La inserción laboral desde una perspectiva de género
Podríamos considerar, en líneas generales, que, a partir de la Revolución Industrial, y sobre todo con la Primera Guerra Mundial, comienzan a tener las mujeres más visibilidad en el mercado del trabajo. Hasta entonces, la mujer había estado relegada a las tareas familiares y domésticas. En este sentido, la guerra supuso dos aspectos importantes: se reclutó a gran parte de la población masculina para acudir al frente, y, por otro, el conflicto bélico influyó en unas necesidades industriales importantes que hicieron que las mujeres se incorporaran al mundo laboral.
Hoy en día, la presencia de la mujer en el mercado laboral es un hecho, y se va incrementando poco a poco. Según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en su informe “La Situación de las mujeres en el mercado de trabajo” (2015) “se ha consolidado su participación en el mercado de trabajo en términos de actividad y empleo, a la vez que se ha reducido intensamente el nivel de desempleo”.
De este informe se desprende que las mujeres van teniendo presencia en más ramas de actividad y en diferentes ocupaciones, a pesar de que sigue destacando la presencia de la mujer en el sector servicios.
Las mujeres activas representan cerca del 54% de la población femenina de 16 o más años, en torno a doce puntos porcentuales menos que el peso que la población activa masculina tiene entre los varones en edad laboral. La población activa femenina ha perdido representatividad en los dos últimos años, pero globalmente, en la última década, ha ganado cerca de cinco puntos porcentuales.
Si nos centramos en cuáles son las ocupaciones que tienen mayor presencialidad del sector femenino, según este informe, en 2015, el número de ocupadas ha aumentado en los sectores Servicios e Industria. Las trabajadoras por cuenta propia, crecen solo en estos dos sectores, mientras que las asalariadas también crecen en el sector Agricultura. El empleo entre los varones ha presentado una situación más favorable en este último año, con incrementos en todos los sectores económicos, principalmente en Agricultura.
En la siguiente tabla podemos ver esos datos reflejados:
Fuente: INE. Encuesta de Población Activa. IV trimestre de 2015.
A nivel de contratación, según los datos registrados por este informe, las mujeres han suscrito 8.090.163 contratos en 2015, 789.662 más que el año anterior, pero la tasa de contratación femenina se sigue reduciendo y se sitúa en el valor mínimo de la década. En cuanto al perfil de contratación, siguen siendo las mujeres de 25 a 45 años, graduadas en ESO y no inscritas como demandantes de empleo en los Servicios Públicos de Empleo quienes registran mayor volumen de contratos, pero, mientras en 2015 representan en torno a un 8,5% de la contratación femenina, en 2006 su peso relativo superaba el 11,5%.
En la siguiente tabla podemos observar la contratación por nivel formativo, comparada entre ambos sexos:
Fuente: Sistema de Información de los Servicios Públicos de Empleo. Año 2015
Por segundo año consecutivo, la contratación femenina mejora en todos los niveles formativos.
Si revisamos los sectores en los que se observa mayor contratación, la hostelería y el comercio al por menor siguen generando un volumen importante de empleo femenino y, aunque tienen unas tasas de temporalidad elevadas, son inferiores a la tasa de temporalidad estatal femenina, salvo en la actividad de Servicios de alojamiento.
Si habláramos de tipo de contrato y jornada laboral, según los datos que se reflejan en el informe, la modalidad de Eventual por circunstancias de la producción, con una duración igual o inferior a un mes y a jornada completa caracteriza la relación contractual más frecuente en 2015 entre las trabajadoras, alrededor del 16% de la contratación femenina.
Como conclusión, podríamos indicar que se están produciendo grandes avances en la contratación femenina, pero que sigue estando en niveles inferiores a la del sector masculino y que, además, siguen teniendo muy poca visibilidad en ciertos ámbitos laborales. Las acciones de inserción sociolaboral dirigidas a mujeres están ayudando a progresar en este sentido.
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Nuria Cuevas
Profesora Colaboradora VIU