Estrés por multitarea y multitasking
Ciencias de la Salud

El multitasking: ¿una ventaja o un obstáculo?

El multitasking, o realización de múltiples tareas al mismo tiempo, es una práctica cada vez más recurrida hoy en día. En momentos de sobrecarga y estrés ante las múltiples responsabilidades que enfrenta la persona en su vida diaria, surge la necesidad de luchar por equilibrar el trabajo y la vida personal.

Nos aferramos al multitasking e intentamos convertirnos en una “persona multitarea”, capaz de realizar dos o más tareas de forma simultánea y efectiva, como si de una máquina se tratase. De hecho, hace algunos años se acuñó el concepto aprendizaje multitarea (multitasking learning).

El planteamiento de alguien que quiere hacer multitasking es el siguiente: si organizo la agenda con unos diez o doce quehaceres diarios, no solo podré cumplir todas las obligaciones y propósitos, sino también haré cosas que me gustan. Así me sentiré productiva. El resultado satisface tanto el componente conductual (realizar las actividades o tareas) como el emocional (al ser eficaz me siento mejor).

Consecuencias del multitasking

Intentar abarcarlo todo tiene un coste. Implica ir de un lado a otro abarcando distintas tareas al mismo tiempo con la atención y otras funciones cognitivas totalmente divididas. Con distintas variantes, es la realidad que viven muchas personas. De hecho, el estilo de vida de la mayoría de la población en los países desarrollados se caracteriza, entre otros aspectos, por el multitasking.

Pero, en muchas ocasiones, acarrear demasiado puede traducirse en un desgaste físico y emocional. Múltiples estudios concluyen que la práctica del multitasking conlleva una respuesta de estrés agudo, en el mejor de los casos.

Ahora bien, si el estrés aparece cuando sentimos una amenaza (estresor) por algo que sucede o puede llegar a suceder, ¿dónde estaría el estresor en este caso? Con la multitarea no hay un desencadenante concreto que active la respuesta de estrés, sino que este resulta de la combinación de cognición, emoción y conducta asociada, siguiendo con el ejemplo de arriba, con cada una de las tareas de esa larga y exigente lista.
 

¿Qué dice la ciencia del multitasking?

A nivel cerebral, la multitarea también es un factor con el que no se contaba hace veinte años. Autores pioneros como el psiquiatra Edward M. Hallowell estudiaron las implicaciones cognitivas de la multitarea en el trabajo.

Algunos expertos, en su día, concluyeron en que el multitasking era una herramienta útil para incrementar la productividad de tareas mecánicas básicas, siempre y cuando se den ciertos factores. Sin embargo, la era digital ha echado por tierra esa conclusión. Los expertos han puesto de relieve que las pantallas ya absorben un alto porcentaje de nuestra cognición diariamente, y que vivimos en una permanente multitarea.

El neurocientífico francés Michel Desmurget advierte en su ensayo La fábrica de cretinos digitales que nos enfrentamos a un comportamiento contra natura: el cerebro –que rige, planifica, organiza y manda a los distintos órganos del cuerpo– no está diseñado biológicamente para ello.

El multitasking ya no sería una solución, sino el problema. Según un informe de la American Psychological Associattion, nos hace perder hasta el 40 % del tiempo productivo mientras pasamos de una actividad a otra.

¿Y qué daños puede provocar en el cerebro? Otros estudios recientes de la Universidad de Standford, demuestran que el cerebro se deteriora cuando interfiere en las conexiones cerebrales dedicadas a la capacidad atencional, como las vías ventral y dorsal del complejo parieto-occipital.

Intentar realizar varias cosas a la vez reduce la velocidad de procesamiento y reacción e incrementa el número de errores en tareas que requieren un nivel medio-alto de atención. Los investigadores también han comprobado que acarrea problemas de memoria y lapsus inexplicables.

Qué podemos hacer para llegar a todo?

Ahora que somos conscientes de tales efectos, podemos contrarrestarlos recuperando el proceso según el cual nuestro sistema sigue una secuencia fija de pasos cognitivos para realizar una tarea antes de plantearse realizar otra, y así sucesivamente. Es lo que se llama procesamiento serial, algo olvidado con la multitarea.

Estrategias para gestionar el multitasking:

Gestionar el multitasking de manera efectiva requiere de aplicar estrategias y técnicas específicas, tales como:

  1. Planificación y organización: Ya sea con la práctica del batch cooking, preparando y planificando las comidas de la semana en una sola sesión. Y estructurando las tareas usando una agenda semanal.
  2. Mejorar la claridad mental y la concentración: Incorporar el mindfulness para mantener el foco atencional y reducir distracciones.
  3. Trabajo personal y gestión emocional: Analizar en terapia nuestras creencias sobre la autorrealización, las expectativas sociales, la exigencia, la autoestima y el concepto de nosotros mismos, entre otros factores. Así como aceptar nuestras limitaciones y de que no podemos llegar a todo.
  4. Reducción del estrés: Evitar la multitarea en exceso para disminuir la sobrecarga mental. Así como, priorizar tareas y delegar cuando sea necesario.

En definitiva, la dispersión mental y la sobrecarga generada por la práctica del multitasking pueden hacer que, en lugar de avanzar eficientemente, terminemos agotados y menos efectivos. Aprender a priorizar, organizarse y enfocarse en una tarea a la vez no solo mejora el rendimiento, sino que también favorece el bienestar personal.

En este contexto, el papel de los profesionales de la salud mental es clave. Contar con psicólogos bien formados, con el Máster en Psicología General Sanitaria, garantiza un abordaje eficaz para ayudar a quienes sufren las consecuencias del estrés crónico, brindándoles herramientas para recuperar el equilibrio y mejorar su calidad de vida.