Efectos del sol en nuestra piel ¿Solo debemos preocuparnos durante el verano?
Patricia Marín Maicas VIU. Exposición solar y salud de la piel.
Aunque en verano sea cuando más presente tengamos los peligros de una exposición solar excesiva, la verdad es que la radiación Ultra Violeta (UV) del sol está presente todo el año, y sin las medidas de protección y precaución necesarias, puedo ocasionarnos más de un disgusto, tanto en invierno, como en pleno estío.
Por ello, para comprender mejor cómo el sol afecta nuestra piel y que debemos hacer para protegernos de sus efectos nocivos durante todo el año, le pedimos a nuestra experta, Patricia Marín Maicas, directora del Máster Oficial en Cuidados de Enfermería en urgencias y emergencias, que nos lo explicara. Marín Maicas es Enfermera con amplia experiencia laboral en Urgencias hospitalarias, Urgencias extrahospitalarias (SAMU), y Cuidados críticos (UCI y reanimación), además cuenta con una nutrida labor docente e investigadora y es doctoranda en el programa de Doctorado en Enfermería clínica y Comunitaria de la UV.
¿Qué peligros para la salud puede tener una exposición continuada a los rayos solares?
La exposición solar es un tema de preocupación a lo largo de los últimos años debido a los riesgos para la salud que supone su exceso. Especialmente, destaca la asociación directa entre el exceso de exposición solar como una las principales causas de cáncer de piel. A nivel mundial, se estima que más de 1,5 millones de casos de cáncer de piel (melanoma y no melanoma) fueron diagnosticados en 2020 (Global Cancer Observatory, 2020). Además, los rayos Ultra Violeta (UV) del sol pueden causar daños en el ADN de las células, así como afectar a otras partes del cuerpo como los ojos. En este sentido, y en coherencia con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 de las Naciones Unidas que tiene como objetivo garantizar una vida sana y el bienestar en todo el mundo para 2030, los países se esfuerzan por tratar de concienciar a la población en su prevención, poniendo en marcha campañas de prevención que se despliegan cada año en para concienciar a la población (Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, 2018).
La radiación UV es una forma de radiación no ionizante que es emitida por el sol y fuentes artificiales, como las cabinas bronceadoras. La radiación UV se clasifica en tres tipos principales atendiendo a la longitud de onda: la radiación ultravioleta A (UVA), la ultravioleta B (UVB) y la ultravioleta C (UVC). La mayor parte de radiación UV que llega a la Tierra es UVA, aunque cierta UVB llega también y ambas pueden afectar a la salud, aunque es importante recordar que la radiación UVA penetra más profundamente en la piel y es más constante durante todo el año (CDC, 2023).
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022) describe los siguientes factores que influyen en el nivel de radiación:
- La elevación del sol: cuanto mayor sea su altura en el cielo, mayor es la radiación ultravioleta. Estos niveles varían en función de la hora del día y la época del año.
- La latitud: cuanto más próximo se está del ecuador, mayores son los niveles de radiación ultravioleta.
- La altitud: la radiación ultravioleta aumenta con la altitud, ya que el aire es menos denso y la absorbe menos.
- La nubosidad: los niveles de radiación ultravioleta son más altos bajo los cielos despejados, pero pueden ser elevados incluso con nubes.
- El ozono: absorbe parte de la radiación ultravioleta del sol por lo que, donde hay menos ozono, esta radiación llega en más cantidad a la superficie.
- La reflexión: las superficies reflectantes como el agua, la arena y la nieve aumentan el nivel de radiación UV.
- El cambio climático: se prevé que afecte a los niveles de radiación ultravioleta en la superficie de la Tierra, por ejemplo, variando la cantidad de ozono y la nubosidad.
Los riesgos específicos de la exposición solar pueden variar dependiendo de la intensidad y duración de la exposición, el tipo de piel, la ubicación geográfica y el nivel de protección utilizada. Los efectos asociados con la exposición solar más comunes son:
- Quemaduras solares: La exposición excesiva a los rayos UVB puede causar quemaduras solares, que se manifiestan con síntomas como el enrojecimiento, la inflamación y el dolor en la piel. Incluso las quemaduras solares graves que afectan a capas más profundas de la piel pueden provocar ampollas y descamación.
- Envejecimiento cutáneo prematuro: La radiación solar, especialmente los rayos UVA, puede penetrar en las capas más profundas de la piel y dañar el colágeno y la elastina, que son responsables de la elasticidad y firmeza de la piel. Como resultado, la exposición crónica al sol sin protección puede acelerar el envejecimiento cutáneo, manifestándose en arrugas, flacidez, manchas y textura áspera.
- Hiperpigmentación y manchas solares: La exposición solar puede desencadenar un aumento en la producción de melanina, lo que puede resultar en la aparición de manchas oscuras en la piel, como pecas o melasma. Estas manchas solares pueden ser difíciles de tratar a posteriori y suelen requerir medidas dermatológicas específicas. Por lo que la recomendación es evitar que aparezcan mediante la prevención.
- Lesiones en la piel y cáncer de piel: La exposición excesiva al sol es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel. El carcinoma basocelular, el carcinoma de células escamosas y el melanoma son los tipos más comunes de cáncer de piel asociados con la exposición solar.
¿Cómo protegerse de manera efectiva contra la radiación del sol? Cuándo el clima está nublado, ¿sigue existiendo el mismo riesgo para la salud?
Es importante tener en cuenta que estos riesgos no se limitan a los días soleados o a los meses de verano, ya que los rayos UV pueden penetrar las nubes y causar daño incluso en días nublados o de invierno. Por lo tanto, es fundamental tomar medidas de protección solar adecuadas, independientemente de las condiciones climáticas. Para ello, desde el Instituto Nacional contra el cáncer de EEUU (2020), se proponen las siguientes recomendaciones básicas y sencillas para toda la población:
- Limitar el tiempo de exposición al sol del mediodía.
- Buscar la sombra cuando los rayos UV sean más intensos (zonas centrales del día).
- Llevar ropa protectora, sombreros y gafas de sol.
- Utilizar una crema de protección solar de amplio espectro.
Adicionalmente, existen novedades tecnológicas que permiten proporcionar información en tiempo real a los ciudadanos para que puedan tomar las mejores decisiones en cuanto a la prevención de la radiación. Un ejemplo de ello, es la aplicación SunSmart Global UV. La OMS, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han generado esta aplicación para teléfonos móviles que proporciona información sobre los niveles de radiación UV, proporcionando una predicción meteorológica y de rayos UV de cinco días consultable para distintas ubicaciones (European Commision-Copernicus Programme, 2023).
Si eres alérgico al sol, ¿cuáles son los síntomas? ¿Hay alguna forma de prevenirlo?
La urticaria solar es una enfermedad que se caracteriza por la aparición de forma súbita de habones en zonas habitualmente no fotoexpuestas tras irradiación solar o con otras fuentes artificiales de luz visible o ultravioleta (Enguino, 2005). En la urticaria solar, se ha sugerido la alteración molecular de determino tipo de célula (los cromóforos) producida por radiación electromagnética solar, que desencadena una respuesta inmune “exagerada” en el cuerpo (unión a IgE unida a la superficie en los mastocitos y produce su activación) (Kolkir, 2022). Esto se manifiesta clínicamente como el rápido desarrollo de picazón cutánea, eritemas y/o formación de ronchas después de varios minutos de exposición al sol (McSweeney, S. et al., 2022). Para prevenirlo, es necesario seguir las recomendaciones generales de protección solar.
¿Qué supone para la piel las quemaduras por el sol? ¿Y si son de forma muy continua?
Las quemaduras solares suponen una agresión directa a la piel y por tanto la rotura del equilibrio de la barrera cutánea. En función de la capa de piel que se ve afectada, pueden ser más superficiales o más profundas. La afectación se suele relacionar especialmente con el tiempo de exposición al sol y el fototipo de piel, aunque también es importante resaltar que otros factores como la ingesta de medicamentos fotosensibles puede influir.
Si las quemaduras solares tienen lugar de forma continuada, los riesgos para la piel se multiplican, suponiendo un aumento del riesgo de cáncer de piel, un daño celular acumulativo o el envejecimiento prematuro de la piel.
A la hora de elegir una crema solar, ¿en qué debemos fijarnos? ¿Cómo se establecen los factores de protección y qué significan? ¿Qué nivel de protección se recomienda?
Existen en el mercado gran cantidad de productos relacionados con la fotoprotección. Sin tener en cuenta preferencias cosméticas personales como textura, olor, color etc., lo importante es conocer qué es el factor de protección solar (SPF), las recomendaciones de uso y los diferentes tipos de fotoprotectores que existen. En relación al SPF, es el índice que indica la cantidad de radiación UVB que es capaz de filtrar sin que la piel se ponga roja. Por tanto, a más alto factor, más protección, siempre y cuando se asegure un adecuado cumplimiento de aplicación: 2mg/cm2 reaplicando cada 2-3 horas. En relación a los diferentes tipos de fotoprotectores que existen destacan dos grandes grupos los filtros minerales y los químicos. Los filtros minerales funcionan como un espejo ya que son capaces de reflejar la radiación UV además de controlar la luz visible y la radiación infrarroja (especialmente recomendados en edades pediátricas y pieles muy sensibles). Los filtros químicos, por el contrario, son moléculas capaces de absorber la radiación UV en la capa más superficial de la piel, captando la energía, convirtiéndola en calor (longitud de onda distinta) de forma que sea inofensiva para la piel.
Preferente se recomienda utilizar fotoprotectores con SPF alto (30-50) y es importante conocer que a pesar de que existen en el mercado productos etiquetados como 50+, la Comisión Europea en 2006 determinó que por encima de este factor no se aumenta sustancialmente la protección frente a la radiación UV.
Patricia Marín Maicas
¿Qué debemos hacer para cuidar, calmar e hidratar la piel tras la exposición solar?
Se recomienda mantener un adecuado estado de hidratación de la piel utilizando cremas emolientes varias veces al día, utilizar jabón de ph neutro para la higiene de la zona, no exponer la zona nuevamente a radiación UV así como evitar cualquier producto que pueda irritar la piel (cuidado con los perfumes y colonias). En casos de quemaduras solares profundas con aparición de flictenas (o ampollas), se debe evitar romperlas, utilizando un antiséptico cutáneo, cubrirlo con una gasa para proteger la zona y solicitar asistencia sanitaria para realizar los cuidados pertinentes.
Para aquellas personas que no pueden evitar tener una exposición prolongada al sol debido a su trabajo, ¿cómo y cuáles son las mejores recomendaciones para protegerse?
Las personas que no pueden evitar tener una exposición prolongada al sol, deben tener presente la importancia de protegerse de la radiación UV. Tres ideas principales podrían resumir las recomendaciones generales para protegerse en caso de no poder evitar la exposición solar:
- La utilización de métodos de barrera físicos: ropa con protección UV (tejidos fotoprotectores), sombreros o gorras que incluyan máxima cobertura y utilización de gafas de sol.
- La utilización de métodos de barrera químicos: se recomienda el uso continuado y repetido (cada 3-4 horas) de cremas solares con factor de protección alto, especialmente se recomiendan aquellas con filtros solares físicos o minerales, ya que proporcionan el mayor espectro de protección frente a las radiaciones.
- Asegurar un óptimo estado de hidratación de la piel, bebiendo agua con frecuencia durante las jornadas laborales, así como utilizar crema hidratante todos los días.
La mayor preocupación de la exposición a los rayos solares es la de padecer cáncer de piel, ¿cuáles son los síntomas en los que debemos fijarnos para saber si acudir al médico?
Los cambios en la piel son los signos más comunes de cáncer de piel. Por ello, siguiendo las recomendaciones proporcionadas por el Centro para el control y prevención de enfermedades (CDC, 2023), se proponen las siguientes cuestiones para de una forma fácil de recordar los signos de advertencia siguiendo las letras del abecedario.
- Asimetría: ¿El lunar o la mancha tiene forma irregular con dos partes que se ven muy diferentes?
- Bordes: ¿Los bordes son irregulares o dentados?
- Color: ¿El color es disparejo?
- Diámetro: ¿El lunar o la mancha es más grande que una arveja?
- Evolución: ¿El lunar o la mancha ha cambiado o evolucionado en las últimas semanas o en los últimos meses?