Factores de prevención del fracaso escolar
El fracaso escolar y el abandono del periodo educativo obligatorio y postobligatorio constituyen factores de riesgo de exclusión social y pobreza, afectando negativamente a la evolución personal y profesional de los jóvenes afectados. Este problema es particularmente intenso en España donde según los datos publicados por la oficina de estadística comunitaria Eurostat un 23,5% de los jóvenes españoles abandonaron la enseñanza prematuramente el pasado año 2013, el doble de la media comunitaria situada en el 11,9%.
Motivos del fracaso escolar
Para poder prevenir el fracaso escolar es imprescindible conocer sus motivos, que son múltiples y relacionados con esferas diversas: personal, familiar y social. Estos serían los cinco condicionantes más comunes:
- El entorno en que vive alumno. Es una pieza fundamental para el desarrollo de los comportamientos y actitudes de niños y adolescentes, entrando en juego aspectos, culturales y socio-económicos.
- El sistema educativo. Las medidas que desde la escuela y las instancias educativas superiores se proponen para hacer frente a esta problemática se muestran insuficientes en la práctica, por lo que los índices de bajo rendimiento escolar y abandono prematuro se perpetúan en el tiempo.
- Situación familiar. Circunstancias por desgracia muy comunes como la precariedad económica, las relaciones familiares complicadas y, algunas veces, la escasa importancia otorgada a la educación en algunos grupos son problemas asociados al fracaso escolar.
- El grupo de iguales. Los compañeros pueden ejercer una influencia negativa en la toma de decisiones de cada sujeto.
- El propio alumno. Por supuesto, la personalidad de cada cual y sus capacidades e intereses juegan un papel básico en el rendimiento escolar finalmente alcanzado.
Intervenciones contra el fracaso escolar
Una vez conocidas la causas, se pueden planificar y ejecutar estrategias que contribuyan a solucionar, o al menos mejorar, cada una de las diversas problemáticas. Estos serían los principales programas de intervención.
- Prevención y control del absentismo escolar. Campañas de información y concienciación a los alumnos y, especialmente, a las familias de ciertos colectivos de la importancia de la educación para el desarrollo personal de los niños y jóvenes y para su integración en la sociedad y el mundo laboral.
- Mejora del éxito escolar. Replantearse las políticas educativas a nivel de materias, currículos y metodologías, buscando siempre su renovación y adaptación a las necesidades actuales y a un entorno social, laboral y tecnológico en constante evolución.
- Atención de las necesidades individuales. Favorecer la motivación del alumno con métodos más amables y amenos, fomentando el uso de recursos innovadores ligados sobre todo a las nuevas tecnologías (TICs). También es muy importante detectar los problemas de aprendizaje que pueda tener cada alumno y sus causas: problemas físicos, psicológicos, emocionales, dislexia, trastornos del espectro autista (TEA), etc.
- Potenciar los programas de alumnos con NEE. Muchos niños y adolescentes precisan de necesidades educativas especiales (NEE), las cuales no siempre obedecen a una discapacidad física o intelectual. Para evitar que estas personas caigan en el fracaso escolar es necesario un diagnóstico precoz de su problema y, posteriormente, la puesta en marcha de programas de apoyo o refuerzo escolar y, en ciertos, casos de adaptación individualizada del currículo.
Para que todos estos factores de intervención tengan éxito es necesaria una mayor inversión en personal especializado y medios de todo tipo, así como una corresponsabilidad e implicación de todas las partes. Esta línea de trabajo, continuada y potenciada en el tiempo es la mejor forma de: mejorar la motivación y rendimiento de los alumnos, contribuir a la adquisición de las destrezas suficientes y configurar el contexto adecuada que evite el absentismo continuado y, finalmente, el abandono prematuro de los estudios.