Envejecimiento activo: un marco político y un derecho fundamental.
Entre 2000 y 2050, la proporción de los habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará, pasando del 11% al 22%. Este grupo de edad pasará de 605 millones a 2000 millones en el transcurso de medio siglo.
Nos enfrentarnos al hecho de que el envejecimiento de la población ira en aumento, y que cada vez viviremos más años y seremos durante más tiempo viejos. Sin embargo, en nuestra sociedad, especialmente en los países desarrollados, el protagonismo de los mayores es escaso o nulo. Por el contrario, apenas cuentan sus opiniones y experiencia y se convierten, junto con los inmigrantes o los pobres, en otro sector marginado.
Vivimos en una sociedad en la que se ensalza la juventud asociada a los valores de belleza, salud y éxito y se rechaza al mayor, privándole del lugar que debería ocupar como fuente de sabiduría, admiración, conciencia, memoria y confianza. A diferencia de otras épocas y otras culturas llamadas “menos desarrolladas”, donde ser anciano es sinónimo de respeto y admiración, siendo considerados fuente de sabiduría, conocimiento y la voz de la comunidad y de la familia.
Para dar respuesta a esta situación, la ONU convocó la Primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento en 1982, de donde surgió el Plan de Acción de Viena sobre envejecimiento.
La OMS entiende por envejecimiento activo el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas mayores, fomentando su autoestima y el ejercicio pleno de todos sus derechos humanos y libertades fundamentales.
El envejecimiento activo se aplica tanto a los individuos como a los grupos de población y permite a las personas realizar su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades, mientras que les proporciona protección, seguridad y cuidados adecuados cuando necesitan asistencia.
Dado que el envejecimiento tiene lugar dentro del contexto social, la interdependencia y la solidaridad intergeneracional son principios básicos del envejecimiento activo. La calidad de vida en la vejez dependerá de los riesgos y las oportunidades que se experimenten a través de toda la vida, así como de la forma en que las generaciones sucesivas proporcionen ayuda y soporte mutuo cuando sean necesarios.
El envejecimiento activo se basa en el reconocimiento de los derechos humanos de las personas mayores en los Principios de las Naciones Unidas de independencia, participación, dignidad, asistencia y realización. Parte de un planteamiento donde no se contempla a las personas mayores como objetivos pasivos, sino que reconoce los derechos de las personas mayores a la igualdad de oportunidades y de trato en todos los aspectos de la vida a medida que envejecen.
Promueve un cambio en la concepción de la vejez hasta ahora relacionada con la enfermedad, la dependencia y la jubilación, hacia una nueva visión que considere a las personas mayores participantes activas de una sociedad que integra el envejecimiento y que considere a dichas personas contribuyentes activos y beneficiarios del desarrollo. Aunque también incluye el reconocimiento de las personas mayores que están enfermas, son frágiles y vulnerables y la defensa de sus derechos de asistencia y seguridad.
Es necesario considerar que ha llegado un momento más dinámico y activo en el que la solución de los problemas de las personas mayores, con independencia de otras iniciativas, pasa necesariamente por su participación directa en la sociedad. Las personas de edad con sus capacidades contribuyen al desarrollo, para actuar en favor de una mejora de ellos mismos y de sus sociedades, lo que debería traducirse en políticas y programas a todos los niveles.
En la actualidad, el 64 por ciento de las personas de edad vive en las zonas menos desarrolladas y se espera que este número alcance el 80 por ciento en 2050. El cambio demográfico será más rápido e intenso en los países de ingresos bajos y medianos.
En ese contexto, en el 2002 el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento prestó especial atención a la situación de los países en desarrollo. Su objetivo consiste en garantizar que las personas puedan envejecer con seguridad y dignidad en cualquier lugar y continuar participando en sus sociedades como ciudadanos con plenos derechos y servir como un instrumento práctico para ayudar a los responsables políticos a centrarse en las prioridades claves relativas al envejecimiento individual y de la población. Se basa en el empoderamiento de las personas mayores para participar de forma efectiva en la vida económica, política y social de sus sociedades.
El Consejo de la Unión Europea, adoptó el 6 de diciembre de 2012 “La Declaración del Consejo sobre el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional 2012: estrategia futura”. Esta Declaración expresa su firme compromiso de promover el envejecimiento activo y la solidaridad entre las generaciones e invita a todos los actores pertinentes a que tengan plena cuenta de este planteamiento a la hora de ejecutar la Estrategia Europa 2020.
Es necesario un nuevo marco de acción global, que tenga en cuenta la gran diversidad de la población de edad avanzada y encare las desigualdades de fondo. Este marco de acción debe impulsar la creación de nuevos sistemas de asistencia sanitaria y atención a largo plazo más acordes con las necesidades de las personas mayores, y debe asegurarse de que todos los sectores se centren en objetivos comunes para que las iniciativas sean coordinadas y equilibradas. Ante todo, es preciso superar las formas obsoletas de concebir la vejez, fomentar un cambio importante en la forma de entender el envejecimiento y la salud e inspirar la creación de enfoques transformadores.
En 2016, Los delegados en la Asamblea Mundial de la Salud acordaron poner en marcha una nueva estrategia “Hacia un mundo en el que todas las personas puedan vivir una vida prolongada y sana” y adoptaron una resolución acerca de la Estrategia y plan de acción mundiales sobre el envejecimiento y la salud 2016-2020.Se hace hincapié en la equidad y los derechos humanos y, en particular, en el importante objetivo de hacer partícipes a los adultos de edad avanzada en todas las decisiones que les conciernan.
Se necesita una respuesta coordinada entre muchos sectores y distintos niveles políticos y sociales. Es mucho lo que nos falta por aprender y por hacer. Todos los países, independientemente de su situación actual o nivel de desarrollo, deben apostar por la dignidad, bienestar y protección e integración de sus mayores. Apostar por el envejecimiento activo, es hace valer los derechos humanos y fundamentales de toda persona a una vida y una vejez digna.