¿Cuál es la diferencia entre dietista y nutricionista?
Con el paso de los años, la alimentación saludable ha ganado interés entre la sociedad. Las campañas sanitarias y la mayor concienciación ocasionaron una creciente preocupación. Por esta razón se ha incrementado la demanda de profesionales especializados. Pero ¿Cuál es la diferencia entre dietista y nutricionista?
La diferencia entre nutricionista y dietista, en cinco puntos
De acuerdo con la consultora de mercado NPD Group, la alimentación se ha convertido en un apoyo durante la pandemia. En un análisis de 2021, ofrece varias afirmaciones de interés:
- Los estadounidenses mostraron una gran preocupación por mantener un régimen nutricional sano durante 2020.
- El uso de plantas medicinales y alimentos ecológicos se incrementó en un 88 % en comparación con 2019.
- Los consumidores de Estados Unidos le confieren relevancia a la alimentación para superar el estrés.
La misma empresa facilitó este año cifras adicionales a 20 Minutos en el que se detallan otras claves sorprendentes:
- Los españoles son los que más preocupados están de Europa por su alimentación, en un 86 %.
- Italia —el otro país más afectado por la primera ola, junto con España— se encuentra en segundo lugar.
- Hasta un 63 % de los encuestados en España señala que estaría dispuesto a comer más sano.
Durante años, se ha identificado a la vocación como la clave que permite equiparar a nutricionistas y dietistas. Los dos suelen tener una gran motivación hacia el trato con los pacientes, aunque se produzca de maneras distintas. La base de las profesiones también es la misma, y se corresponde con la mejora del bienestar a través de la alimentación.
Reconocimiento en el Sistema Nacional de Salud
La Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias reconoce a ambas profesiones como «decretistas-nutricionistas». Sin embargo, especifica que, en el último caso, se trata de los «Diplomados universitarios en Nutrición Humana y Dietética». Por tanto, les otorga a los nutricionistas un reconocimiento a su base de formación.
Como la preparación académica de los nutricionistas está reconocida por la ley, son estos los que están integrados en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Los dietistas no tienen una formación académi ca oficial, así que solo pueden trabajar en centros privados o por cuenta propia.
Trato y proximidad con el paciente
La profesión del nutricionista está más vinculada al estudio de las cualidades de los alimentos. Suelen trabajar en entornos más técnicos, como laboratorios, y no tanto en consulta con el paciente. Esta misma cualidad les permite diseñar dietas hospitalarias o en centros sociosanitarios del sistema público.
Por el contrario, los dietistas realizan un seguimiento más cercano a cada persona. Su ámbito de especialización es el impacto de un régimen alimenticio en una persona, dadas unas circunstancias y siempre adaptándose a sus necesidades. Lo más habitual es que revisen cada caso con cierta periodicidad para alcanzar los objetivos marcados.
Limitaciones en la actuación profesional
Hay una distinción muy importante que podemos observar con un claro ejemplo. Cuando una persona padece una patología, el dietista puede recomendar un tratamiento nutricional. Sin embargo, en caso de requerir cirugía, debe ser un nutricionista quien aconseje un método de alimentación específico para cada fase, tanto antes como después de la intervención.
Lo importante es que, en ambos casos, los profesionales colaboren en equipos multidisciplinares. No obstante, esta recomendación entra en conflicto con el hecho de que los dietistas no figuren en el SNS. Por la misma razón, suelen ser los nutricionistas quienes aconsejen las pautas alimenticias en caso de enfermedad crónica.
Enfoque técnico y de tratamiento
Un alimento puede ser examinado desde distintos puntos de vista, como es el funcional (dietista) o el nutricional (nutricionista). ¿De qué manera se explica esto? El primer profesional es el encargado de conocer cómo puede impactar en el organismo de su paciente en el sentido metabólico. Es decir, cómo le puede ayudar a ganar o perder peso, entre otras cuestiones.
Por su parte, el nutricionista es el que debería conocer mejor su composición. De esta manera, es capaz de anticipar hasta cierto punto las reacciones que puede tener en el organismo más allá del metabolismo. Con esto último, nos referimos a los mecanismos químicos que puede ocasionar su síntesis, sobre todo, ante la presencia de enfermedades.
Usuarios con enfermedades o condiciones
Queremos enlazar el punto anterior con este mediante un claro ejemplo. Una persona con diabetes requiere que el nutricionista le efectúe un estudio para diseñar un plan de alimentación. Lo que se consigue es limitar la variedad de productos para descartar aquellos que presenten un potencial perjudicial para su enfermedad.
Cierto es que la misma persona puede acudir al dietista, pero lo debería hacer después. Cuando sabe qué alimentos debe tomar y cuáles no, esta última figura puede prepararle un régimen (como dietas blandas). La razón de que su implicación sea posterior se encuentra en una necesidad menos relevante. Por ejemplo, puede ser un déficit de energía o cambios metabólicos.
La formación académica, otra diferencia relevante
Una importante diferencia entre un nutricionista y un dietista radica en su preparación. Es frecuente que los últimos se preparen con una base más limitada, por ejemplo, con ciclos o cursos. La Formación Profesional en Dietética es una de las vías más demandadas, junto con los másteres privados y demás títulos propios.
El Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas pone de relieve la cualificación necesaria por los nutricionistas. Los califica como profesionales sanitarios, lo que deja patente que se debe cursar un grado universitario. Nuestro máster en Nutrición puede servir como perfecta demostración de la capacitación necesaria.
La consideración oficial hace que los nutricionistas pueden trabajar en el área sanitaria. Por su parte, los dietistas pueden formar parte de centros hospitalarios privados. De todos modos, no hay que ignorar que en este ámbito son una opción más a disposición de los pacientes.
La formación, aunque puede servir como factor diferencial, también puede ser un nexo. La realidad es que los estudiantes de ambas carreras pasan años preparándose para ejercer como profesionales. Hay una que debe tener base universitaria y otra que no, pero las dos están sometidas a una fuerte competitividad en el mercado laboral actual.
¿Qué tienen ambas disciplinas en común?
Hasta ahora, hemos hecho referencia a las personas con patologías. ¿Qué sucede con quienes están sanos? Las dos figuras pueden trabajar con la misma libertad de actuación. Pero también es lógico que sea conveniente una identificación previa de cualquier potencial efecto negativo en los alimentos. En este punto, es el nutricionista quien debe actuar.
En el ámbito deportivo, las dos profesiones tienen grandes oportunidades. Los nutricionistas lo hacen diseñando planes para el fortalecimiento tras una lesión o ante una cirugía. Los dietistas adquieren mayor relevancia entre quienes pretenden mantener su metabolismo o acelerarlo. Incluso son una opción recomendada para ganar masa muscular o perder peso.
Hay una función que suele estar asociada a los nutricionistas, pero que los dietistas también pueden realizar (aunque en centros privados). La preparación, conservación y manipulación de alimentos para usuarios hospitalarios debe ser supervisada. Hay que garantizar que estas tres fases se efectúan de acuerdo con las necesidades del paciente.
Esta labor preventiva se ve complementada por otra reactiva. Cuando se detecte un tratamiento erróneo en los alimentos o un procesamiento ineficaz, es importante señalarlo. Para ello, pueden emitir informes que el médico tendrá en cuenta con el objetivo de implementar cambios en la dieta.
¿Qué sucede con los endocrinos?
La diferencia entre un dietista con un nutricionista y un endocrino es todavía más compleja de determinar. Los últimos están centrados en la alimentación, pero con una mayor especialización en las hormonas. Poseen conocimientos acerca de cómo influyen los productos que tomamos en el metabolismo, con una amplia gama de aplicaciones prácticas.
De lo anterior, podemos deducir que los endocrinos son quienes tienen un margen más amplio de actuación. Son considerados profesionales sanitarios y se encuentra dentro del SNS. Pero su labor cobra una importancia significativa en casos considerados complicados de abordar mediante la alimentación:
- Pacientes con un metabolismo demasiado lento o rápido que pretenden probar con dietas novedosas.
- Usuarios que padecen alguna enfermedad que desencadena una mala absorción de los nutrientes.
- Personas cuya mala alimentación ha causado daños en el organismo que conviene tratar urgentemente.
Hay otros casos en los que, por la superación de un tumor, es necesario controlar el nivel de hormonas. Para ello, un endocrino es la única figura de las tres que puede realizar analíticas especializadas. Cuando se detecten concentraciones demasiado bajas o altas, pueden recetar un medicamento, un tratamiento hospitalario o una intervención.
Este perfil de pacientes suele tener una menor relación con los dietistas y los nutricionistas. La clave está en lo delicado que puede ser su organismo frente a alimentos como la soja. Por tanto, se recomienda acudir siempre a un especialista en el sistema metabólico para mantener unas medidas de prevención de recaídas.
Como vemos, hay una gran diferencia entre dietista y nutricionista. La formación académica de cada uno es la base de las distintas aplicaciones prácticas. Como nexo, ambas profesiones son esenciales para el cuidado del organismo. En la Universidad VIU te animamos a conocer nuestro máster en Nutrición avanzada online. ¡Prepárate para el futuro!