismo extremo y de una ideología que solamente se puede combatir a través de la violencia. En el caso de los foros online, combaten a través de esta violencia verbal extrema, pero hemos visto como alguno de estos sujetos han llevado esa violencia a la realidad llegando a cometer verdaderas masacres.

Es importante destacar que en el caso de los Incels estamos ante un ciclo vicioso de pensamiento y acción, de modo que el rechazo que sufren por parte de las mujeres, hace que aumente más su odio hacia ellas, y ellas a su vez los rechazan por todos los comportamientos misóginos que muestran. Además, el hecho de crear estos grupos en la red y que haya foros determinados para ellos, hace que entre ellos se apoyen y cuenten sus tristes historias, consiguiendo que mucha veces estas distorsiones cognitivas se compartan, llegando a constituir una identidad o conciencia colectiva que cree firmemente en estas ideas.

A mí me cuesta mucho pensar que en España pudiéramos llegar a tener estos grupos que sí que existen en Inglaterra, en Estados Unidos, que tuviéramos esta ‘manosfera’ de diferentes comunidades misóginas como la MRA, la MGTW, la PUA o los Incels. Estos cuatro grupos forman parte de esta ‘manosfera’ y son grupos de hombres de que una manera u otra algunos reivindican sus derechos de modo legítimo, por ejemplo, los MRA centran sus cuestiones y reivindicaciones en los hijos o en la reproducción, o los MGTW que son un foro que se creó en 2014 que se centra en otros tipos de legitimaciones. Los problemáticos son los que son misóginos activos y los que tratan de humillar e insultar a través de la red e incluso llevar conductas que se comparten a nivel usuario a la vida real. Este paso se puede dar a través de la radicalización de los foros en que reafirman sus ideas y encuentran ejemplos con los que identificarse y reafirmarse en sus creencias. El identificarse en el odio ajeno puede ser un motivante muy poderoso. Tomemos el caso de Elliot Rodger, por ejemplo, que fue el primer Incel en llevar a cabo un ataque violento masivo, en 2014, asesinando a 7 personas e hiriendo a 13 antes de suicidarse y dejar un manifiesto online de 107.000 palabras. A él le siguieron Chris Harper Mercer (2016, 10 víctimas mortales y 8 heridos), William Atchinson (2017, 3 víctimas mortales), Nikolas Cruz (2018, 17 víctimas mortales y 17 heridos), Alek Minasian (2018,10 víctimas mortales y 14 heridos) y Scott Paul Bierle (2019, 2 víctimas mortales y 4 heridos). Todos ellos no solo se autoidentificaban como Incels en foros y redes sociales, sino que todos de una manera u otra citaron a Elliot Rodger como inspiración; incluso Cruz ‘dedicó’ su crimen a Rodger a través de sus redes sociales.

Emilio Vivallo - Content Manager Departamento de Comunicación de VIU
Emilio Vivallo-Ehijo

Equipo de Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia.