Principios de la integración educativa en el aula regular
La integración educativa en el aula regular está muy ligada al concepto general de normalización, es decir, la inclusión en la sociedad y en el día a día de todas las personas, sin hacer distinciones o segregaciones de ningún tipo por su procedencia, cultura, discapacidad física o intelectual o cualquier otra circunstancia.
El objetivo de integrar en las escuela y aulas regulares a alumnos de todo tipo es complejo, debiéndose conjugar una serie de condiciones heterogéneas que conciernen tanto a profesionales de las docencia, como a instituciones políticas e educativas y también, por supuesto, al conjunto de los alumnos y sus familias.
La inclusión en el aula de los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE), ya sea por un problema de aprendizaje, por una incorporación tardía al sistema educativo o por un contexto sociocultural desfavorable, es un proceso que requiere, entre otras medidas o acciones, las siguientes:
- Modificaciones legislativas.
- Cambios en los modelos de enseñanza y en las políticas educativas.
- Modificaciones curriculares personalizadas.
- Dotación de los recursos suficientes tanto materiales como de personal: refuerzo escolar, eliminación de barreras arquitectónicas, etc.
- Cambios en las estructuras organizativas.
- Adopción de nuevas rutinas de funcionamiento en el aula.
- Implicación de los distintos actores de los procesos de enseñanza y aprendizaje: maestros, la dirección del centro, los propios escolares y sus padres.
Las distintas aproximaciones al concepto de integración
Una de las principales dificultades de la integración educativa es que se entiende de forma distinta según el ámbito de referencia. Por ejemplo, a un nivel de políticas educativas la integración se basa en un conjunto de medidas de carácter normativo y legal emprendidas por los gobiernos para lograr diversos objetivos: poder escolarizar en centros regulares a alumnos que históricamente se les había atendido en centros de educación especial o establecer criterios para adaptar los currículos, de un modo individualizado, a alumnos con distintos tipos de NEE.
En los centros escolares ordinarios la integración educativa requiere un esfuerzo añadido de cara a alcanzar una efectiva reorganización interna y un aumento de los recursos para asegurar la correcta atención de todos los alumnos, tengan o no NEE o provengan de países. culturas y/o entornos socioeconómicos diferentes al país de acogida y sea necesario establecer programas de adaptación.
Por supuesto, el día a día en la escuela también se ve alterado, siendo imprescindible una readaptación de los métodos y rutinas de enseñanza de los maestros y de las pautas de convivencia de escolares, familiares y otros profesionales de la comunidad educativa.
Cabe destacar que los esfuerzos que supone la integración en el aula (recursos adicionales, cambios en la organización, mayor implicación de profesores y compañeros, etc.) resultan muy rentables por los beneficios que suponen en la integración social del conjunto de los alumnos y también en la optimización de recursos, ya que construir muchos centros de educación especial tampoco resulta económicamente viable.
Las escuelas de educación especial obstaculizan a menudo el proceso de integración social de sus alumnos. Aunque de manera involuntaria, muchas veces se acaba cayendo en un exceso de protección a los alumnos que obstaculiza el proceso de integración social en la sociedad, por lo que su capacidad de desenvolverse con soltura, especialmente al acabar la etapa de escolar, en el ámbito social y laboral se vea muy mermada.
Por otro lado, un uso excesivo de la educación especial imposibilita al conjunto del alumnado acostumbrarse a la presencia de compañeros con algún tipo de problema o discapacidad, lo que puede alimentar las conductas segregadoras e insolidarias.
Los principios de la inclusión educativa
Por lo tanto, podemos distinguir una serie de principios relacionados de una forma y otra con la integración o inclusión educativa de cualquier persona, con independencia de su origen, religión cultura, problema. discapacidad o algún grado de NEE.
Principio de normalización
Como hemos comentado, los conceptos de integración y normalización están estrechamente ligados. La idea que subyace en la normalización es la de aceptar las diferencias, pero poniendo todos los medios posibles para que estas no afecten al ciudadano a la hora de poder adoptar las pautas, condiciones y estilo de vidas consideradas como habituales en la sociedad.
La normalización implica reconocer idénticos derechos fundamentales a todas las personas, eliminando las trabas que vayan en contra de la igualdad de condiciones o favorezcan la discriminación.
Principio de racionalización y sectorización de servicios
La idea que subyace de este principio es que se tiene que encontrar un equilibrio lógico entre la prestación de los servicios de apoyo a los alumnos que lo precisen y los recursos utilizados. Esto implica: una correcta evaluación de las necesidades, una óptima programación de los servicios, la coordinación de las competencias y un uso racional y optimizado de los recursos disponibles tanto económicos, como de material, infraestructura y de recursos humanos.
No exclusividad de los servicios de apoyo
Este aspecto es importante y está también muy relacionado con una organización y uso racional de los recursos disponibles. Es necesario diversificar y extender los servicios de apoyo al conjunto del alumnado, puesto que cualquier niño pueden necesitarlo en algún estadio de su etapa de aprendizaje, aunque sea de una forma puntual y con independencia de que tenga una discapacidad o no.
Individualización de la enseñanza
Únicamente con un enfoque de la enseñanza en las necesidades personales de cada alumno en cada momento puede servir para, en primer lugar, detectar las necesidades específicas de cada escolar y, posteriormente, ofrecerle el apoyo necesario para que estas interfieran lo menos posible en su aprendizaje, alcanzando el máximo nivel de su potencialidad individual.