Síndrome de Asperger en adultos: síntomas y recomendaciones
El síndrome de Asperger en adultos es el fiel reflejo de un diagnóstico erróneo en la edad infantil. En el caso que nos ocupa, la detección temprana es sinónimo de calidad de vida. Sorprende saber que cada vez hay más casos de diagnóstico en personas mayores de 30 años.
¿Qué es el Asperger en adultos?
Vamos a explicar de forma concisa qué es el Asperger en adultos. Se define como un tipo de autismo que genera alteraciones severas en la comunicación y en las relaciones sociales. En ocasiones, los síntomas se detectan en la edad adulta, lo que genera un cambio total en la vida del paciente.
¿Cómo se diagnostica?
Debe ser un neuropsicológo quien se encargue de realizar las pruebas pertinentes. Lo más frecuente es que:
- Se utilicen tests psicológicos diversos. Entre otros, destacan el del Coeficiente de Espectro Autista ASQ y el de empatía (EQ).
- La entrevista estructurada o libre, como la ASDI (entrevista diagnóstica para el síndrome de Asperger), contribuye a concretar el diagnóstico.
Los síntomas más frecuentes del Asperger en adultos
Al hablar de Asperger en adultos y de los síntomas es imprescindible contar con los métodos de detección más eficaces. Al mismo tiempo, hay que observar detenidamente al paciente para comprobar si experimenta los siguientes síntomas:
- El aislamiento. La persona vive en un mundo aparte y se aísla voluntariamente. Suelen pasar por personas extrañas o inadaptadas. Tampoco encajan con las convenciones sociales.
- Su inteligencia es normal, pero hay ocasiones en las que es superior en áreas concretas.
- Es frecuente que el adulto se obsesione con una actividad específica a la que le presta la máxima concentración.
- Sus habilidades sociales son nulas, por lo que es frecuente que no se relacionen con demasiadas personas.
- Sorprenden por su falta de empatía. Es muy complicado que se pongan en el lugar de los otros o que pretendan entender a quienes les rodean. Al mismo tiempo, sus relaciones sentimentales son muy complicadas al no comprender cómo deben comportarse o qué se espera de ellos.
- Sus movimientos se caracterizan por cierta falta de agilidad.
- Expresan sus ideas sin filtros y de forma directa. Tienen una forma muy concreta de hablar y utilizan la sintaxis de forma similar en todas las frases. La entonación no es la habitual y resulta complicado encontrar momentos en los que muestran sus emociones.
- Son muy exigentes y perfeccionistas.
- Tienen problemas para superar una entrevista de trabajo.
- Experimentan depresión y ansiedad.
Así, los ámbitos social, profesional y de relaciones de pareja son los más afectados por el síndrome de Asperger en adultos.
Los aspectos positivos de un adulto con síndrome de Asperger
Consideramos esencial repasar los puntos positivos de la personalidad de un adulto con Asperger para confirmar lo complicado del diagnóstico:
- En algunos casos, la persona crea una alternativa para desenvolverse mejor en un entorno social.
- Siempre dirá lo que piensa.
- Si su trabajo no implica mantener un contacto directo con otras personas, tendrá éxito.
- Apuesta por la independencia social y económica.
- Almacena muchísima información de los temas de su interés, convirtiéndose casi en experto en la materia.
- Es eficiente en trabajos técnicos como los relacionados con la fotografía, las matemáticas o la informática.
- Si conoce las metas, no dudará en esforzarse para alcanzarlas.
¿Cómo son las crisis de Asperger en adultos?
Las crisis Asperger en adultos no tienen un patrón definido. Es importante subrayar que el paciente no tiene la capacidad mental para entender el doble sentido y todo lo toma literal. El día a día no deja de aumentar sus sentimientos de exclusión, de presión externa y de inadaptabilidad, y la tensión acumulada debe descargarse de alguna manera.
El más mínimo detalle puede provocar una crisis que se caracteriza por:
- Las agresiones a otras personas (especialmente si les considera culpables de la situación).
- Los golpes a los objetos o el deseo de lanzarlos para que se rompan.
- El destrozo en el mobiliario del hogar. Los puñetazos a las puertas, tirar las sillas o situaciones similares suelen ser los síntomas más evidentes de la frustración.
Estos episodios pueden tener una duración de entre 10 minutos y varias horas. En todo momento es importante tanto detectar cuál fue su desencadenante como aclarar que no debería repetirse. El estudio de Macías Bedoya, Martín Borreguero y Villagrán Moreno recomienda una aproximación a la personalidad del adulto. El empleo de métodos diversos contribuye a conocer mejor cuáles son los motivos que provocan las crisis.
Algunos mitos que conviene aclarar sobre el síndrome de Asperger en una persona adulta
El principal es que no se trata de una enfermedad, sino de una condición cognitiva. Aunque uno de sus síntomas sea la dificultad para relacionarse, ello no implica que la persona no quiera hacerlo. Más bien al contrario, aunque lo hará con sus propios códigos. Respecto a la sexualidad, el adulto con Asperger tiene exactamente el mismo deseo que otra persona. Su dificultad para expresarlo quizá le genere algún problema, pero hay terapeutas que pueden ayudar muchísimo en este terreno.
Solo el 10 % de los adultos con Asperger tiene una inteligencia por encima de lo normal. El resto puede parecer que la tiene cuando habla de su tema favorito dada la información que maneja. Aun así, no todos los adultos hablan de la misma forma o tienen los mismos síntomas. Cada caso es distinto, aunque sí es cierto que entender los chistes o los juegos de palabras les cuesta muchísimo.
Tampoco es cierto que quien tiene el síndrome es agresivo. No se puede confundir lo que sucede durante una crisis con su personalidad habitual. Es aconsejable, por lo tanto, tener claro que los bulos al respecto no ayudan, precisamente, a valorar el alcance del síndrome en su justa medida.
Recomendaciones para tratar a un adulto con Asperger
La primera es confiar exclusivamente en el diagnóstico profesional para tomar las medidas oportunas. En cuanto se perciban los síntomas comentados, es imprescindible realizar las pruebas pertinentes. Los especialistas recomiendan que:
- Se les anime a utilizar su inteligencia para paliar la falta de empatía. Así, será más sencilla su adaptación a situaciones sociales en las que no se encuentren a gusto.
- Si hablas con una persona con Asperger, no emplees frases hechas o refranes, porque los entenderán de forma literal.
- El adulto reciba todo el apoyo posible y también que se le inste a conocerse lo mejor posible. Así, podrá prever cuándo va a sufrir una crisis e irá corrigiendo su comportamiento.
- De tener una pareja con Asperger, debes entender que su comportamiento no es malintencionado. Es más positivo centrarse en que su personalidad es diferente y entenderlo. Sin duda, contribuye muchísimo acompañar a la persona al neuropsicólogo y con la terapia elegida.
¿Qué necesidades tiene un adulto con síndrome de Asperger?
Aparte de tu ayuda externa, es recomendable valorar que el paciente necesita cubrir las siguientes necesidades:
- Asistir a terapias que potencien su autoestima valorando lo positivo y con un prisma realista.
- Entender que su forma de interpretar la vida es distinta, pero que ello no implica que tenga una enfermedad incapacitante.
- Recibir una enseñanza detallada de cómo funcionan las relaciones sociales.
- Confiar en un mediador social o laboral que le ofrezca las claves para resolver conflictos de forma adecuada.
- Disponer de un servicio de asesoramiento y orientación, tanto familiar como personal, al que recurrir cuando estime oportuno.
- No contar con elementos que puedan distraerle en su jornada laboral. El adulto con Asperger necesita tener la máxima concentración en lo que hace para rendir más.
- Trabajar en áreas que no impliquen relacionarse con los demás de forma continuada. Este presunto aislamiento da como resultados un trabajo bien hecho gracias a su perfeccionismo.
- Secuenciar las tareas especificando el comienzo, el desarrollo y el final.
- Estructurar su tiempo subrayando los plazos para conseguir los objetivos previstos.
El tratamiento del síndrome de Asperger en adultos
Que el diagnóstico sea tardío supone que la persona ha encontrado algunas opciones para adaptarse a su rutina. No obstante, es aconsejable que se tengan en cuenta las siguientes opciones de tratamiento:
- Intervención neuropsicológica y estimulación cognitiva. Son imprescindibles para mejorar las funciones ejecutivas.
- La terapia cognitiva y conductual. Se expone al paciente a situaciones sociales para que aprenda a adaptarse mejor. Al mismo tiempo, se incide en sus competencias emocionales y en los recursos a su alcance para el manejo de las emociones. Lo habitual es ofrecer estrategias destinadas al control de la ira, la ansiedad y la frustración. Asimismo, se busca la forma de aumentar la independencia y la autonomía mientras se desarrolla una nueva conducta.
- El tratamiento farmacológico tiene como base los antidepresivos y los ansiolíticos.
A lo anterior, se añade la terapia psicológica continuada que estimule las habilidades comunicativas, sociales y emocionales. Toda la ayuda posible en lo relativo al mundo social o laboral evitará la depresión y la ansiedad en el adulto.
Así, el síndrome de Asperger en adultos exige un diagnóstico acertado y la puesta en práctica de las medidas comentadas. Además, no olvidar los aspectos positivos y centrarse en potenciarlos es un interesante primer paso hacia la consecución de los objetivos previstos.