Capacidad volitiva y cognitiva
Entender lo que hacemos y obrar en función de lo que entendemos son dos cosas diferentes. Para llevar a cabo estas funciones, necesitamos contar con capacidad volitiva y cognitiva. Vamos a ver cuáles son sus aspectos más importantes y las habilidades esenciales que se derivan de cada una de ellas.
Definición de capacidad volitiva y cognitiva
La capacidad cognitiva es la capacidad de comprensión, es decir, la habilidad que tiene una persona para entender lo que hace. Se refiere a la capacidad que tiene nuestro cerebro para funcionar en base a la información que recibimos de nuestro entorno.
Por su parte, la capacidad volitiva se refiere a la habilidad de una persona de actuar en función de lo que comprende, es decir, su capacidad de controlar sus actos. Está asociada al libre albedrío y a la libre determinación. Involucra a la inteligencia para realizar elecciones entre seguir o rechazar una determinada inclinación. A través de ella se genera una motivación en la mente y se delibera en nuestro interior, analizando las posibilidades hasta que se concreta el acto de que se trate.
Las funciones cognitivas
Algunas de las funciones cognitivas más destacadas son las siguientes:
La percepción
Es la primera función que se pone en funcionamiento para obtener información sobre lo que nos rodea. A través de ella coordinamos las sensaciones que sentimos para lograr que tengan un significado.
Por ejemplo, cuando leemos un libro, la información que vemos llega a nuestros receptores, se envía al cerebro y, una vez allí, se analiza y se procesa. La manera en la que vemos las cosas o las percibimos es la base para el resto de funciones cognitivas.
En este proceso de la percepción, influyen aspectos como nuestras expectativas, miedos, deseos o experiencias previas.
La atención
Cuando recibimos información, es igual de importante cómo la percibimos que los aspectos a los que prestamos atención. Es decir, la atención hace de filtro sobre los elementos que percibimos. Nuestro cerebro elige la información que considera relevante.
Para ello, la atención realiza tres procesos distintos:
- Procesos selectivos, en los que damos respuesta a una sola tarea.
- Procesos de distribución. Son aquellos en los que se atienden varias tareas a la vez.
- Procesos de mantenimiento. Aquellos que nos obligan a prestar atención durante un tiempo más largo.
La comprensión
La comprensión hace que la información que percibimos sea interpretada e implica un proceso que tiene varias fases: análisis, reflexión y crítica.
La memoria
Es el proceso que permite almacenar y recuperar cuando sea necesario la información que hemos recibido.
Funciones volitivas
Entre las funciones que se refieren a la capacidad volitiva, destacamos las siguientes:
Perseverancia
Permite que realicemos esfuerzos durante períodos de tiempo más o menos largos para lograr un objetivo a medio o largo plazo.
Auto control
Es una habilidad esencial para dominar emociones, estados de estrés, de cansancio, de enfado o de nerviosismo.
Concentración
Se trata de fijar la atención en algo en el momento adecuado y en el instante oportuno en el que lo necesitamos.
Capacidad de adaptación
Es útil para aceptar y gestionar cambios, para verlos como una oportunidad en lugar de como un obstáculo.
Cómo desarrollar la capacidad cognitiva
El ser humano puede desarrollar todas aquellas capacidades que posee. En el caso de la cognitiva, hay cinco rutinas diarias sencillas que pueden ayudar a mejorar la reserva cognitiva, algo que es especialmente útil a la hora de luchar contra el deterioro cognitivo que se produce a medida que avanza el proceso de envejecimiento.
- Leer: favorece la concentración, promueve la imaginación y ayuda a ejercitar la memoria.
- Jugar: los juegos de mesa ayudan a entrenar habilidades cognitivas básicas como el vocabulario, la capacidad de cálculo, la lógica o la creatividad.
- Aprender algo nuevo.
- Ponerse a prueba planteando retos al cerebro. Por ejemplo, haciendo puzzles o resolviendo sudokus.
- Cambiar las rutinas para estimular al cerebro. Como elegir una ruta distinta para ir al trabajo, o cambiar la organización de los armarios.
Cómo desarrollar la capacidad volitiva
La capacidad volitiva se desarrolla básicamente a través de la experiencia, por lo que se puede estimular saliendo de la zona de confort y buscando vivir nuevas experiencias.
También resulta interesante analizar la respuesta dada ante determinadas situaciones y evaluar si es posible dar una más adecuada de cara al futuro si vuelve a repetirse la situación.
La capacidad volitiva y la cognitiva están estrechamente relacionadas y se desarrollan conjuntamente. Cuando trabajamos una de ellas, estamos estimulando también el crecimiento de la otra.
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