Estudiar epidemiología y salud pública: 4 motivos para hacerlo
Con la crisis actual derivada de la COVID-19, ha quedado claro que estudiar epidemiología y salud pública es una alternativa que la sociedad necesita y que, por tanto, te ayudará a progresar en tu carrera profesional si te decides dedicarte al ámbito sanitario.
En este post analizamos 4 de los motivos principales por los que estudiar epidemiología y salud pública es una opción con un gran futuro, tanto para ti como para la sociedad.
Estudiar epidemiología y salud pública: motivo #1
Como parte esencial del área de la medicina y de la salud pública, la epidemiología no solo se centra en pandemias como la que estamos viviendo. En realidad, abarca todas las enfermedades y las distintas variables relacionadas con ellas.
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Entre las variables más importantes están:
- El tipo de enfermedad. A la hora de enfrentarse socialmente a una enfermedad, es esencial determinar de qué tipo estamos hablando. Puede ser vírica o bacteriana; puede ser de fácil tranmisión o de difícil transmisión; rápida o lenta, etc.
- La letalidad. No es lo mismo enfrentarse a una enfermedad contra la que el sistema inmunitario puede luchar por sí solo que enfrentarse a otra que necesita vacunas, antídotos o medicinas, al igual que tampoco es lo mismo enfrentarse a una enfermedad mortal que a otra que se supera con facilidad.
- La procedencia. En función de dónde proceda la enfermedad, se podrán diseñar y establecer distintas estrategias en consecuencia. Algunos factores que influyen en la procedencia son el lugar de origen geográfico o el huésped original, que puede ser, por ejemplo, humano o animal.
- La amplitud. Entendemos por amplitud o distribución el área geográfica en la que la enfermedad se extiende. Es esta variable la que nos permite hablar de pandemias como la de la actual COVID-19.
- La frecuencia. Hay enfermedades que se consiguen erradicar, pero la mayoría permanecen y debemos estar prevenidos contra ellas. Por ejemplo, se prevé que la actual COVID-19 repunte con fuerza en épocas de otoño e invierno y debemos estar preparados para abordar dichos repuntes.
- Los recursos. La cantidad de recursos disponibles en la sociedad, así como cuáles sean estos, permite que los epidemiólogos luchen con mayor o menor eficacia contra una enfermedad. No hablamos solo de recursos económicos, sino también de recursos materiales e incluso de otros intangibles como el tiempo, que en muchas ocasiones puede ser crucial a la hora de enfrentarse a una enfermedad.
Estudiar epidemiología y salud pública (si puede ser a través de un programa de posgrado, mucho mejor), te capacita para identificar y trabajar con estas y otras variables que ayudan a detener y gestionar enfermedades y epidemias. Es lo que podríamos llamar el trabajo de gestión del epidemiólogo.
Pero el epidemiólogo no solo gestiona. También previene. Vamos a hablar de ello.
Estudiar epidemiología y salud pública: motivo #2
Del mismo modo que todo lo que mencionábamos en el apartado anterior permite luchar contra una enfermedad que se encuentra vigente, estudiar epidemiología y salud pública te permitirá anticiparte y detectar posibles enfermedades antes de que estas se extiendan como ha ocurrido con la COVID-19.
Es decir, que la epidemiología trabaja también a nivel proactivo y no solo reactivo. Cuando se detecta una enfermedad, si se realizan bien todas las previsiones, es posible empezar a diseñar posibles vacunas y con ello, ganar tiempo y terreno. De este modo, en el caso de que se desencadene una epidemia, se podrá controlar de forma mucho más rápida, eficaz y eficiente.
Si decides estudiar epidemiología y salud pública, podrás trabajar no solo en el ámbito de la gestión, sino también en el ámbito de la prevención. Y esto, por supuesto, tiene numerosa proyección profesional, sobre todo teniendo en cuenta la pandemia que estamos viviendo.
Estudiar epidemiología y salud pública: motivo #3
La actual crisis de la COVID-19 ha marcado un antes y un después en el desarrollo de la sociedad moderna. A partir de este momento, se estima que la sociedad y los países del mundo estarán mucho más atentos para que no vuelva a desencadenarse una situación semejante en el futuro.
En el siglo actual, hemos vivido una serie de pandemias entre las que destacamos las siguientes:
- En 2002 ya se registró una pandemia derivada de un coronavirus: el SARS-CoV. Afectó a un total de 26 países y provocó cerca de 8.000 casos.
- En 2005 vivimos la gripe aviar, aunque la primera aparición del virus fue en 1997 en Hong Kong.
- Entre 2009 y 2010 se desencadenó la pandemia de la gripe A, que acabó con la vida de cientos de miles de personas.
- Entre 2013 y 2016, la epidemia del ébola se originó en África y se extendió a otros continentes como Europa y América, cuya tasa de mortalidad también fue elevada.
- Entre 2019 y la actualidad, vivimos la pandemia de la COVID-19, con una elevadísima tasa de contagio y más de 10 millones de casos confirmados.
En otras palabras: estudiar epidemiología y salud pública no es algo que se haya puesto de moda ahora a raíz de la COVID-19. Es algo que lleva siendo necesario desde hace mucho tiempo. Hemos visto solo ejemplos del siglo actual, pero no debemos olvidar otras epidemias como la del cólera de los años 90 o la pandemia del SIDA, que comenzó en los años 80 y aún se mantiene.
Estudiar epidemiología y salud pública: motivo #4
Además de todo lo anterior, estudiar epidemiología y salud pública te permitirá trabajar con entornos directamente relacionados con aspectos sociales como los siguientes:
- El progresivo envejecimiento de la población.
- Cambios relacionados con procesos migratorios.
- Enfermedades emergentes y re-emergentes.
- La distribución y los determinantes de los problemas de salud de las poblaciones.
- Programas de prevención y control de los problemas sanitarios.
Todo ello, por supuesto, tan necesario actualmente como con proyección de futuro.
Ahora que ya conoces los motivos para estudiar epidemiología y salud pública, ¿te animas a hacerlo? En ese caso, te recomendamos visitar el Máster Universitario en Epidemiología y Salud Pública de la Universidad Internacional de Valencia.