Indicadores de detección de los diversos tipos de discalculia
La discalculia es una dificultad específica en el proceso de aprendizaje de determinadas operaciones matemáticas o aritméticas. Es un problema que no guarda relación ni con el nivel intelectual del niño, ni tampoco con el método de enseñanza utilizado.
Los niños con discalculia se caracterizan por presentar problemas con las matemáticas y/o con conceptos como símbolos, señas y direcciones. Sin embargo, su coeficiente intelectual es normal.
Se puede considerar que la discalculia es un trastorno del aprendizaje equivalente a otro mucho más conocido: la dislexia. La diferencia está en que, mientras en la dislexia los trastornos de aprendizaje está relacionados con el lenguaje y la escritura, en el caso de la discalculia la dificulta se encuentra en la compresión y realización de cálculos matemáticos o aritméticos.
Tipos de discalculia
Existen 5 grandes tipos de discalculia:
- Discalculia verbal. Es la dificultad en nombrar cantidades matemáticas, números, términos, símbolos y relaciones.
- Discalculia practognóstica. Problemas para enumerar, comparar y manipular objetos matemáticamente.
- Discalculia léxica. Dificultad en la lectura de los símbolos matemáticos.
- Discalculia gráfica. Dificultad para escribir cifras y signos matemáticos.
- Discalculia ideodiagnóstica. Dificultad para comprender conceptos y relaciones matemáticas.
- Discalculia operacional. Dificultad en la realización de operaciones matemáticas.
Detección de la discalculia
La discalculia afecta a un porcentaje importante de la población infantil: entre un 3 y un 6% y se suele detectar entre los 6 y 8 años, aunque puede haber señales en la etapa de educación infantil.
Las consecuencias de este trastorno del aprendizaje pueden ser importantes: retraso educativo, problemas de actitud y, en ocasiones, de desempeño en actividades cotidianas del día a día.
Indicadores de detección
Ante todo, hay que distinguir entre los niños que no se les dan bien las matemáticas y tienen un nivel algo inferior a la media de la clase de los que presentan serias dificultades de aprendizaje en las mismas. En este último caso, es fundamental realizar un diagnóstico temprano del problema para tomar las medidas educativas oportunas.
Tampoco debe confundirse las discalculia con la acalculia, que es un trastorno del cálculo que no se debe a dificultades de aprendizaje, sino a una lesión cerebral sobrevenida que puede tener lugar incluso en la edad adulta.
Una vez hechas estas puntualizaciones, veamos los síntomas más comunes en niños con discalculia:
- El niño no logra una correcta escritura de los números, como sí hacen la mayoría de sus compañeros, durante los primeros cursos escolares.
- Incapacidad o muchas dificultades para la realización de series secuenciales o clasificaciones numéricas.
- Problemas de razonamiento, lo que le impide resolver los problemas matemáticos más simples.
- Dificultades con los números:
o No los identifica con claridad. Duda o se equivoca al nombrarlos o escribirlos.
o Confusión de grafismos parecidos como por ejemplo: el 3 y el 8 o el 4 y el 7.
o Confusión de signos matemáticos: el de sumar con el de restar, el de restar con el de dividir o viceversa.
o Invierte, rota o transpone los números. El caso más frecuente es confundir el 6 con el 9, aunque existen otros.
o Problemas para expresar problemas matemáticos e interpretar los enunciados.
o Problemas para entender conceptos como: posición, tamaño o relaciones.
o Dificultades relacionadas con pensamientos operatorios, cálculo mental, clasificación, orden, cantidades, correspondencia, seriación y reversibilidad.
o Dificultades en la coordinación espaciotemporal. Los niños afectados de discalculia tienen problemas para organizar números y columnas o para seguir la direccionalidad apropiada de los procedimientos, lo cual les dificulta enormemente la realización de cálculos.
o Muchos problemas para recordar y comprender conceptos, reglas, fórmulas y secuencias matemáticas como las tablas de multiplicar o las secuencias para resolver una división.
Cuando un profesor detecta un posible alumno con discalculia es muy importante que se ponga en contacto con el orientador del centro y se informe a la familia con el objeto de realizar cuanto antes una correcta evaluación.
Un niño con discalculia no es que sea incapaz de aprender conceptos matemáticos, sino que necesita recorrer un camino de aprendizaje más largo de lo habitual donde se le enseñe a manipular y manejarse con los números desde distintas perspectivas.