Dislalia: definición y métodos para corregirla

La dislalia es una alteración que cada vez afecta a más niños. Sin embargo, no es frecuente conocer qué la provoca y cómo incide en su personalidad. Abordamos ambos aspectos detallando los tipos existentes y las opciones que existen para corregir esta alteración.

Dislalia ¿qué es?

Se define como la dificultad que tienen los niños mayores de cuatro años para producir o articular uno o más fonemas. El diagnóstico ha de completarse confirmando que no existe daño alguno en el sistema nervioso central o periférico. También se ha de comprobar la existencia de posibles deformaciones fisiológicas o anatómicas en los órganos articulatorios.

De descartarse ambas anomalías físicas, se concluye que es un caso de dislalia funcional o un trastorno del aprendizaje y se recomienda su tratamiento inmediato para evitar que el perfil neuropsicológico del niño se vea afectado. En quienes tienen este problema, es frecuente que nos encontremos con casos de fracaso escolar. Por suerte, los ejercicios guiados por un logopeda ofrecen excelentes resultados.

¿Qué provoca la dislalia?

Es frecuente pensar que se trata de una alteración auditiva o un problema cognitivo que se puede corregir. Sin embargo, Moreno Manso y Mateos García concluyen en un interesante estudio que hay otras causas que hay que evaluar. Tras aplicar el ESPQ (cuestionario de personalidad para niños) y el CAS (cuestionario de ansiedad infantil) a 20 niños con dislalia, sus resultados fueron sorprendentes.

Los participantes tenían entre seis y ocho años y todos padecían ansiedad, tensión e inseguridad al hablar. Ello provocaba que perdieran el control emocional. Además, presentan problemas en las relaciones interpersonales. Si bien los investigadores concluyen que identificar la personalidad con la dislalia puede parecer arriesgado, es importante esta conexión.

No en vano, el análisis de los rasgos de la personalidad de un niño con dislalia está directamente relacionado con su entorno emocional. Por lo tanto, es posible concluir que cuando se den algunas condiciones, puede existir el problema y se debe encontrar una solución. Otras causas que inciden en la aparición de la dislalia son:

• Un problema en el desarrollo de la psicomotricidad. A medida que se adquieren las habilidades psicomotrices, también se aprende a hablar. Una habilidad motora adecuada influye en la correcta pronunciación de los fonemas.
• La falta de discriminación auditiva. El niño no percibe la diferencia entre los fonemas y, al imitarlos, comete el error.
• Una estimulación lingüística insuficiente. Resulta habitual en entornos socioculturales en los que no existen estímulos. Por ello, el niño sufre problemas con sus habilidades psicomotrices y con el lenguaje.
• Motivos psicológicos. El niño sigue hablando como cuando tenía menos edad por sobreprotección o por culpa de un trauma.
• Problemas de aprendizaje. En este caso, hay que averiguar qué los provoca y diseñar un plan de acción más ambicioso que también corrija esta anomalía.

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Tipos de dislalia

Tras comentar la dislalia y qué es, debemos describir cuáles son los distintos tipos de dislalia para efectuar un diagnóstico más certero.

Dislalias fonéticas

Están relacionadas con la coordinación motriz y se reconocen con relativa facilidad, ya que el infante presenta:

• La sustitución de las fricativas por el sonido /t/, de /f/ por /p/ o /z/ y de /k/ por /t/.
• Ceceo o cambio de la /s/ por la /z/.
• El cambio de un fonema correcto por un sonido ajeno al sistema fonético español.
• Rotacismo.
• Sigmatismo.
• Adición de elementos no presentes.
• Nasalización que cambia la /d/ por la /n/.
• La sonorización de consonantes sordas (como la /g/ por la /k/).

Dislalias fonológicas

Su origen está en una discriminación auditiva y en un análisis temporal de los fonemas de una secuencia. Los errores de pronunciación son:

• La anticipación de una consonante en una sílaba que no corresponde.
• La duplicación de la consonante.
• La asimilación o el cambio de un fonema por otro.
• El cambio de orden de los fonemas o de las sílabas.

Si bien estas alteraciones son frecuentes cuando se aprende a hablar, de persistir cuando el niño cumple los cinco años, exigen una corrección.

Dislalia orgánica (disglosia)

Se produce cuando la alteración en la articulación tiene como causa una lesión malformación en la lengua, los labios o el paladar. La terapia en este caso ha de tener en cuenta el factor desencadenante.

¿Cómo se corrige la dislalia?

Una vez detectada la alteración, es imprescindible contactar con un logopeda. Lo más frecuente es que organice una serie de sesiones para elegir el mejor tratamiento. Las fases son:

• Una evaluación exhaustiva del nivel articulatorio del niño o de la niña.
• La definición de un programa a medida que se adapte a las necesidades reales del pequeño.
• La estimulación de la capacidad del menor para generar sonidos, reproducir movimientos o adoptar posturas. Se suele experimentar con las consonantes y con las vocales para facilitar la comparación y diferenciación de los sonidos.
• La coordinación de los movimientos necesarios para pronunciar correctamente. Se suele apostar por ejercicios linguales y labiales. También se ensayan las posiciones correctas para los sonidos más difíciles para el niño.
• La elección de ejercicios en los que el niño produzca el sonido de cada sílaba hasta que automatice el patrón muscular para hacerlo correctamente.
• El trabajo con palabras complejas utilizando juegos que facilitan la articulación y pronunciación de sonidos complicados en las palabras.
• La consecución de la meta principal: que el niño use lo aprendido en su lenguaje espontáneo y sin ayuda del terapeuta.

A lo largo del proceso anterior, es imprescindible la colaboración de los padres. Ellos aprenderán cuál es la musculatura que interviene en la producción de los sonidos. Así, podrán repetir los ejercicios en casa e ir comprobando los resultados obtenidos.

Ejercicios que pueden realizarse en casa

En cuanto se observe que hay posibilidades de que el niño tenga dislalia, es recomendable poner en práctica las siguientes medidas:

• La coordinación de los movimientos que hay que efectuar para pronunciar un sonido. Un ejemplo son los movimientos de la lengua arriba y abajo o hacia los lados. Lanzar besos al aire es una opción divertida y eficaz.
• Animar al niño para que genere sonidos. Cuando adquiera esta facultad, es necesario centrarse en los que le generan mayor dificultad.
• Soplar como ejercicio. El niño debe usar el diafragma de forma autónoma. Llenar un globo o una pelota ayuda muchísimo.
• Repetir el sonido de las sílabas hasta su automatización.
• Diseñar juegos con palabras completas e ir aumentando la dificultad.

¿Qué sucede si no se trata la dislalia?

La simpática lengua de trapo del pequeño del hogar ha de corregirse para evitar consecuencias que bien podrían marcar su vida escolar. Nos referimos a:

• Un rendimiento escolar poco adecuado dependiendo del curso y de las características de cada alumno.
• Problemas para aprender a escribir o a leer. Es frecuente la confusión de fonemas o que se diagnostique dislexia en lugar de dislalia.
• Dificultades para socializar. Al no hablar bien, el niño prefiere aislarse y crear su propio mundo.
• Una baja autoestima. En pocas ocasiones participa en juegos o actividades con sus compañeros.
• La falta de comunicación con los padres.

La incidencia de la dislalia en España

En 2018 se confirmó que afectaba al 15 % de los niños en edad preescolar. Desde entonces, la estadística se mantiene y el tratamiento de la alteración ha mejorado. Atrás parece quedar el inmovilismo en las terapias y el aburrimiento de quien se sometía a ellas.

La llegada de la tecnología ha contribuido a crear métodos más divertidos y accesibles. El objetivo es convertir cada sesión en un juego en el que hay que ir superando etapas distintas. Los expertos prefieren marcar la edad de cuatro años como límite para tomar las acciones oportunas. Si a partir de entonces al niño no se le entiende, actuar lo antes posible permite obtener resultados satisfactorios.

El futuro del tratamiento de la dislalia

En la actualidad, se denomina trastorno de los sonidos del habla. Afortunadamente, los planes de evaluación e intervención pasan por:

• La creación de tareas de prevención y estimulación del lenguaje escrito y oral en educación infantil.
• Convertir las evaluaciones logopédicas en la clave del éxito. Su contribución es esencial para conseguir un diagnóstico precoz.
• La atención directa al alumno o alumna. Debe elegirse el número de sesiones, si estas serán en grupo o individuales y planificar la intervención. Determinar los objetivos, la metodología y las actividades ayuda a elaborar el material necesario. La evaluación del avance de cada estudiante es esencial para modificar el programa de actividades.
• La orientación y el asesoramiento a los tutores y a los padres.

Sin duda, el papel del maestro de audición y lenguaje es imprescindible para detectar cada caso. A partir de ahí, el trabajo en común con el logopeda y los padres permite conseguir grandes avances. Que los niveles de la alteración se mantengan parece confirmar que la generación digital sigue experimentando los mismos problemas que la analógica.

Por consiguiente, la dislalia es un trastorno inherente al ser humano durante sus primeros años y que necesita atención especializada de no corregirse. Todo sea por garantizar el correcto aprendizaje de los niños y por evitar que el problema termine por afectar a su vida escolar.